En África del Sur, pronto empezará de nuevo el ciclo lectivo y también las clases de flauta dulce. Para alegría de unos, para tristeza de otros, pero para influencia positiva de todos. Hoy, en el día de la flauta dulce, arrojamos luz sobre la historia que hay detrás.
Colaboración a la prédica en una Iglesia Nueva Apostólica en África del Sur. En lugar de cantar el coro, corren hacia adelante los niños de la comunidad. Todos tienen una flauta dulce en una mano y el cancionero infantil “Bright and Beautiful” en la otra. Por fin se ubican ordenadamente. Suena como cuando muchas flautas dulces tocan a la vez. Pero a nadie le importa, porque los niños se divierten mucho. Todos se sienten importantes, independientemente de su origen social.
Una imagen similar puede verse este domingo en todas las comunidades de la Iglesia regional África del Sur. Donde haya niños, se ubican adelante y tocan el mismo canto. Da igual que la comunidad sea grande o pequeña, que cuente con un hermoso órgano de tubos en un moderno edificio o que los Servicios Divinos tengan lugar bajo un árbol.
Impulso por la visita del Apóstol Mayor
Las flautas dulces existen en la Iglesia Nueva Apostólica de Sudáfrica al menos desde los años setenta. Por eso, cuando el Apóstol Mayor se anunció para 2019, el departamento de música de la Iglesia regional lo tuvo claro: “Queríamos que la visita del Apóstol Mayor fuera lo más emocionante posible”. Lo informa Clarke Schilder, colaborador del departamento de música. Así que él y sus colegas compraron unas 20.000 flautas dulces, él creó un libro de aprendizaje de flauta dulce y en toda la Iglesia regional se pudo comprar el paquete combinado por poco dinero. Las lecciones se mostraron en vídeos de aprendizaje en NACTV y en YouTube, y en el Servicio Divino del 11 de julio de 2019 los niños deleitaron al Apóstol Mayor con música de flauta dulce.
El trabajo de Clarke Schilder y sus colegas es garantizar que en todas las comunidades se pueda hacer algún tipo de música. Y eso es un gran reto, porque las comunidades son muy diversas. A veces hay un gran coro y muchos organistas, otras veces ni siquiera hay órgano. La flauta dulce se puede tocar en cualquier sitio, es fácil de usar y no necesita electricidad. “Este proyecto de las flautas dulces es una forma estupenda de cumplir ese objetivo porque está abierto a todos los niños de la Iglesia regional, sin importar si viven en una zona rica o pobre”, dice Clarke. Y hay otra razón: “Si fomentamos el interés ya cuando los niños vienen a la escuela dominical, entonces podemos entusiasmarlos con la Obra del Señor, con amar a su Obra. Lo que queremos promover es la alegría de estar en la casa de Dios, cantando, honrando su nombre y alabándolo.
Cuando los niños con talento se convierten en músicos exitosos
El nuevo ciclo lectivo comienza a fines de enero y también empiezan las clases de flauta dulce en NACTV. En muchos lugares, también tienen lugar entonces los ensayos conjuntos de la orquesta, dependiendo de las condiciones de la región. Clarke y sus colegas también se complacen en colocar a profesores profesionales en escuelas e instituciones.
Porque una cosa está clara: “Toda una serie de músicos famosos de hoy empezaron con la flauta dulce”, informa Clarke. Por ejemplo, Brandon Phillips, de 43 años, ahora es fagotista principal y director de la Orquesta Filarmónica de Ciudad del Cabo, y desde este año es profesor en la Universidad de Ciudad del Cabo. Sin embargo, cuando empezó a tocar la flauta dulce con unos nueve años, al principio no estaba tan entusiasmado: “Mi padre me obligó a tocar la flauta dulce”, dice. Pero hoy está agradecido a sus padres: “La flauta dulce fue básicamente mi introducción al mundo de la música. Sin esas lecciones, no habría tenido éxito”. Cuando rápidamente después de la flauta soprano aprendió a tocar las otras flautas dulces, así como la trompeta, el violín y la viola, Clarke Schilder, entre otros, reconoció su talento musical. Y pudo apoyar al joven músico desde el principio.
Por eso es tan importante para Clarke reconocer pronto a los jóvenes talentos y animarlos. El coronavirus ha retrasado bastante el desarrollo. Pero ahora el departamento de música quiere promover el canto, entre otras cosas. “Siempre intentamos crear plataformas para que nuestros niños se presenten”, dice Clarke. Así pues, dos veces al mes es el turno de los niños. El plan para 2023 está establecido: una vez cantarán y otra tocarán la flauta.
Un amigo que no devuelve los golpes
“Creo que la música tiene muchos beneficios”, expresa Clarke Schilder. “Los introvertidos salen de su caparazón, se vuelven sociables. La música también ayuda a aprender en la escuela”. No solo a leer. “La música aporta una sensación de calma. La flauta dulce no necesita nada. Basta con soplar en el instrumento para que emita un sonido. Si alguien te molesta, puedes irte a tu habitación y tocar tu instrumento. La flauta dulce es un amigo que no devuelve los golpes”.
Por eso, muchos niños no se sienten como Brandon Phillips, que corrió a su primera clase de flauta dulce con lágrimas en los ojos porque prefería jugar al fútbol. “Una profesora me contó una bonita historia”, relata Clarke. “Los ensayos son los viernes por la tarde porque al día siguiente no hay colegio. Cuando ella llega a la iglesia un viernes por la tarde, por muy temprano que sea, los niños ya están siempre en la puerta de la iglesia esperando a que empiece su clase”.
Foto: NAC Southern Africa