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Sobre la fortaleza de una persona cristiana

septiembre 1, 2016

Autor: Oliver Rütten

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El domingo es para los cristianos; pero el lunes también. Cualquiera puede cantar cánticos devotos; más hermoso es llevarlos a la práctica en la vida diaria. Ser cristiano impone desafíos. Y esto 24 horas por día, los siete días de la semana.

El domingo al mediodía colgar el traje en el ropero, … y después por fin volver a ser «yo»?!? El que el domingo dijo «amén» en la Iglesia, el lunes y el martes debería recordar lo que afirmó en el día de descanso. El que en el Servicio Divino tomó el cuerpo y la sangre de Jesús, se lo debería hacer sentir a su entorno los días siguientes. El que se denomina cristiano, debe ser un cristiano. Toda la semana, sin excepción.

El cristiano es misionero

«De la abundancia del corazón habla la boca» (de Mateo 12:34). Antes de que cambien las palabras y las obras, tiene que cambiar el corazón como la fuente de toda palabra. La palabra y la voluntad de Dios en el corazón del hombre hacen surgir lo bueno. Las palabras se convierten en obras de bien; el cristiano en benefactor y mensajero del Evangelio, también y muy especialmente en la vida diaria.

El cristiano es hospitalario

«Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones» (1 Pedro 4:9). De corazón, con mucho amor y sin ser interesados, o como dice la palabra griega: «sin murmuraciones», o sea sin refunfuñar por detrás, sin hablar en secreto. Acoger al prójimo sin prejuicios y cordialmente, también cuando otros no lo ven.

El cristiano es reconciliable

«No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición» (1 Pedro 3:9). Es decir, no vengarse, no devolver el golpe. Sino, el circuito del mal no se detiene. Jesús enseñó a transmitir bendición al prójimo, en otras palabras, a transmitirle el bien. El que ofende, el que actúa con malicia, no queda excluido de ello. En la vida diaria esto cuesta mucho esfuerzo, como en el Padre Nuestro perdonar a todos en general.

El cristiano es amoroso

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo» (Lucas 10:27). Este es un programa de trabajo que apoya a la consigna anual de «vencer con Cristo». Son palabras que una y otra vez hacen despertar y que confrontan al cristiano con el más importante de todos los mandamientos. Amar al prójimo como a sí mismo. ¡Que alguien diga que es fácil!

El cristiano es servicial

«Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?» (1 Juan 3:17). ¿Tu hermano necesita algo? El auténtico amor cristiano lo percibe antes de que venga a pedir ayuda. Y entonces un cristiano servicial entrega con gusto de sus bienes espirituales y materiales para hacer el bien al prójimo (Romanos 13:10).

En el mes de septiembre, los Servicios Divinos dominicales están bajo la serie temática «Ser cristiano en la vida diaria». Una prosecusión exitosa de los Servicios Divinos del mes de agosto, que trataron sobre la «manifestación de la fe». Se deben poder reconocer la fe y el modo de ser cristiano que resulta de ella. En todo momento. En todo lugar. Sin transigir.

«El que cree ser un cristiano porque concurre a la Iglesia, se equivoca. Uno no se vuelve un auto por quedarse parado en el garaje», dijo en una oportunidad Albert Schweitzer, un filósofo y teólogo evangélico. Ser cristiano es algo para la vida de todos lo días. No hay excepciones ni excusas: ni de tiempo, ni personales, ni de lugar. Y esto significa cambiar la forma de vida actual.

septiembre 1, 2016

Autor: Oliver Rütten

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