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Tomar posición y asumir responsabilidades: la Confirmación

abril 11, 2018

Autor: Peter Johanning

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«¿Quién soy realmente? ¿Y adónde quiero llegar?». Preguntas de este tipo se plantean en estos días los jóvenes confirmantes de la Iglesia en la mayor parte de los países del mundo. Sin reflexionar sobre lo que significa la Confirmación, este ofrecimiento de la Iglesia no sería más que una costumbre o más que sólo una liturgia. Como un árbol sin raíces.

Tomar la decisión correcta, a veces es bastante difícil. Lo saben las personas mayores porque una vez fueron jóvenes. Las personas jóvenes lo tienen que aprender. De su Confirmación saben que pueden esperar un Servicio Divino especial para jóvenes cristianos con un solemne acto de bendición. Que serán llamados al altar y pronunciarán un voto fuera de lo común. Habrá presentes amigos y parientes a los que les gustará participar de la fiesta. Las iglesias en su mayoría estarán colmadas.

Profesar públicamente la fe

Ahora bien, «confirmare» significa «afirmar, ratificar». ¿Qué es lo que hay que afirmar? ¿Por qué un joven cristiano se deja confirmar? El Catecismo nuevoapostólico dice al respecto que «los jóvenes cristianos nuevoapostólicos se hacen cargo de obligaciones». Las obligaciones que sus padres contrajeron por ellos en lo concerniente a su fe, han llegado a su término. «A partir de ese momento el cristiano mayor de edad tiene ante Dios la responsabilidad ilimitada por sus acciones y omisiones. Se compromete a permanecer fiel a Dios y se profesa públicamente a la fe nuevoapostólica» (Catecismo INA 12.2.2 ).

Se prepararon para ello en las clases para los confirmandos y, por ende, conocen los rasgos esenciales de la doctrina de fe, en especial los diez artículos de la fe: aprendieron a apreciar el valor de la fe. Buscan seriamente conducir su vida conforme al Evangelio y se orientan en la meta de la fe, el retorno de Cristo. La bendición dispensada en el altar sella su promesa de fidelidad ante Dios: ¡los jóvenes asumen una responsabilidad!

¿Dónde estoy parado, adónde quiero llegar?

¿Qué significa esto? Antes de que una persona quiera asumir una responsabilidad tiene que saber para qué. Y tiene que saber donde está parada en ese momento. Un posicionamiento claro es el «calzador» para asumir una responsabilidad. Un ejemplo de muchos: el joven Jesús de Nazaret está sentado siendo niño en el templo de Jerusalén hablando con claridad con los escribas. Sus padres lo perdieron de vista y lo están buscando en todas partes. Recién a lo último se les ocurre la idea de buscarlo en el templo. Y un pequeño reproche acompaña a la nueva pregunta con la que Jesús rebate a su pregunta: «¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?» (Lucas 2:41 ss.). Él, un niño, había tomado posición. Estaba en el templo y eso le interesaba más que la fiesta de la Pascua.

Es importante asumir responsabilidades

El que quiere asumir una responsabilidad tiene que saber dónde está y qué puede hacer. Todas estas preguntas había respondido Jesús, con doce años, al visitar el templo. Por eso, esta historia de la Biblia es importante para los jóvenes cristianos. Casi como parámetro para su conducta: los encuentros con Dios son importantes para mí, entonces voy a los Servicios Divinos. La prédica de la palabra de Dios es importante para mí, entonces la oigo con frecuencia. El estar juntos en la comunidad es importante para mí, entonces también participo. Y ya uno está dispuesto a asumir una responsabilidad. El Apóstol Pedro lo dice claramente: «Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 Pedro 3:15). Lo bueno de esto es que el que asume responsabilidades también puede decidir, pone parámetros, contribuye al crecimiento y al desarrollo, y ejerce influencia en el mundo en el que vive.

«No estaréis solos»

Por eso, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider escribe en su carta para la Confirmación 2018: «En su amor Dios os ha dado la posibilidad de ser semejantes a la imagen de Jesucristo. Si queréis, podéis amar, perdonar y vencer igual que Él lo hizo. Poneos como meta llegar a ser seguidores de Cristo. Es un propósito ambicioso que requiere mucho esfuerzo y paciencia, ¡pero vale la pena!». Y también queda claro que si el tomar posición y asumir responsabilidades alguna vez se vuelve difícil, el Director de la Iglesia tiene un consejo para los jóvenes: «Además, no estaréis solos: vuestros padres, vuestros maestros y toda la comunidad estarán a vuestro lado para apoyaros».

Viéndolos así, los Servicios Divinos de Confirmación constituyen una obligación para toda la comunidad, ¡la de estar junto a los jóvenes cristianos para apoyarlos! Y lo mejor sería felicitarlos con un: «¡Qué bien que estás aquí con nosotros!».

abril 11, 2018

Autor: Peter Johanning

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