Un amigo es alguien que está siempre y nos ayuda en tiempos de necesidad. Esto lo pudieron experimentar los hermanos y hermanas de El Bolsón. ¡Y no solo tienen uno, sino 120 amigos! Una historia para el Día Internacional de la Amistad, el 30 de julio de 2021.
La comunidad El Bolsón (Argentina) está literalmente en el fin del mundo. La comunidad más cercana en el sur está a 130 kilómetros, la más cercana en el norte a 185 kilómetros. Para visitar la comunidad El Bolsón, tanto los siervos de distrito como el Apóstol y el Obispo tienen que recorrer largas distancias; por ejemplo, el Obispo Claudio Videla vive a 1.500 kilómetros en línea recta. “Esto no siempre es fácil para los hermanos y portadores de ministerio de nuestra comunidad, que a menudo se sienten solos y olvidados”, informa Heiderose Tienes-Liebner de El Bolsón.
Los amigos velan el uno por el otro en la oración
Cuando llegó la carta de la comunidad Nordheide (Alemania) después de la campaña “Mi comunidad en una caja de zapatos” llevada a cabo en el Día Internacional de la Iglesia en Múnich 2014 –escrita por un miembro de la comunidad, el propio Apóstol Mayor en descanso Wilhelm Leber– la alegría fue grande. “Esto es una caricia del mismísimo amado Dios”, dijo el Pastor Rodolfo Benítez.
De repente, los 25 miembros de la comunidad El Bolsón ya no se sintieron tan solos. Habían encontrado alrededor de 120 amigos en el norte de Alemania. Con estos amigos se mantienen en contacto virtual intercambiando fotos, vídeos y pequeños textos. Sus amigos oran por ellos, como por ejemplo en 2015, cuando hubo sequía e incendios en El Bolsón. Junto con el Apóstol Jörg Steinbrenner, que dirigía el Servicio Divino cuando se enteraron, oraron por sus amigos de Sudamérica. Un día después recibieron un correo electrónico de El Bolsón: “¡Está lloviendo!”.
Después de orar, los miembros de la comunidad Nordheide enviaron una donación monetaria para ayudar a sus amigos de El Bolsón. Y les ayudó, pero de una manera diferente a la esperada.
Los amigos se ayudan mutuamente
Parte de la donación se destinó a María Delgado. La hermana de la fe tenía entonces unos 50 años y era paciente de diálisis desde hacía 9 años. Debía ir al hospital tres veces a la semana y tuvo que someterse a muchas operaciones. Junto con el Apóstol Noberto Pablo Bianchi, los miembros de la comunidad El Bolsón decidieron que el dinero debía utilizarse para que María pudiera someterse a una diálisis peritoneal. Esta diálisis se realiza diariamente en el peritoneo y María ya no tiene que ir al hospital para ello.
Para crear condiciones higiénicas para este tipo de diálisis en la pobre cabaña, necesitaba una cocina, una estufa para calentarse y una caldera. Además, un anexo con baldosas le iba a proporcionar más higiene. Este último fue financiado por amigos y miembros de la comunidad de El Bolsón, por lo que incluso sobró algo de la donación. “La donación de los hermanos y hermanas de la comunidad Nordheide significa la vida para mí”, decía María, recientemente fallecida, llena de gratitud.
Una joven visita a sus amigos
Unos años más tarde, la cantidad restante fue donada a Cony, que entonces tenía 18 años. En la comunidad El Bolsón surgió la idea de utilizar el dinero para financiar el viaje de Cony al Día de la Juventud Internacional (DJI) en Dusseldorf.
Al principio, muchas dificultades hicieron dudar a los involucrados en el plan. A pesar de la generosa donación, el dinero no parecía ser suficiente. El padre de Cony vendió su cuatriciclo para hacer posible el viaje de su hija. “No dudó ni un momento en venderlo para que yo tuviera el dinero”, relata Cony. “Fue un hermoso acto de amor para mí”. La adolescente se había trasladado recientemente desde su pueblo natal, El Maitén, para formarse como profesora de deportes, y nunca había hecho un viaje importante. Además, la preocupaban numerosos problemas: “Solo en el Servicio Divino encontraba paz”, relata, “pero ya de camino a casa todo era negro de nuevo. Luché con el amado Dios una y otra vez. Solo te pido una cosa: una pequeña caricia, para poder seguir adelante. Pero el cielo permaneció en silencio”. Pero entonces, en contra de todas las expectativas, todo salió bien: “Y no solo recibí una pequeña caricia”, dice Cony. “Fue como si fuera el mismo Dios cuando el Apóstol Mayor me tomó en sus brazos”. Cony pudo disfrutar del DJI en Dusseldorf y también conocer a algunos de sus amigos de la comunidad Nordheide por primera vez, no solo en línea.
Amistad sin límites entre los niños
Los niños de la comunidad Nordheide mostraron su amistad de una manera especial en la Navidad de 2019: “Prescindieron de los regalos de Navidad y en su lugar enviaron una donación monetaria a los niños de la comunidad El Bolsón”, informa el Pastor e.d. Walter Gerke, de Nordheide. En Pascua, los niños de la comunidad El Bolsón recibieron regalos de Nordheide que habían sido seleccionados con mucho cariño para ellos. Para mostrar su gratitud a sus amigos de Alemania, los niños de El Bolsón enviaron a su vez un vídeo con un ‘muchas gracias’ al otro extremo del mundo.