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Un hito en la nueva historia de los Apóstoles

julio 14, 2015

Autor: Andreas Rother

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Es la verdadera hora del nacimiento del apostolado de la edad moderna: hoy hace 180 años las comunidades católicas apostólicas consagraron en Londres a sus Apóstoles. Pero la historia que siguió no se desarrolló como lo esperaban.

Ya antes habían sido llamados Apóstoles en Inglaterra. Se los había instituido con actos ministeriales y estaban activos. Sin embargo, el 14 de julio de 1935 fue un hito. Lo explicó más tarde Thomas Carlyle, el Apóstol en cuya tradición más adelante continuó el apostolado en Alemania. Comparó el proceso con las tres unciones de David: por el profeta Samuel, por la tribu de Judá y por todo Israel (1 Samuel 16:13; 2 Samuel 2:4; 5:3). La primera unción la comparó Carlyle con el llamamiento profético de los Apóstoles, la segunda con la «consagración» y la tercera con el «envío» que todavía estaba por delante.

Deseo de nueva actividad del Espíritu Santo

La historia previa: Algunos cristianos de diferentes confesiones sintieron las transformaciones que se produjeron después de la Revolución Francesa y por la Revolución Industrial como una secularización. Estimulados por el ministro religioso James Haldane Stewart surgió alrededor de 1820 el deseo de una nueva actividad del Espíritu Santo, lo cual se confirmó, entre otros, por informes de curaciones sorpresivas de enfermedades. Representantes de la «Escuela profética» se reunieron para fundamentar las promesas bíblicas para el último tiempo. Lo hicieron en círculos de oración o también en la «Conferencia de Albury» del noble Henry Drummond y del predicador Edward Irving.

Cuanto más se vinculaban esas vías del desarrollo, más firmemente iba surgiendo el movimiento apostólico. Hubo profecías que vieron al abogado John Bate Cardale como Apóstol de Jesucristo, cuyos llamamientos proféticos fueron reconocidos a partir de septiembre de 1832 por la comunidad de Irving y por otras comunidades. En Navidad del mismo año, Cardale, con dos ordenaciones, efectuó sus primeros actos ministeriales como Apóstol.

Las señales previas se cumplieron

Ya a comienzos de 1832, el 14 de julio de 1935 se había profetizado como la fecha de un acontecimiento especial. Lo que la profecía primero consideró como la fecha del retorno de Cristo, más adelante se interpretó como el momento en que el movimiento apostólico se convertiría en Iglesia. Se necesitaba para ello, según el entendimiento de entonces, el número bíblico completo de siete comunidades en Londres y que hubiera doce portadores del ministerio de Apóstol.

Prédicas bajo cielo abierto en el barrio de Paddington y actividades similares en el aristocrático Westminster condujeron a la fundación de las dos comunidades que faltaban. Pero hasta la tarde de la fecha esperada sólo había once Apóstoles. Ocurría que el número doce no quería aceptar su llamamiento. Según el ejemplo bíblico de la elección de un Apóstol sustituto, el Apóstol Matías (Hechos 1:15-26) la suerte finalmente se decidió entre dos candidatos.

Surge una Iglesia conducida por Apóstoles

Se habían cumplido todas las señales: Por la noche, ese 14 de julio de 1835 cada uno de los ángeles (Obispos) de las siete comunidades de Londres impuso sus manos en cada uno de los Apóstoles. Declaraban de esa manera, que los Apóstoles a partir de ese momento «estaban consagrados», lo cual signficaba que eran liberados de sus anteriores funciones en el trabajo en la comunidad y que estaban equipados y bendecidos para su futura función de conducir la Iglesia en general, que según la convicción de aquel entonces se consideraba que estaba en surgimiento.

Hasta realizar activamente esa tarea, los Apóstoles se retrayeron en una etapa de aprendizaje. Recién después tendría lugar el «envío». Pero a ese paso no se llegó en la forma en la que se esperaba. El llamado de los Apóstoles a los ministros religiosos de todo el mundo, de subordinarse a la autoridad del nuevo apostolado, el «Gran Testimonio», quedó casi sin respuesta.

Ambas ramas se separan

No obstante, los Apóstoles ingleses comenzaron a preparar la novia de Cristo. A partir de 1847 comenzaron a sellar en las áreas de actividad que les habían sido asignadas, a los cristianos bautizados con agua. Especialmente exitoso fue en lo que respecta a la cantidad el Apóstol Carlyle, quien estaba activo ante todo en el norte de Alemania. Fue también él, el que luchó para restaurar la cantidad de doce Apóstoles después de que dos de ellos dejaran su actividad. Sin embargo, no se pudo imponer en el Colegio de Apóstoles.

Después de fallecer el Apóstol Carlyle en 1855, cambió la doctrina católica apostólica. Según este cambio, una Iglesia episcopal guiada por 70 «arcángeles» debía continuar la obra de los Apóstoles después de su fallecimiento. Sin embargo, Edward Oliver Taplin, el «pilar de los profetas», en el año 1859 llamó a un estrecho colaborador de Carlyle como su sucesor como Apóstol para el norte de Alemania. Igual que en ocasión de posteriores llamamientos a cargo del profeta alemán y seguidor de Carlyle, Heinrich Geyer, los Apóstoles ingleses rechazaron esas instituciones ministeriales.

El significado para la Iglesia Nueva Apostólica

A más tardar en ese momento se separaron ambas ramas que ya habían existido dentro del movimiento católico apostólico. De la tradición del Apóstol Carlyle surgió, pasando por el paso intermedio de la «Misión general cristiana apostólica», la Comunidad apostólica y finalmente la Iglesia Nueva Apostólica.

Así, el 14 de julio de 1835 también tiene un significado especial para la Iglesia Nueva Apostólica, como dice una posición oficial del grupo de trabajo Historia: «La Iglesia Nueva Apostólica se entiende como una prosecución de la Iglesia Católica Apostólica. Aunque ambas Iglesias se diferencian mucho en la organización y la forma de los Servicios Divinos, las une la certeza de que los Apóstoles en su actividad en común son necesarios para la preparación de la novia del Señor».

Más informaciones en idioma alemán se encuentran en el comunicado oficial del grupo de trabajo «Historia», el archivo central de la Iglesia Nueva Apostólica Renania del Norte-Westfalia, el «Relato de acontecimientos» del Apóstol Woodhouse, así como en la serie de artículos «El camino hacia la Iglesia Nueva Apostólica», esta última también en español.

julio 14, 2015

Autor: Andreas Rother

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