Para qué está hecho el domingo

¿Santificar la festividad? Por supuesto, el Servicio Divino forma parte de ella. Pero, ¿por qué exactamente hacerlo una y otra vez? En la reciente visita del Apóstol Mayor a Italia pudieron escucharse más de un puñado de buenas razones.

Los hermanos en la fe llegaron de todo el sur de Italia para vivir el Servicio Divino junto al Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en Salerno el 4 de junio de 2023. La base fue la palabra bíblica de Éxodo 20:8: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”.

Dios ha dado a los seres humanos los mandamientos para preservarlos de influencias nocivas y poder bendecirlos, dijo el máximo dirigente de la Iglesia. La mejor manera de cumplir el mandamiento de santificar el día de reposo es reuniéndose en el Servicio Divino, siempre que sea posible. La santificación del día de reposo tiene varios aspectos, que el Apóstol Mayor explicó a continuación.

Alabar y adorar a Dios

La convicción de que Dios, el Todopoderoso, creó el mundo a partir de la nada y que Jesucristo obtuvo la victoria sobre la muerte y el pecado conduce a un gran agradecimiento. Este agradecimiento se expresa en adoración y alabanza a Dios, dijo el Apóstol Mayor: “Adoramos al Dios todopoderoso que creó el cielo y la tierra a partir de la nada. Damos gracias por el cuidado con el que vela por su creación”.

Centrarse en la comunión con Dios

El objetivo de seguir a Cristo es alcanzar la perfecta comunión con Dios. Aunque esto se refiere a la nueva creación, la festividad nos brinda la oportunidad de confesarlo y tomar conciencia de ello.

Dios descansó el séptimo día. Sin embargo, no lo hizo para recuperar fuerzas, dijo el Apóstol Mayor. “Su descanso subraya la perfección de su obra: no había nada que agregar o corregir”. Los primeros seres humanos vivían en perfecta comunión con Dios. “Al santificar el día de reposo, expresamos nuestro ferviente deseo de alcanzar la perfecta comunión con Dios y con los seres humanos”.

Recordar la propia liberación

En el día de reposo, Israel debía recordar que el Señor los había liberado del yugo de la esclavitud. Entonces los cristianos han elegido el domingo como día de reposo porque, según la Biblia, Jesucristo resucitó de entre los muertos un domingo. La resurrección es la liberación de la muerte y del pecado: “Cristo nos ha liberado, ya no somos esclavos de lo terrenal”. Así, santificar esta festividad es señal de que nuestra relación con Dios tiene la máxima prioridad, explicó el Apóstol Mayor. “Da igual que la gente se ría, que se burlen de mí. Soy libre, sigo a Cristo”.

Vivir esta libertad

Santificar esta festividad también es un signo de libertad. No solo cuenta el propio trabajo y esfuerzo, sino también la gracia y la bendición de Dios. El Apóstol Mayor se refirió a la historia de cómo Dios proveyó de maná al pueblo de Israel. Les dio suficiente maná el sexto día porque debían descansar el séptimo: “Dios quería mostrarles que les da en seis días lo que necesitan para siete. Tenemos que trabajar, pero no podemos subsistir sin la bendición y la gracia de Dios”.

Buscar la comunión de unos con otros

“Santificamos la festividad, somos un solo pueblo y debemos estar juntos. Insisto una vez más: los solitarios no entran en el reino de los cielos. Dios lleva a su pueblo a casa como un pueblo, no como un número de personas”, dijo el Apóstol Mayor Schneider. Por eso esta festividad también es un día de comunión y ofrece la oportunidad de cultivar la comunión de unos con otros y con Jesucristo.

Servir al prójimo y hacer el bien

Como aspecto final, el Apóstol Mayor mencionó que Jesucristo señaló que Él era Señor del día de reposo: “Varias veces había sanado a una persona, precisamente en el día de reposo. Quería mostrar con ello que el día de reposo también está para servir al prójimo y hacer el bien”.

Para santificar la festividad, uno debe, como el propio Jesús, servir también en este día. Y precisamente cada uno lo puede hacer colaborando para el desarrollo del Servicio Divino: “Aunque piense que no necesito el Servicio Divino, vengo a participar en él, cantando, orando, con mi presencia, para que mi prójimo pueda disfrutar del Servicio Divino. Eso también forma parte de la santificación de la festividad”.

El Apóstol Mayor Schneider dejó claro que cada uno sirve a su prójimo solo con su presencia en el Servicio Divino: “Simplemente con mi presencia, con mi apretón de manos, con mis pocas palabras, puedo hacer mucho bien a mi prójimo. Estos son pensamientos santos sobre el tercer mandamiento”.

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Simon Heiniger
26.07.2023
Italia, apóstol mayor, servicio Divino