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Un arriba y abajo: la fe y la vida en Albania

julio 5, 2016

Autor: Andreas Rother

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Hospitalidad y distinción, pobreza y emigración, caracterizan la vida en Albania. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider visita este fin de semana el país en el que la Iglesia Nueva Apostólica tiene la mitad de jardines de infantes que comunidades.

Además de la familia y la distinción, la hospitalidad es uno de los valores centrales en el «Kanuni i Lekë Dukagjinit». Así dice el derecho consuetudinario, de siglos de antigüedad, tan típico de Albania. Y precisamente estos usos y costumbres fijaron el rumbo de la historia de la Iglesia Nueva Apostólica en el país ubicado junto al Adriático.

Intervino como anfitrión

Fue precisamente durante los preparativos del viaje, que su anfitrión notificó al Apóstol Bernd Klippert la cancelación de su invitación. Y sin la invitación de un nativo, en 1990 no se podía ingresar a Albania. Pero entonces intervino un pariente haciendo él de anfitrión, recibiendo al Apóstol y a su acompañante en una vivienda de tres habitaciones y media, en la que vivía con su familia de cinco miembros.

Agim Nikshiqi era el nombre del hospitalario pariente. Tres años más tarde se haría cargo como Anciano de Distrito de la dirección del nuevo distrito Albania. En la vivienda también vivía su hija Natasha, «la primera hija de Dios en Albania», como le gusta contar: cuando el 29 de septiembre de 1991 fueron selladas las primeras 21 almas, la traductora pública de alemán fue la primera de todas ¡para poder traducir al Apóstol!

Entre el cristianismo, el ateísmo y el islamismo

En ese momento, el cristianismo en Albania era antiquísimo y muy joven a la vez: el mismo Apóstol Pablo había llevado el Evangelio hasta Ilírico (ver Romanos 15:19). Y a más tardar desde el siglo IV se construyeron iglesias aquí. Pero a fines del siglo XV, con el Imperio Otomano, el islamismo conquistó esta comarca.

Una ideología completamente distinta fue la dominante en la segunda mitad del siglo XX: Albania se declaró «el primer estado ateo del mundo». Bajo la dictadura de Enver Hoxha estaba prohibida toda práctica religiosa. Se recuperó esta libertad en 1990 debido a la caída del régimen comunista.

A la anterior religión oficial, el «ateísmo», hoy se confiesa menos del tres por ciento de la población. Según la fuente consultada, entre más del 60 y menos del 80 por ciento son musulmanes, el resto principalmente cristianos. La convivencia de las religiones es pacífica y tolerante, informa el Apóstol Franz-Wilhelm Otten (Alemania), quien atiende Albania espiritualmente. De todos modos, «el trabajo misionero aquí significa evangelización».

Huyendo de la pobreza al exterior

La economía de planificación comunista dejó profundas huellas: Albania es uno de los países más pobres de Europa, últimamente con un ingreso per cápita de 384 dólares por mes. Por eso, en 1990 muchas personas inmediatamente buscaron su subsistencia en el exterior. Esto todavía se incrementó desde el así llamado Levantamiento de la Lotería en 1997, después de que muchos ahorristas perdieron su dinero en manos de estafadores. Hoy la tercera parte de los albaneses vive en el exterior.

Las olas de emigración también se hicieron sentir en la Iglesia Nueva Apostólica: hasta 1997 se alcanzó el auge, habiendo crecido hasta una docena de comunidades, pero después no se pudo seguir con el trabajo ante todo en el sur del país. Hoy la Iglesia en Albania cuenta con alrededor de 550 miembros en seis comunidades, atendidas por 18 portadores de ministerio nativos. «Nos hemos consolidado», describe la situación actual el Apóstol Otten. «Y en algún momento nos pondremos otra vez a fundar nuevas comunidades».

La Iglesia se dedica a regentar jardines de infantes

Mientras tanto la Iglesia ha echado nuevas raíces en la sociedad albanesa: desde 2012 se dedica a regentar jardines de infantes en Albania, entre tanto son tres instituciones con bastante más de 100 alumnos. El más grande está ubicado en un gran barrio residencial en los alrededores de la capital Tirana. Cuatro educadoras se ocupan allí de 60 niños, que son cuidados en media jornada o jornada completa hasta la edad preescolar. Reciben tres comidas por día y también pueden dormir la siesta en una sala dormitorio.

Los niños reciben enseñanza conforme a las disposiciones del Ministerio de Educación, cada uno según su edad. La enseñanza de religión de cualquier orientación está prohibida por el estado. Los primeros niños ya han salido de la institución: «Son los mejores alumnos de la escuela», se alegra el Apóstol Otten: «esto habla de la enseñanza y la atención intensiva que reciben los niños».

julio 5, 2016

Autor: Andreas Rother

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