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Tiempo de arrepentimiento y ayuno: Pascua se acerca

febrero 3, 2016

Autor: Peter Johanning

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Pronto es Pascua. El 27 de marzo de 2016, la cristiandad celebra su fiesta por cierto más importante. En la Iglesia antigua y en muchas Iglesias todavía hoy comienza 40 días antes de Jueves Santo uno de los grandes tiempos de ayuno del año.

Tiempo de ayuno – Cuaresma – 40 días de ayuno y oración. Lo practican muchos cristianos en todo el mundo preparándose para las fiestas mayores: Pascua y Navidad, pues también el tiempo de Adviento es tradicionalmente un tiempo de ayuno.

El tiempo de arrepentimiento previo a la Pascua, o también llamado tiempo de pasión, comienza este año el 10 de febrero. Desde el siglo II se conoce el ayuno general, en el siglo III se lo pasó a toda la Semana Santa y desde el siglo V surgió finalmente el ayuno pascual de 40 días.

Arrepentirse y esparcir ceniza

En la Iglesia occidental al arrepentimiento pronto se le agregó ceniza: esparcir ceniza sobre la cabeza como señal exterior de arrepentimiento. El lugar litúrgico para ello era el Miércoles de Ceniza. Esto le dio el nombre al primer día de los 40 que duraba el ayuno. Las reglas del ayuno –si se mantenían– eran estrictas: una comida a la noche, nada de carne, nada de leche, nada de alcohol, nada de huevos.

40 días antes de Pascua –desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo– era el tiempo para el arrepentimiento. Al mismo tiempo, los solicitantes del Bautismo o catecúmenos se preparaban para su Bautismo, cuya dispensación sacramental sólo se hacía antiguamente en la noche de Pascua.

Tentaciones en el desierto

Jesús también ayunó durante 40 días. Fue para Él un tiempo de prueba, antes de comenzar su gran obra. Estaba en el desierto y era tentado por Satanás. En el cuarto capítulo del Evangelio de Mateo dice con gran énfasis: «Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre». Se mantuvo firme y sin pecado, resistió a las tentaciones y terminó victorioso aquella dramática situación: «El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían».

El Catecismo nuevoapostólico no conoce un tiempo de ayuno litúrgico. Como dice la tradición reformada, cada individuo decide por sí mismo cómo se prepara para las fiestas más importantes. También Lutero lo recomendó de la misma forma. Ningún cristiano está comprometido a cumplir lo que Dios no mandó, dijo. Cada uno puede comer en todo momento cualquier alimento.

No obstante, actualmente existen planteos colectivos en las Iglesias evangélicas de: «Siete semanas sin». En las Iglesias católicas y ortodoxas, el ayuno antes de Pascua es un hábito estricto. Asimismo en la Iglesia Anglicana, para los metodistas y en parte también para los bautistas, el Miércoles de Ceniza cumple un rol litúrgico.

Servicio Divino del Miércoles de Ceniza

«Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo». Este texto bíblico de 2 Corintios 12:9 determinará en su mayor medida el Servicio Divino en las comunidades nuevoapostólicas en la noche del Miércoles de Ceniza. La palabra atestigua: Pablo, el gran misionero y Apóstol del Señor, tuvo que encontrarse consigo mismo y cambiar. Su camino fue un camino de arrepentimiento. Así, también hoy debemos contribuir a que el Señor pueda estar activo con gran poder en nosotros y en la Iglesia, reconociendo la gracia de Dios y agradeciendo, reconociendo nuestra debilidad y sometiéndonos a la voluntad del Señor.

febrero 3, 2016

Autor: Peter Johanning

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