Reconocer que necesitas ayuda y saber quién puede ayudarte. Este es el principio de todas las soluciones y, aún más, la base de la salvación eterna. Pero hay formas todavía más útiles de mirar hacia la cruz.
“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Este versículo bíblico de Juan 3:14-15 fue el centro del Servicio Divino del 27 de marzo de 2022 en Acra, Ghana.
El contexto: Jesús habla de su muerte en la cruz refiriéndose a un hecho acontecido durante su travesía por el desierto. El pueblo de Israel se había rebelado contra Dios y este había enviado serpientes venenosas. Cuando los que habían sido mordidos murieron, los israelitas se dieron cuenta de su culpa. Para salvar su vida, tuvieron que levantar la mirada hacia la serpiente de bronce que Moisés había colocado.
En lo profundo: la mordedura de la serpiente
“Dios quería que confiaran en Él”, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Y en este ejemplo, Jesús explicó: ‘Hay que creer en mí para salvarse’”.
“Las serpientes venenosas simbolizan el pecado”. La caída en el pecado separó al ser humano de Dios. Y cada pecado individual impide el acceso a la comunión perfecta con Dios. Para liberarse del pecado original y recibir el perdón de los pecados, es necesario levantar la mirada a Jesucristo, el Crucificado.
Lo que redime: levantar la mirada
El máximo dirigente de la Iglesia dio siete perspectivas sobre cómo el creyente puede levantar la mirada a Cristo en la cruz:
- Entendiendo que necesita ayuda: “Primero tenemos que darnos cuenta de que necesitamos redención. Debemos sentir la necesidad y tener la voluntad de ser salvados. No todos están de acuerdo con esto. No sienten realmente la necesidad de ser salvados. Pero nuestro deseo es entrar en el reino de Dios. No solo para ser prósperos en la tierra y pasar un par de buenos años aquí”.
- Sabiendo quién es el Salvador: “¿Quién puede salvarnos? Solo hay uno: Jesucristo. Creemos que fue el Hijo de Dios que vino a la tierra. Creemos que fue la única persona que no cometió ningún pecado. Creemos que Jesucristo murió por nosotros y resucitó de la muerte. Creemos que fue la primera persona que entró en el reino de Dios con un cuerpo de resurrección. Creemos que volverá para llevarnos con Él a su reino”.
- Aceptando la autoridad: “Sabéis qué significa levantar la mirada a alguien. Uno debe reconocer su autoridad. Nos damos cuenta de que lo que él ha hecho, nadie más puede hacerlo. Nuestro Señor es Jesucristo. No adoramos a ningún otro Dios de ninguna forma. Su palabra es siempre la verdad. Él determina el camino que debemos seguir. Tiene autoridad sobre toda nuestra vida en todos sus aspectos: el público y el privado, la parte visible y la invisible”.
- Construyendo una relación personal: “Todos tenían que levantar la mirada a esa serpiente por sí mismos. Nuestra salvación depende de nuestra relación personal con Jesucristo. Nadie puede creer por nosotros. Nosotros tenemos que creer. Nadie puede confiar por nosotros. Nosotros debemos confiar. Nadie puede ser obediente por nosotros. Nosotros mismos debemos ser obedientes. Nuestra relación con Dios no debe depender de los pensamientos, las opiniones o el comportamiento de otra persona. No debemos dejarnos influir por la forma en que se comportan los demás, por su forma de hablar o de actuar. Es una relación personal”.
- Siguiendo el ejemplo: “Levantar la mirada a Jesús en la cruz también significa seguir su ejemplo. Jesús creyó en su Padre y confió en Él hasta el final. Las personas lo trataron realmente mal. Pero Él mismo se mantuvo y los perdonó. Los amó hasta el final. Incluso en el sufrimiento, ayudó al hombre que estaba en la cruz junto a Él. Cuidó de su madre. Confió en Dios hasta el final y amó a los seres humanos y a Dios hasta el final”.
- Aceptando a los que ayudan: “En la tradición cristiana, María es el símbolo de la Iglesia. Así, en la cruz, Cristo confió su Iglesia al cuidado del Apóstol Juan. Cristo confió su Iglesia al cuidado del apostolado. Quiere salvarnos a través de la actividad del apostolado. A través del apostolado podemos nacer de nuevo de agua y del Espíritu. A través del apostolado podemos recibir la Santa Cena, el alimento que necesitamos para crecer hasta la vida eterna. A través del apostolado podemos estar preparados para el retorno de Cristo”.
- Teniendo en cuenta el futuro: “Recordad que la victoria solo se hizo visible después de la resurrección. Levanta la mirada a Jesús y recuerda: Hoy en día, la salvación de los creyentes aún no es visible. En el peor de los casos, parece una derrota. Pero si confías en Jesús hasta el final, experimentarás la Primera Resurrección y entonces tu victoria, la victoria de Cristo, será definitivamente visible”.
“Por lo tanto, confiad y permaneced pacientes”, concluyó el Apóstol Mayor, “Jesucristo es nuestro Salvador. Él nos salvará”.