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Todo lo que se necesita es confianza

febrero 20, 2017

Autor: Nicole Prestle

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«Mi vida fue bastante sencilla: todo fue apasionante», dice el Pastor e.d. André Miku Mpeti. Congoleño de nacimiento, fue de joven a Bélgica y vive hace muchos años en Islandia. Estaciones de una vida de fe.

Varias veces en la vida tuvo que empezar de nuevo: de joven André Miku Mpeti se fue de su patria, el Congo, para estudiar en Bélgica. Cuando conoció allí a su esposa, una islandesa, André Miku Mpeti estuvo de acuerdo en empezar de nuevo.

Al principio fue todo bien, hasta que la relación se rompió. Fue un tiempo del que no quiere contar mucho. Sólo que se sintió aislado y que la fe en Dios y la comunión que vivía en el Servicio Divino fueron para él un gran apoyo. En realidad, fue su único apoyo.

Recién prendió en el segundo arranque

«En mi patria, en el Congo, la religión cumplía para mí un rol importante. Fui educado en la fe católica». Con la Iglesia Nueva Apostólica recién se puso en contacto en Bélgica, cuando su primo alojó por casualidad a un Anciano de Distrito. Después de una larga conversación, ambos primos estuvieron dispuestos a concurrir a un Servicio Divino. De todos modos, «a mí no me conmovió», dice.

Recién cuando el dirigente de la comunidad quiso visitar varias veces al africano en el hogar donde vivía, y no lo encontró, dejando cada vez una tarjeta, André sintió que era llamado: «Me pregunté por qué un hombre ofrenda su tiempo una y otra vez para visitarme. Pensé que tendría que haber un sentido profundo. Entonces volví a ir al Servicio Divino». Y a partir de allí seguí concurriendo una y otra vez.

Lo que predicaban los Pastores y Diáconos belgas en el altar, también lo vivían en la vida cotidiana: «Me demostraron tanto amor y paciencia, sin obligarme a nada». Los hermanos en la fe se volvieron una «segunda familia» para el estudiante. «En algún momento sentí que no eran los siervos los que me necesitaban. Era yo el que necesitaba a Dios». En 1988 André Miku Mpeti mismo recibió un ministerio: primero fue Subdiácono, más adelante –en Islandia– Pastor.

Servicio Divino a demanda

En Islandia la fe nuevoapostólica no cumple un gran rol. El que quiere concurrir a un Servicio Divino de la Iglesia Nueva Apostólica, sólo tiene la posibilidad de hacerlo en Reikiavik, la capital, y allí tampoco hay una iglesia propia. Se alquila una pequeña capilla para los Servicios Divinos.

Antes vivía en Reikiavik un Pastor de Inglaterra y era el dirigente de la comunidad. Entretanto ya se fue de la isla. Después era el Pastor Mpeti el que todos los domingos oficiaba los Servicios Divinos nuevoapostólicos en Reikiavik. Un tiempo después de su pase a descanso, el Pastor Torsten Hilke de Hamburgo se hizo cargo de la atención de la comunidad.

No hay un ritmo fijo para los Servicios Divinos. Pocas veces hay más de cuatro o cinco en el año. El que quiera averiguar en Internet por los horarios, encontrará allí solamente una breve información: «Servicio Divino a demanda».

La experiencia fortalece la confianza

El Pastor responsable trata de quedar en contacto con los hermanos por e-mail o por teléfono. Además, los hermanos y hermanas de Islandia reciben regularmente cartas de asistencia espiritual del Apóstol competente. Buscan el intercambio con otros cristianos nuevoapostólicos en las redes sociales. Internet también brinda la posibilidad de participar de las transmisiones de Servicios Divinos.

Si cada tantos meses los hermanos nuevoapostólicos se encuentran un domingo en la pequeña capilla de la capital de Islandia, pocas veces son más de dos o tres. A veces, en el verano, se agregan un par de turistas.

André Miku Mpeti concurre a cada Servicio Divino. ¿Cómo se puede preservar la fe sin ser fortalecido regularmente por la palabra de Dios? Como Pastor e.d. André Miku Mpeti expresa sonriendo: «Pude experimentar muchas veces a Dios. Simplemente sigo confiando en Él».

febrero 20, 2017

Autor: Nicole Prestle

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