No existe un boleto gratuito al paraíso. Sobre esto predicó el Apóstol Mayor en Freudenstadt. E ilustró a la comunidad sobre lo que es necesario para ser aceptado en el retorno del Señor.
El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el Servicio Divino del 12 de diciembre de 2021 en Freudenstadt (Alemania). Utilizó un texto bíblico de 1 Tesalonicenses 5:6 y 11: “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. […] Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”.
Los demás
El Apóstol Mayor explicó estos versículos bíblicos que tratan sobre la espera del retorno de Cristo. En primer lugar, surge la pregunta: ¿quiénes son los demás? “No quiero referirme a esta pregunta en absoluto”, dijo el Apóstol Mayor. Lo importante no es a quién se refería Pablo con esto. Simplemente significa: “No debemos dejarnos influir por nuestro entorno en esta cuestión”.
Velar
“Concentrémonos en nuestra salvación”. El Apóstol Mayor les quitó una ilusión a los creyentes: “No hay salvación automática”. Ni el Bautismo, ni el Sellamiento, ni la asistencia regular a los Servicios Divinos son garantía de ser salvados por Dios. “Tengo que hacer algo, tengo que prepararme, tengo que dejarme santificar, tengo que santificarme yo mismo, tengo que dejar que el Espíritu Santo me forme y me moldee”, exhortó.
“Estar velando es también luchar contra el cansancio”. Nutrirse adecuadamente, como la asistencia a los Servicios Divinos, los Sacramentos y las oraciones, ayuda a combatir el cansancio. Además, “hay que permitirse descansar una y otra vez”. Es importante hacer pausas para reflexionar sobre Dios, la salvación y el futuro.
Ser sobrio
“Cuando Pablo habla de ser sobrios, por supuesto que está pensando en el vino”, dijo el Apóstol Mayor.
Pero ser sobrio también significa
- que se puede disfrutar de la belleza del mundo sin renunciar a la relación con Dios y con el prójimo.
- apreciar adecuadamente la propia situación. “El que es sobrio en el sentido divino sabe que la necesidad es grande, pero que el que ayuda es aún mayor”.
- evaluar correctamente el peligro. “Peligroso para nuestra salvación no es el mal que nos hace el otro, sino nuestra reacción ante él”.
No estar solo
“Ser sobrio también significa darme cuenta de que no puedo hacerlo solo, sino que necesito ayuda”, explicó el director de la Iglesia. En el texto bíblico, Pablo encomendó a los hermanos y hermanas las siguientes tareas: “Animémonos unos a otros” y: “edifiquémonos unos a otros, y oremos por los demás. Nos animamos unos a otros y decimos: Dios sigue vivo”. Edificarse mutuamente significa “que uno le señala al otro: Me importas mucho. Me alegro de tenerte. Te amo, te agradezco que estés aquí. Estoy agradecido por lo que haces. Te aprecio, te necesito”. Añadió que también es edificante “cuando las personas están dispuestas a perdonar y reconciliarse”.
Para concluir, el Apóstol Mayor hizo un llamamiento a la comunidad: “Edifiquémonos mutuamente a través de nuestras conversaciones y de nuestro aprecio por los demás”.