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“Una Iglesia sin fronteras ni muros”

diciembre 28, 2020

Autor: Andreas Rother

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Iglesias con puertas cerradas, Servicios Divinos por YouTube, protección de boca y nariz en el altar. La pandemia causó un gran revuelo en la vida de la Iglesia. 2020, el año del coronavirus. Una crónica de los acontecimientos.

Todo comenzó muy despacio: “Nada de pánico, pero sí una higiene adecuada”, decía la consigna a principios de marzo. “Lavado frecuente y minucioso de las manos” y “los propios creyentes deciden sobre su participación en el Servicio Divino”.

Y de repente las puertas se cerraron

Las premisas se agudizaron cuando la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo declaró la pandemia: higiene extraordinaria de manos … si hay síntomas de resfrío prescindir de concurrir al Servicio Divino … “abstenerse de saludar y despedirse con un apretón de manos o un abrazo”.

Y después todo fue muy rápido en las semanas once y doce del calendario: Primero en Italia se cancelaron las reuniones en los locales de la Iglesia, después en Alemania y Canadá, casi a un ritmo diario les siguieron Asia del Sudeste, Sud América, Níger, Pacífico Oeste, los EE. UU. y la República Democrática del Congo.

Cómo llegó el Servicio Divino hasta el creyente

“Cuando el creyente no puede venir al Servicio Divino, el Servicio Divino viene al creyente”. Bajo este lema, las Iglesias regionales en todas partes lanzaban sus transmisiones de Servicios Divinos: América del Norte y Sudáfrica tenían cierta ventaja con sus portales de streaming y su propia estación de televisión, respectivamente. En otros lugares, YouTube se convirtió en el lugar de reunión dominical para los creyentes. Desde entonces, en nac.today siempre han estado disponibles los últimos enlaces. Y hasta hoy lo están los aportes que más clics tuvieron.

Tuvieron que tomar otros caminos las Iglesias regionales donde solo una fracción de las personas tiene algún acceso a Internet. En la República Democrática del Congo Sudeste, por ejemplo, los portadores de ministerio iban de casa en casa, haciendo una breve reunión de recogimiento y celebrando la Santa Cena. Para reforzar esta tarea, la Iglesia regional de 1,8 millones de miembros reactivó a todos sus portadores de ministerio que estaban en descanso ministerial.

La vida de las comunidades se resiste a la crisis

Los Servicios Divinos por streaming quedaron establecidos e incluso atrajeron el interés de los medios de comunicación. Además, la Dirección de la Iglesia también se ocupó de poner a disposición impulsos espirituales para el lapso entre los domingos proporcionando regularmente textos para horas de recogimiento. Debido a que tuvo que ser suspendido el festejo conjunto de la Santa Cena, las tres grandes fábricas de hostias de Alemania, Zambia y Sudáfrica tuvieron que parar su producción.

Mientras tanto, los miembros de la Iglesia mostraron lo que hay en ellos. Muchos voluntarios invirtieron energía y tiempo libre para mantener la vida de la comunidad. Las clases para niños, las horas para portadores de ministerio e incluso las asambleas de Apóstoles de Distrito pasaron a la videoconferencia. Los ensayos de coro y las presentaciones musicales tuvieron lugar virtualmente. Y cinco jóvenes alemanes pudieron conseguir financiación estatal para empezar con la construcción de la web “meinegemeinde.digital” en un concurso del gobierno.

El largo camino de regreso a la casa de Dios

Para muchas personas, la crisis del coronavirus es solo una emergencia más con la que tienen que luchar. Especialmente en los países del hemisferio sur, la lucha es por su propia existencia. Las organizaciones caritativas nuevoapostólicas hicieron todo lo posible para aliviar lo peor de la situación. Esto presentó a los que colaboraron retos completamente nuevos que solo pudieron ser enfrentados con ideas inusuales.

A fines de abril, la Dirección de la Iglesia comenzó a explorar las posibilidades de reabrir las iglesias y trabajó en las directrices para hacerlo. Pero se iba a necesitar hasta junio para que en muchos lugares se pudiesen reanudar los Servicios Divinos presenciales. El número de asistentes fue limitado a fin de mantener el espacio prescrito. Marcas de seguridad, máscaras protectoras, desinfectantes, fue lo que determinó la imagen de las naves de las iglesias.

Sin embargo, en Sud América solo un seis por ciento de las iglesias pudieron reabrir. Y en Austria, las iglesias fueron cerradas una vez más como parte de un confinamiento a principios de diciembre. Mientras tanto, el número de casos está aumentando, la situación sigue siendo tensa. Pero la Iglesia está preparada. Como dijo un siervo que fue llamado a colaborar en el altar en uno de los primeros Servicios Divinos por vídeo: “Se siente como una Iglesia sin fronteras ni muros”.

diciembre 28, 2020

Autor: Andreas Rother

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