Color del sitio web:

apostles.today

Un nuevo mundo es factible

septiembre 4, 2017

Autor: Andreas Rother

Imprimir
Escúchalo

Un Servicio Divino en tres frases: Dios edifica, con y en nosotros. Nosotros edificamos, con Dios y todos juntos. Y entonces surge un mundo totalmente nuevo. Ladrillos de una jornada para la juventud.

«Yo edifico contigo» fue el lema el 18 de junio de 2017 en Fráncfort (Alemania). El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider edifició sobre esta consigna valiéndose del texto bíblico de Apocalipsis 21:5: «Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas».

Dios edifica en nosotros

«Nosotros creemos en Dios. Y este Dios es el gran constructor».

  • Dios, el Padre, «es el Creador de los cielos, la tierra y el hombre».
  • Dios, el Hijo, «hizo posible la redención a través de su encarnación, su sacrificio en la cruz y su resurrección».
  • Dios, el Espíritu Santo, «está activo y quiere edificar en nosotros la nueva criatura».

«Por ende, Dios estuvo activo en el pasado y lo está en el presente», dijo el Apóstol Mayor. «Él también quiere crear algo en el futuro y es la nueva creación, donde no habrá muerte, ni aflicción, ni dolor, donde los hombres vivirán en eterna comunión con Dios, donde los hombres morarán juntos en paz y concordia».

Dios edifica con nosotros

Al principio los cielos y la tierra, al final el hombre, así surgió la creación presente. «Para la nueva creación Dios lo hizo al revés», explicó el Apóstol Mayor. «Él empieza creando el hombre nuevo. Y cuando los hombres estén preparados para esta nueva creación, creará el cielo nuevo y la tierra nueva».

«Él quiere crear en nosotros una nueva criatura, pero esto sólo lo puede hacer con nosotros», pues «sin nuestra colaboración no acontece nada. Para esto Dios nos deja completa libertad. ‘¿Quieres o no quieres? Si quieres, te doy las fuerzas que necesitas. Pero tú debes tomar la decisión'».

Nosotros edificamos con Dios

El que se decide a favor, no es un utopista que sueña de un mundo mejor, sino un trabajador comprometido con la edificación de un mundo nuevo. «Dios ya comenzó esta nueva creación en nosotros. Y a través de nosotros puede experimentarse esta nueva creación», expresó el Apóstol Mayor mencionando ejemplos concretos:

  • En la elección de la pareja no se trata de encontrar a alguien que satisfaga de la mejor manera posible las propias necesidades, sino de un cónyuge con el que se pueda ser feliz juntos. «Su felicidad es mi felicidad».
  • En la vida profesional «no se trata de hacer tanto dinero como sea posible». Se trata de cumplir con las obligaciones de la sociedad. «Yo soy corresponsable del bienestar de mi prójimo».
  • Los recursos naturales son limitados: «Si el Señor no vino, la próxima generación y la siguiente todavía necesitan tener algo. Tratemos la creación con mucho cuidado».
  • «Si el futuro ya ilumina hoy nuestro presente, trataremos de otra manera a los seres humanos: la dignidad de un ser humano no depende de su conocimiento, sus capacidades, su dinero o su procedencia».

Nosotros edificamos todos juntos

«A través de nuestra vida esta nueva creación ya puede ser experimentada por nuestros contemporáneos», explicó el Apóstol Mayor.

  • «Edifiquémonos mutuamente y oremos unos por otros. Yo edifico contigo. Tú me necesitas, yo te necesito. Lo hacemos juntos».
  • «El futuro es: los seres humanos viviendo en paz y concordia pese a todas las diferencias. Dios nos ha dado todo para ello: el perdón de los pecados, la gracia, el poder del amor».
  • Todas las actividades deberían reflejar las prioridades: «Nuestra prioridad es: la comunión con Dios. Nuestra prioridad es: amor al prójimo».

Surge un nuevo mundo

La conclusión del Apóstol Mayor: Dios edifica la nueva creación. Nosotros realizamos nuestro aporte permitiendo que esta nueva creación se desarrolle y edificándonos mutuamente. «¡Esto es factible!».

septiembre 4, 2017

Autor: Andreas Rother

Imprimir