Es una imagen para la Iglesia de Cristo: ¿por qué permite Dios que haya cizaña en su campo de trigo? La respuesta encierra tres tareas para cada creyente. El Apóstol Mayor explica más al respecto.
En Sesheke, Zambia, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró un Servicio Divino con 14.707 participantes el 23 de mayo de 2025. El Servicio Divino se basó en la palabra bíblica de Mateo 13:24-25: “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue”.
Trigo contra cizaña
El trigo representa a “aquellos que han recibido la buena semilla, el Evangelio, lo han aceptado y ahora Jesucristo reina en su corazón”, menciona el dirigente de la Iglesia. Y la cizaña simboliza a las personas que hacen el mal. Esta semilla la ha sembrado el enemigo.
Cizaña por todas partes
La cizaña en el mundo: “Si se observa la proporción, en mi opinión hay mucha más cizaña que trigo”. La cizaña parece incluso estar ganando terreno. Pero eso no impedirá la cosecha. “Confiad simplemente en Dios, Él cumplirá su plan”.
La cizaña en la Iglesia: “¿Cómo es posible?”, pregunta el Apóstol Mayor. Porque “en la Iglesia todos deberían ser santos y hacer el bien”. “Pero Dios dice: ‘Invito a los buenos y a los malos’”. Porque es voluntad de Dios ayudar a todos. “¡Debemos confiar en Dios! Él acepta que en su Iglesia haya trigo y cizaña, y no castiga a los malos”. Dios “todavía está trabajando en ellos”, les concede un tiempo de gracia y espera que cambien.
¿Qué hacer contra la cizaña?
Mantenerse alerta: La cizaña y el trigo están ambos en el campo del Maestro. Es necesario examinarse a uno mismo. Todos, sin distinción, ya sean portadores de ministerio, hermanos o hermanas de la comunidad. “¿Quién gobierna en tu corazón? ¿Qué motiva tus obras y tus acciones? ¿Es Jesucristo, su amor y su gracia, o es otra cosa?”. Jesús “vino para daros la vida eterna, no para que seáis ricos o prósperos”. Él “vino para servir” por amor y no por interés.
La “presencia de la cizaña en la Iglesia no es excusa para no hacer nada”, porque “es tiempo de hacer el bien”. Por lo tanto, “no permitáis que el diablo siembre malas semillas en vuestro corazón”. Más bien, “hagamos que Jesucristo reine en nuestro corazón”.
No juzgar a los demás: ¿Cómo es la “relación con nuestro prójimo”? Sus actos se pueden ver, pero no su corazón ni su motivación. A menudo consideramos sus pecados más graves que los nuestros. Por eso “no tenemos la autoridad ni la tarea de juzgar y castigar a nuestro prójimo”.
El dirigente de la Iglesia subrayó que nuestra única tarea es “ayudar a los débiles a ser buenos”. A través de la oración, la ayuda en la vida cotidiana, el perdón y hacer tangible el amor de Dios: “’Sabes que sigues siendo uno de los nuestros y quiero que seas salvo junto conmigo’. Hacerles el bien significa mostrarles el amor de Cristo”.
La paja se separa del trigo “En el retorno de Cristo y más tarde, en el juicio final, Dios juzgará; y las semillas buenas serán aceptadas y las malas serán quemadas”. Pero el tiempo de gracia aún no ha terminado y Dios deja que la cizaña permanezca, “porque todavía está trabajando. Quiere que sean salvos”. El Apóstol Mayor hace un llamamiento: “Aún es tiempo de gracia, tenéis la oportunidad de cambiar. ¡Por favor, cambiad!”.




















