
Qué significa confiar realmente en Dios y cómo esto caracteriza una vida cristiana: explicación tomada de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor.
“Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié”. Este texto bíblico de Salmos 25:20 fue la base del Servicio Divino del 23 de marzo de 2025 en Santiago, la capital de Chile.
“Quien confía en Dios no será defraudado”. Con este mensaje, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider se dirigió a todos aquellos que se enfrentan a la culpa, la burla o la desilusión. El Servicio Divino fue retransmitido a toda el área de actividad Sud América y unió a creyentes desde Argentina hasta Uruguay.
Cuando aparece la vergüenza
El máximo dirigente de la Iglesia mencionó varias razones por las que las personas se sienten avergonzadas:
- Por sus propias faltas: “Hiciste algo malo, estás triste y te sientes culpable”.
- Por el juicio de los demás: “Dices que eres cristiano. Pero mírate. No eres mejor que los demás. Mira lo que pasa en tu Iglesia”.
- Por las expectativas defraudadas: “Esperamos y confiamos en que Dios nos ayudará. Pero nuestra situación es cada vez peor. Y la gente pregunta: ¿Dónde está tu Dios?”.
Dios ofrece ayuda en todas estas situaciones: libera de la culpa y la vergüenza. Santifica a los creyentes, los transforma a imagen de Cristo y los conduce a su reino. Pero esto no sucede automáticamente, sino que procede de una confianza absoluta.
Qué significa confiar en Dios
Confiar en Dios significa comportarse en la vida de un modo que le agrade, subrayó el Apóstol Mayor. Esto significa concretamente:
- Humildad: como el publicano de la parábola, que confiaba plenamente en la gracia de Dios. “Ninguno de nosotros es digno de entrar en el reino de Dios. Todos necesitamos la gracia”.
- Escuchar: “¿Nos damos cuenta de que Dios nos habla aun sabiendo lo débiles que somos? Cuando Dios habla, es a mí, no a mi prójimo, no al mundo, sino a mí”.
- Reconocer los ídolos: “Un ídolo es todo lo que llega a ser más importante que Dios”, como tu propio proyecto de vida, tu reputación ante los demás.
- Motivación pura: “Todo hijo de Dios debería preguntarse: ¿Cuál es mi verdadera motivación para servir al Señor?”. Se trata de hacer el bien no por cálculo, sino por amor a Dios y al prójimo.
- Seguimiento serio: “Seguir a Jesús cuesta”. ¿Puedes permitirte seguir a Jesucristo? Jesucristo dijo: ‘Si quieres seguirme, niégate a ti mismo’”.
La conclusión del Servicio Divino: el humilde que confía plenamente en Dios y sigue fielmente el ejemplo de Cristo nunca será avergonzado. Dios lo librará y lo conducirá a su gloria.