La vida es cambiante: dudas, preocupaciones y luego otra vez una fe firme y alegría. Pero hay una magnitud en la que podemos confiar permanentemente, dice el Apóstol Mayor Schneider.

El coronavirus nos obliga al distanciamiento. Desafortunadamente esto también se aplica a la conferencia que realizan regularmente los dirigentes de la Iglesia Internacional. Una asamblea de Apóstoles de Distrito digital es hasta cierto punto territorio nuevo y los preparativos para ella son bastante complejos.

Menos Servicios Divinos por vídeo, más ofrecimientos locales. Aumenta la cantidad de transmisiones. El objetivo en Europa son los Servicios Divinos de cada distrito de la Iglesia.

Librados de la prisión y en viaje hacia la libertad absoluta. Este es el camino que Dios quiere para cada creyente. El Apóstol Mayor explica las estaciones importantes y lo que es tan maravilloso de ellas.

Prevención, educación, superación, son los frentes en la lucha contra los abusos y las agresiones. La Iglesia Nueva Apostólica también apoya en este esfuerzo a personas fuera de sus propias filas que se encuentran en la misma lucha. La Iglesia regional Alemania del Sur lo demostró recientemente.

El punto central de la prédica del domingo proviene de la serie temática “Las últimas cosas”: preparación para el retorno de Cristo. Y este también es el contenido del próximo Servicio Divino por vídeo.

El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider se describió a sí mismo como “sin hogar” cuando se presentó en el altar de la comunidad de Montreux (Suiza). Debido al coronavirus, el viaje que había planeado a Brasil fue cancelado. Esta vez, el ejemplo brillante de Abraham fue el centro de la prédica.

¿Quién se ocupa de los niños? ¿Quién es responsable de la educación religiosa? Muchos, dice el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Una mirada al amor, la responsabilidad y las estructuras de la Iglesia.

Interceder por los difuntos en oración es una necesidad de los cristianos. El próximo domingo, los cristianos nuevoapostólicos celebrarán el Servicio Divino en ayuda para los difuntos. Habrá transmisión de los Servicios Divinos en todo el mundo.

Este año el mes de noviembre tiene cinco domingos. El año litúrgico está terminando, en el último domingo ya comienza el tiempo de Adviento. ¡Qué rápido pasa un año! Motivo suficiente para ocuparse de las “últimas cosas”. Y esto hace referencia a un pensamiento teológico básico.

¿Agradecer a Dios? Es difícil en tiempos difíciles. Sin embargo, el Apóstol Mayor cree que es parte de la lucha contra la crisis: Cómo lograrlo y en qué se puede beneficiar uno mismo. Un Servicio Divino con dos veces cinco pensamientos.

Escuchar la palabra de Dios y el perdón de los pecados, recibir bendición y adorar a Dios juntos, estos son algunos de los elementos centrales del Servicio Divino. Y en la pandemia del coronavirus, esto también es posible virtualmente.

La comunidad de Sarreburgo se alegró cuando su Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider entró en el salón de la iglesia de manera sorprendente e inesperada. Estos Servicios Divinos son recordados por mucho tiempo. De vez en cuando, los días del coronavirus también tienen algo bueno.

Más claros, más modernos, más fáciles de abarcar con la vista, así es como se presentan los “Pensamientos Guías” en su edición más reciente. Se trata del relanzamiento de la publicación más traducida de la Iglesia Nueva Apostólica. Y no solo se refiere a su diseño.

No es omnisciente, pero seguro de su propia superioridad. No es omnipotente, pero emplea todo su poder para tener la razón y que los demás le den la razón. Así es como los seres humanos se tienden una trampa a sí mismos. Pablo muestra cómo salir de ella. Una carta para leer.

Participar del Servicio Divino cuando el vecino todavía duerme: Los profesionales que tienen que trabajar los domingos tienen una opción más en tiempos de coronavirus. Pueden unirse a Servicios Divinos virtuales en una zona horaria diferente.

Lo del “primer amor” es bien conocido. ¿Pero qué es lo que pasa con la “primera confianza”? Un Servicio Divino sobre la convicción, la certeza y la esperanza; y la respuesta a la pregunta: ¿Adónde conduce todo esto?

El agradecimiento por la cosecha es la fiesta que recuerda la naturaleza de Dios como el Creador, dice el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica. Se reserva para ella un domingo especial en el año litúrgico, pero el cristiano también puede dar gracias en los demás días del año, dice el Apóstol Mayor.