Cuando alguien deja su casa y cede la responsabilidad de la misma a otras personas, espera que cuando vuelva todo esté en orden. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider trasladó este ejemplo de la vida cotidiana a la vida de fe.
En Dhamanahandi (India), el Apóstol Mayor les habló a casi 4.000 creyentes sobre la responsabilidad. El 14 de noviembre de 2023, Jean-Luc Schneider fue el primer Apóstol Mayor que visitó esa región de la India.
La tarea y la responsabilidad de los creyentes se ilustra con las palabras de Marcos 13:34: “Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase”. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider explicó la parábola: “Este hombre es Jesucristo. Estaba en la tierra y la dejó para ir a su Padre”. Asignó tareas y responsabilidades a los siervos que se quedaron –“y estos no son solo los Apóstoles”–. Cuando vuelva –“porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa”– pedirá cuentas.
Responsables de la propia salvación
“La primera tarea”, explicó el presidente internacional de la Iglesia, es «nuestra preparación para el retorno de Dios”. Ciertamente, “nosotros no podemos santificarnos a nosotros mismos”. La palabra de Dios y los Sacramentos son necesarios para la santificación. Dios los brinda, pero “nosotros debemos tener fe y hacer su voluntad. Debemos recibir su palabra, recibir sus Sacramentos. Luego debemos obrar según su palabra. Esta es nuestra tarea y nuestra responsabilidad”.
El Apóstol Mayor también enfatizó: “Debemos deshacernos del mal, de la oscuridad, para que puedan desplegarse la luz y el bien”. Así, la nueva criatura creada por Dios tendrá espacio para desarrollarse. Y “es nuestra propia responsabilidad asegurar que el retorno de Cristo y la preparación para ese día sigan siendo la prioridad número uno en nuestra vida”. Esto también significa: “Si no estás preparado para el retorno de Cristo, no puedes culpar a nadie más”.
Llamados a servir
“Todos estamos llamados a servir al Señor”, recordó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Dios quiere que anunciemos el Evangelio y seamos testigos de Jesucristo”. También explicó qué significa esto exactamente, es decir, no convertir a toda la India ni criticar la fe de otras personas, sino más bien: “El anuncio más importante es a través de nuestro comportamiento, de nuestra vida cotidiana”. Así es como demuestras a los que te rodean lo importante que es tu fe y lo mucho que amas a Dios. “Pase lo que pase, permanecemos vinculados a Cristo para mostrar lo que somos capaces de hacer con la ayuda de Jesucristo”.
El servicio a Jesucristo también incluye el servicio a su comunidad. “Cada creyente es responsable de la vida en la comunidad, del ambiente en la comunidad”. Como ejemplo, el Apóstol Mayor mencionó los dones que se pueden utilizar para que tengan lugar los Servicios Divinos en la comunidad. La energía, el tiempo y las contribuciones financieras apoyan a los Apóstoles en su misión.
Ser porteros
El texto bíblico hace hincapié en el portero que está velando, que tiene una tarea especial. Él se ocupa de que “no entre nadie que no esté autorizado a hacerlo”.
“Nosotros somos los porteros de nuestro corazón”, subraya el Apóstol Mayor. “Nosotros debemos velar y no permitir que entre en nuestro corazón cualquier espíritu”. Los pensamientos y las ideas deben ser examinados “para ver si son acordes con el Evangelio de Jesucristo”.
“Todos nosotros también somos porteros de la comunidad”, dijo el Apóstol Mayor, “porque hay muchos espíritus que quieren penetrar en nuestra comunidad para destruir la unidad del pueblo. Debemos asegurarnos de que este espíritu que quiere destruir la unidad de la Iglesia no pueda entrar en nuestra comunidad”.
La otra tarea del portero es “anunciar la llegada del Maestro y decir a toda la casa: Viene el Maestro. Démosle la bienvenida”. Esto significa creer siempre que Jesús viene pronto. El Apóstol Mayor recordó a los creyentes cuando Pedro estaba en la cárcel y su comunidad oraba para que fuera liberado. Cuando esto realmente sucedió y Pedro llamó a la puerta, no podían creer que fuera él. “Ellos no creían realmente en sus oraciones”, dijo el Apóstol Mayor. “Yo estoy absolutamente seguro de que todos los cristianos nuevoapostólicos oran: Señor, por favor, vuelve. Pero ¿creemos realmente que puede venir hoy?”.