Color del sitio web:

apostles.today

Sorprendentemente bueno

octubre 21, 2020

Autor: Peter Johanning

Imprimir
Escúchalo

La comunidad de Sarreburgo se alegró cuando su Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider entró en el salón de la iglesia de manera sorprendente e inesperada. Estos Servicios Divinos son recordados por mucho tiempo. De vez en cuando, los días del coronavirus también tienen algo bueno.

“Libre” decía el plan de viaje del máximo dirigente internacional de la Iglesia. Lamentablemente, esto sucede con frecuencia durante este tiempo del coronavirus, pues el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider tiene que cancelar los viajes al extranjero, y ni siquiera pueden garantizarse las visitas para Servicios Divinos dentro de Europa, tanto menos los viajes pastorales intercontinentales.

Entonces las prédicas del dirigente de la Iglesia tienen cada vez un peso especial. Como esta, celebrada en Sarreburgo, una comunidad en el departamento del Mosela, Francia. El distinguido invitado llegó inesperadamente, en su propio auto. Su mensaje: “Nuestra relación con Dios determina nuestra vida”. Bíblicamente, la base de esta frase se encuentra en el libro del profeta Miqueas 4:5: “Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre”.

Nombres viejos y nuevos

En la Biblia, los nombres son más que simples etiquetas, especialmente cuando se supone que su contenido expresa valores: Saulo se convierte en Pablo por una razón específica, Sarai se llama más tarde Sara y Abram se convierte en Abraham. ¿Por qué? ¡Porque depende de su contenido! Y esto es exactamente lo que el Apóstol Mayor predicó. Preguntó, por ejemplo, ¿qué distinguió al pueblo de Israel de sus naciones vecinas? Su respuesta fue: ¡Dios lo había elegido para ser una bendición para todas las naciones! Cumplió su promesa de llevarlo a la tierra prometida. A cambio, solo esperaba fidelidad y obediencia, dijo el dirigente de la Iglesia.

Andar en el nombre de Dios

Estos enfoques pueden trasladarse a la actualidad. Cada ser humano “anda en el nombre de su Dios”. Las convicciones y las prioridades determinan las decisiones y el comportamiento. Por ejemplo: Un buen vendedor primero trata de identificar la personalidad y las motivaciones de su cliente para convencerlo de que el producto propuesto satisface perfectamente sus necesidades y deseos.

Apóstol Mayor Schneider: “Los cristianos tienen una relación especial con Dios, y esta relación debe guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”. Dios nos ha liberado del pecado original y nos ha hecho sus hijos. Nos lleva a su reino y quiere hacernos una fuente de bendición. Nuestra respuesta es “andar en el nombre de Dios”. Hemos prometido fidelidad y obediencia a ello: “En el Bautismo decidimos aferrarnos a la verdad del Evangelio, hacer de Jesucristo nuestro ejemplo y fijarnos la meta de entrar en su reino”. A este propósito debemos permanecer fieles.

Hacer el bien a los demás

Dios nos ha elegido para dar un testimonio vivo de Jesucristo. “Es nuestro encargo promover los valores del Evangelio, poner en práctica la doctrina de Jesucristo y darle gloria”. El Apóstol Mayor también dio un ejemplo sobre esto: “Somos enviados por Jesús para hacer el bien a los demás en su nombre. En particular, nos pide que recibamos a los niños pequeños en su nombre, en otras palabras, que hagamos el bien a aquellos que no pueden devolvérnoslo”.

El pueblo de Israel no fue capaz de “andar constantemente en el nombre del Señor”. Se rebeló contra Dios al no darles lo que esperaban. Algunos acudieron a dioses extraños menos exigentes que el Señor. Otros lo dejaron porque pensaron que ya no lo necesitaban. “¿Y qué pasa con nosotros?”, preguntó el máximo dirigente de la Iglesia insistentemente. “Estamos decididos a aferrarnos al nombre del Señor perseverando en nuestra fe. Cuando el Señor venga nuevamente, nos dará un nombre nuevo”.

Foto: terovesalainen – stock.adobe.com

octubre 21, 2020

Autor: Peter Johanning

Imprimir