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Setenta de dos en dos: creíbles y denodados

octubre 5, 2017

Author: Peter Johanning

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El décimo capítulo del Evangelio de Lucas comienza como un relato de viaje: 70 discípulos debían ir por todas las aldeas, de a grupos de dos. ¿Por qué? ¿Qué predicaban? ¿Y cómo? Tenían para ello un encargo claro, que hoy sigue siendo válido.

«Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir». Sobre este texto bíblico de Lucas 10:1 predicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 5 de agosto de 2017 en el Servicio Divino para portadores de ministerio realizado en Natal (Brasil).

El Director de la Iglesia desarrolló este versículo basándose en el contexto. Y les decía Jesús a los discípulos: «La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa» (Lucas 10:2-7).

Una definición clara de servicio

De este modo, Jesús estructuró con claridad el servicio de los discípulos, comentó el Apóstol Mayor: ellos debían anunciar el Evangelio y preparar su camino como el Hijo de Dios para que la gente lo estuviese esperando cuando Él llegara. «Precisamente eso es nuestro encargo», transportó el máximo dirigente de la Iglesia el texto bíblico frase por frase al aquí y ahora:

  • Jesús envió a sus discípulos a todos los lugares donde Él mismo quería ir: «Esto significa para nosotros: ir a todos los hombres. No tengáis temor, no tengáis prejuicios, no tengáis reservas, simplemente id, a todos. ¡Jesús quiere llevar a través de nosotros el Evangelio a todos! Nosotros somos como carteros que deben transmitir una carta».
  • El Señor los envió de dos en dos: «Según la tradición judía, un testimonio se aceptaba solamente cuando provenía de dos testigos. En aquella época debían ser dos para parecer creíbles. Hoy es la conducta la que testifica que decimos la verdad. Nuestra propia vida debe concordar con lo que predicamos».
  • Jesús envió a sus discípulos como corderos en medio de lobos: «También debemos contar con resistencia. Es cuestionado nuestro testimonio del mensaje de Cristo. Mas lo decisivo es el envío del Señor. ¡No pensemos en los lobos, sino en quién nos envió! Y este es más fuerte que todos los demás».
  • Los discípulos no debían llevar dinero ni calzado: «Todos nosotros tenemos nuestras ideas de lo que realmente necesitamos para servir al Señor como es debido. En su lugar, tengamos fe en que Dios nos dará lo que necesitamos. Nadie puede acercarse al Señor con la excusa: no pude hacer lo que me has pedido porque no tenía los medios para hacerlo. Si Dios nos pide algo, también se ocupa de que lo podamos hacer. No siempre es fácil, pero es posible».
  • Los discípulos debían transmitir el saludo de paz: «Digámosle a la gente que Jesús te ama, aunque hayas hecho algo malo. Jesús te ama, te quiere llevar a la comunión con Él. No te preocupes, no te hagas reproches, todavía sigues teniendo la posibilidad de entrar en el reino de Dios. Esto es la paz de Jesucristo».
  • Sus discípulos debían comer y beber lo que les era ofrecido: «Nos debemos adaptar. No les podemos pedir a los demás que sean como nosotros. Nos debemos adaptar a la manera de ser diferente del prójimo y separar claramente el Evangelio de la cultura y la tradición. Son cosas muy diferentes. Si el otro es completamente diferente, le gusta otra música, tiene otra actitud, dejémoslo ser como es. Lo principal es que siga a Jesucristo».

«Si lo hacemos, experimentaremos lo que experimentaron los discípulos», expresó el Apóstol Mayor Schneider para terminar: «Ellos experimentaron que el poder de Dios estaba con ellos».

octubre 5, 2017

Author: Peter Johanning

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