Mañana, 8 de marzo, es el Día internacional de la Mujer que tuvo su origen en la lucha por la igualdad de derechos. En la Iglesia Nueva Apostólica, las mujeres no desempeñan un ministerio, pero realizan inestimables tareas de asistencia espiritual. ¿Cómo es compatible esto?
Ya existió una vez un ministerio para mujeres: a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX había Diaconisas nuevoapostólicas. Su tarea era la de atención de las mujeres en la comunidad. Así lo define el «Libro de ayuda para los Pastores y siervos de la comunidad nuevoapostólica» de 1908. De un informe del Apóstol Mayor Friedrich Krebs del año 1898 nos ha sido transmitido además, que la Diaconisa mayor y el Diácono mayor recibían la Santa Cena en representación de los difuntos.
También hubo Diaconisas en la Iglesia Católica Apostólica. Aunque allí se las elegía como a los Diáconos y Subdiáconos, ellas no recibían la bendición apostólica como los hombres. En el complejo orden jerárquico católico apostólico formaban parte de las fuerzas auxiliares del diaconado de una comunidad los Subdiáconos, las Diaconisas, los acólitos, los cantores, los porteros y los ayudadores de los laicos. Las Diaconisas debían controlar la producción de la vestimenta litúrgica o visitar a los miembros femeninos de la comunidad en caso de alguna enfermedad.
Hermanas sin ministerio, pero con bendición
En 1938 todavia se encontraba en el libro de Preguntas y Respuestas nuevoapostólico el ministerio de Diaconisa. Resulta interesante en este contexto que la revista «Nuestra Familia» en su edición del 5 de mayo de 1995 informa de dos hermanas en la fe que realizaban en Papúa-Nueva Guinea su servicio como Diaconisas. Bajo el título de «Colaboración de hermanas» dice allí: «A pesar de no existir ya como al comienzo el ministerio de Diaconisa, nuestras hermanas pueden aportar con rica bendición al desarrollo ordenado de un Oficio Divino incluso sin ministerio ni honores». Esto lo experimentó el Apóstol de Distrito Arthur Henry Rosentreter en una visita a la comunidad de Maka.
Pedagogía y música
Hoy las hermanas desempeñan en la comunidad tareas muy diferentes e importantes. La importancia de la mujer en la Iglesia Nueva Apostólica no se refleja en la jerarquía ministerial, sino en las tareas que realizan en la comunidad. Las mujeres enseñan a los niños y también organizan el dictado de clases. En gran parte están activas en los grupos de trabajo preparatorios, en los cuales se desarrollan documentos estratégicos cuyo contenido concierne al cuidado de los niños en la Iglesia Nueva Apostólica. El aspecto pedagógico está muy bien equipado y se puede comparar con otras obras de enseñanza similares.
En la Iglesia Nueva Apostólica las mujeres también participan en forma decisiva en las tareas musicales. Esto abarca desde involucrarse en gremios especializados dedicados a elaborar los himnarios y las carpetas de coro de la Iglesia hasta tareas de conducción como dirigentes de coro locales o regionales.
Definir la interpretación de ministerio
¿Y el ministerio para mujeres? ¿Llegará alguna vez? Es muy temprano para formularse esta pregunta, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en una mesa redonda que tuvo lugar en el Día Internacional de la Iglesia en Múnich. Primero hay que definir claramente la interpretación de ministerio: ¿Qué es un ministerio, qué es un servicio? ¿Qué pasa en la ordenación? Recién después se puede hablar sobre quién puede llevar un ministerio. Para eso hay que tomar en cuenta no sólo temas teológicos, sino también sociales: ¿Qué acepta la comunidad, y no sólo internacional, sino también regionalmente?
Palabra clave: encargo
«Un encargo es la transmisión de una tarea bien definida; no es lo mismo que una ordenación. El encargo puede estar limitado en tiempo y lugar. Para dar cumplimiento a las múltiples tareas de las comunidades y distritos se otorgan encargos, independientemente de un ministerio tanto a hermanas como a hermanos». Así explica el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica (Catecismo INA 7.10).