Trabajó para la Iglesia con el corazón y la mente

Su fe, su previsión y su humildad hicieron de él una figura formativa en la historia nuevoapostólica. El 20 de febrero, el Apóstol Mayor Hans Urwyler habría cumplido 100 años. Una mirada retrospectiva llena de gratitud.
Como partidarios de la Reforma, sus antepasados emigraron del sur de Francia a Zúrich, Berna y al cantón de Argovia (Suiza) hacia fines del siglo XVI. Hans Urwyler informó sobre su abuelo Hans Plüss: “Tenía en alto honor la fe reformada predicada por Lutero y Zwinglio”. Hans Plüss se hizo nuevoapostólico en 1905 y más tarde fue Obispo.
Junto con dos hermanos varones, Hans Urwyler creció en una familia nuevoapostólica en Berna, Suiza. Los valores que lo acompañaron durante toda su vida –fe, humildad y sentido de la responsabilidad– le fueron inculcados a una edad temprana. Su infancia se caracterizó por las experiencias de la Gran Depresión y, más tarde, de la Segunda Guerra Mundial.


En 1923, su padre creó su propia empresa en la industria automovilística, que en aquella época aún estaba en sus comienzos, y fundó la primera escuela de choferes de automóviles. Hans siguió el mismo camino profesional. Tras un aprendizaje de cuatro años como mecánico, asistió al centro técnico cantonal de Biel, donde se diplomó en técnico en automóviles. Junto con un socio, creó su propia empresa en el sector del automóvil, que dirigió durante 25 años.
Según la necesidad y las capacidades
Hans Urwyler participaba en la comunidad de la Iglesia, como él mismo decía, “allí donde era necesario y adecuado a mis capacidades”. Ya de niño tocaba el armonio. Durante su aprendizaje, dirigió el recién fundado coro de la comunidad Schwarzenburg. Como solo había tres carpetas para los 20 integrantes del coro, el joven director copiaba los cantos a mano.
En 1949 se casó con Hedi Wenger, cuyo matrimonio fue bendecido con dos hijos. Ese mismo año, Urwyler fue ordenado en su primer ministerio como Subdiácono. Siguieron otros niveles de ministerio, por ejemplo, en 1966: “Me llenaba de preocupación pensar que ahora tendría que llevar a cabo el trabajo de nuestro Anciano Eberhart”.
En 1969 fue instituido como Obispo. Y en el Servicio Divino de Año Nuevo de 1976 no solo fue ordenado Apóstol, sino también colocado directamente como Apóstol de Distrito para el área de actividad Suiza.





Un período ministerial de cambios
Cuando el 8 de noviembre de 1978, el Apóstol Mayor Ernst Streckeisen falleció en el extranjero, la asamblea de Apóstoles determinó que Hans Urwyler fuera el sexto Apóstol Mayor diez días después. Asumió la dirección de la Iglesia Nueva Apostólica en un momento de agitación. La sociedad occidental había cambiado drásticamente en los años 70. Las Iglesias tradicionales perdían influencia y muchas personas cuestionaban las antiguas certezas. El Apóstol Mayor reaccionó a estos desarrollos con cautela y previsión. Defendió una Iglesia que siguiera desarrollándose sin perder sus raíces.
Con él, Pentecostés se convirtió en el momento culminante del año litúrgico. Se introdujo la preescuela dominical para niños. A partir de los años 80, los Servicios Divinos se retransmitieron cada vez más, no solo con sonido, sino también con imágenes.
El padre de la responsabilidad individual
El paso más importante en el desarrollo puede resumirse en el conocido concepto de responsabilidad individual. “No podemos decidir sobre si nuestros hermanos y hermanas son dignos o no. Más bien, cada individuo es responsable de sí mismo” porque “ante Dios no hay acepción de personas. Más bien, todos los que lo deseen deben recibir la salvación y el descanso para su alma”. Esto condujo a un cambio cultural y a la liberalización de la Iglesia.
En la Guía de orientación para portadores de ministerio hoy se puede leer al respecto: “Los portadores de ministerio, como asistentes espirituales, deben respetar la responsabilidad individual de los miembros de la comunidad y evitar cualquier forma de paternalismo”. La doctrina nuevoapostólica descrita en el Catecismo también retoma este punto y describe que los portadores de ministerio no solo deben respetar la responsabilidad propia del individuo, sino también estimularla.
El Apóstol Mayor Urwyler también dio los primeros impulsos para el diálogo con otras Iglesias. Su punto de vista describía a la Iglesia Nueva Apostólica no como una congregación religiosa aislada, sino como parte de la cristiandad mundial. Siguiendo sus sugerencias se establecieron contactos con la Comunidad Apostólica, lo cual fue el comienzo de un largo y tortuoso camino, al final del cual se emitiría la Declaración de Reconciliación en 2014.
El Apóstol Mayor Urwyler no solo fue un destacado dirigente de la Iglesia, sino también una persona especial. Y ambos trabajaron juntos. Este será el tema de la segunda parte de la reseña, que se publicará mañana.

















