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Transmitir es el mejor agradecimiento

diciembre 4, 2024

Autor: Andreas Rother

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Dar las gracias es más que alabar. También incluye apreciar, aprovechar y dar. El Apóstol Mayor se refiere a los regalos del trino Dios.

Cuando se compran los alimentos en el supermercado, es fácil olvidar lo que hay detrás de todo ello: “Un fabricante que lo produce, detrás sigue estando la buena y vieja regla de sembrar y cosechar. Detrás está el Creador”. Así lo describió el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 6 de octubre de 2024 en Flensburgo (Alemania).

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Este es el texto bíblico para el Servicio Divino, tomado de Santiago 1:17, y se aplica por partida triple.

La triple siembra

“El origen de todo es Dios, nuestro Creador”, subrayó el máximo dirigente de la Iglesia. “Damos gracias al Creador por la vida que nos da” y por “todo lo que necesitamos para poder vivir esta vida”. 

Pero “también damos gracias a Dios, el Hijo, por su semilla. Esta semilla es el reino de Dios, el Evangelio. Le damos gracias por su sacrificio. Le damos gracias por fundar la Iglesia de Cristo”.

Y “damos gracias a Dios, el Espíritu Santo. También aquí hay siembra y cosecha. El Espíritu Santo ha puesto en nosotros la vida divina, el don del Espíritu Santo, la vida nueva de Jesucristo, que nos permite convertirnos en la imagen de Jesucristo y entrar en el reino de Dios”.

Confiable hasta la cosecha

“Santiago dice aquí que Dios es fiel. Esa es otra razón para dar gracias a Dios”, dijo el Apóstol Mayor: “El Creador es fiel. Sigue proveyendo a los seres humanos, incluso cuando ya no quieren saber absolutamente nada de Él”. 

“Dios, el Hijo, es fiel. Sigue cuidando de su Iglesia, sigue estando con sus Apóstoles, sigue apoyando su Evangelio y su sacrificio es válido para todos los seres humanos”. ¿Y el Espíritu Santo? “Quiere completar lo que ha comenzado en ti, en mí”.

La alegría por el regalo

“Todo se lo debemos a la gracia de Dios”, subraya el Apóstol Mayor. “Todo lo que tienes viene de Dios. Es un regalo de Dios, un regalo inmerecido, una gracia”. Además, “es una gracia que puedas reconocer a Jesucristo, que puedas creer. Es una gracia que hayas sido elegido”. Y finalmente, “si entramos en el reino de Dios, definitivamente no es por nuestro mérito. Es y sigue siendo una gracia”.

La fiesta de agradecimiento por la cosecha también significa que Dios dice: “Puedes alegrarte de ello. No tengas inhibiciones, ni remordimientos de conciencia. Disfruta de tu elección, disfruta y regocíjate por la promesa, por el futuro”. Y a través de esta alegría crecerá el agradecimiento. 

Unidad a través del compartir

¿Cómo podemos dar gracias al Señor?”, preguntó el dirigente de la Iglesia y respondió:

  • “Adorémoslo, alabémoslo y glorifiquémoslo, aunque las cosas no vayan muy bien en nuestra vida en este momento”.
  • “Démosle algo. Entonces traemos nuestra ofrenda”, pero no por deber o culpa, ni por cálculo, sino “simplemente por alegría”.
  • Apreciemos los dones de Dios: “No hago cualquier tontería con mi vida, con mi salud, con el medio ambiente, con la Iglesia, con mi propia alma”. 
  • “También aprovechemos los dones y hagamos el bien con ellos. Con nuestra vida, con nuestra fuerza, con nuestro dinero, con nuestro tiempo. Ese es el agradecimiento más hermoso”.

“Cuando nos damos cuenta de todo lo que hemos recibido de Dios y de que Dios es fiel: eso debería quitarnos realmente todo miedo y temor”, dijo el Apóstol Mayor Schneider: “Confío en el Dador de todas las cosas. Yo también tengo suficiente para hacer el bien. El otro no me quita nada si recibe lo mismo que yo”.

Esto fortalece la unidad: “El amado Dios me lo ha dado todo, pero ama a mi prójimo tanto como a mí. Y fíjate, lo que tenemos en común es mucho más grande que todo lo que nos separa”. 

diciembre 4, 2024

Autor: Andreas Rother

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