¿Existen todavía hoy los buenos samaritanos? Sí, sin duda. El mundo les dedica un día especial: el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el 19 de agosto.
La parábola de Jesús sobre el buen samaritano es muy conocida: una persona ayuda a otra que se encuentra en apuros y le presta asistencia inmediata. Una acción que hoy en día es más necesaria que nunca, también conocida como “amor al prójimo”.
Día Mundial de la Asistencia Humanitaria
Desde hace 16 años, el 19 de agosto está dedicado a personas como el buen samaritano, mujeres y hombres que se comprometen y ayudan a personas en situaciones de emergencia grave. A menudo en las situaciones humanitarias más difíciles, están expuestos a amenazas, se encuentran en grave peligro debido a la precaria situación de seguridad y, a menudo, arriesgan su vida.
Así ocurrió con el enviado especial de las Naciones Unidas en Irak, Sérgio Vieira de Mello. Este hombre, originario de Brasil, estuvo al servicio de la ONU durante más de 30 años, llamó la atención sobre situaciones de emergencia, ayudó a aliviar el sufrimiento y dio voz a las víctimas de guerras y conflictos, a menudo ignoradas. Finalmente se encontraba en Irak, cuando su vida llegó a un abrupto final: el 19 de agosto de 2003 fue víctima de un atentado con bomba en Bagdad y murió junto con 21 compañeros. Este suceso fue el impulso para establecer el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que rinde homenaje al compromiso humanitario en general.
¿Qué es exactamente la asistencia humanitaria?
La asistencia humanitaria debe diferenciarse de la asistencia para el desarrollo. Esta última es a largo plazo y se centra en la mejora de las condiciones de vida. Se trata de generar una base para que las personas puedan valerse por sí mismas de forma autónoma y sostenible, es decir, ayuda para la autoayuda.
Los principios de la asistencia humanitaria se basan en la humanidad, la neutralidad, la imparcialidad y la independencia. Se caracteriza por una ayuda a corto plazo y adaptada a las necesidades, y es una respuesta directa a una situación de emergencia aguda. Entre estas se incluyen las catástrofes naturales, las epidemias, las crisis o los conflictos.
Las personas afectadas se encuentran a merced de su necesidad y ya no pueden superar su situación por sus propios medios. La asistencia humanitaria procura aliviar el sufrimiento de estas personas, mantener sus perspectivas de vida, apoyarlas, proteger sus derechos y salvar su vida. Lo consigue, entre otras cosas, proporcionando agua potable, alimentos, alojamiento y atención médica a los heridos, es decir, asistencia mediante apoyo material y logístico.
Asistencia humanitaria de la INA
“Ayudar a quien lo necesita lo mejor posible no solo es un mandato del amor cristiano al prójimo, sino un imperativo humanitario”, escribe la Iglesia Nueva Apostólica Alemania el Sur, que mantiene la organización humanitaria human aktiv. “El objetivo es garantizar la supervivencia y contribuir a que las personas puedan llevar una vida lo más digna posible”, añade NAK-karikativ. NAK Diakonia explica: “Los proyectos humanitarios se llevan a cabo en estrecha colaboración con otras organizaciones de ayuda nuevoapostólicas o de otras Iglesias”.
La organización humanitaria en EE. UU. e Charitable Ministry también apuesta por el compromiso humanitario: “Queremos poner en práctica el llamamiento de Jesús de amar a nuestro prójimo con hechos concretos”. NACare Fondation en Australia también se dedica a la ayuda en casos de catástrofes: “Inundaciones, incendios forestales, huracanes, sequías, terremotos… la región del Pacífico Oeste es especialmente vulnerable a las catástrofes naturales”. También en este caso, la ayuda es rápida y se presta en colaboración con organizaciones benéficas registradas en Australia. “Ayudar a las personas necesitadas y prestar apoyo en las tareas de socorro, rehabilitación y reconstrucción tras catástrofes naturales”, es también una de las prioridades de NAC SEA Relief Fund en Asia del Sudeste.
“El compromiso humanitario de la Iglesia tiene como objetivo que la asistencia sea rápida, inmediata y sin burocracia”, informa la Iglesia Nueva Apostólica Alemania del Sur. La asistencia beneficia a todas las personas, independientemente de su religión, sexo, color de piel y origen, así como hizo el buen samaritano.
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