Llegada, despedida, nuevo comienzo: con Jesús a través del año litúrgico

Bienvenidos al nuevo año ¿Cómo? Todavía faltan unas semanas para que termine el viejo. Sí, el año calendario sí. Pero el nuevo año litúrgico comenzó ayer. El Adviento marca el inicio del viaje tras las huellas de la vida y el obrar de Jesús.

En los tiempos agitados de hoy, comienza para muchos el estrés prenavideño. Pero, en realidad, el tiempo de Adviento está pensado para concentrarse en lo esencial... en el hecho de que ha nacido Jesucristo, el Salvador. Vino al mundo como ser humano, murió, resucitó, ascendió al cielo y envió al Espíritu Santo: el año litúrgico está centrado en la vida de Jesús.

Adviento: devolver a Dios a la vida cotidiana

Aunque algunos investigadores afirman que Jesús vino al mundo en una fecha diferente, la Navidad se celebra actualmente el 25 de diciembre. El tiempo tradicional de Adviento comienza cuatro semanas antes.

El hecho de que Nochebuena y el cuarto día de Adviento caigan el mismo día este año se debe a la llamada Controversia de Estrasburgo sobre el Adviento, de 1038. Se decidió que el Adviento debía durar cuatro semanas y que en los años en que la Navidad cae en lunes, el cuarto domingo de Adviento también es Nochebuena.

Navidad: la llegada de un niño

El término original en latín adventus domini significa “llegada del Señor”. En literatura, las escenas de llegada suelen ser un anticipo del desarrollo posterior de la historia. Si el adventus, la escena de llegada, tiene éxito, el héroe también lo tendrá en su misión posterior. Si algo sale mal en la escena de llegada, esto puede indicar un fracaso del héroe.

Se podría pensar que el hecho de que Jesús nazca como un bebé pequeño y débil en circunstancias precarias y de que sus padres lo coloquen en un pesebre lleno de paja por falta de espacio en una posada, indica un fracaso. Pero todo resulta muy diferente.

Pascua: victoria sobre la muerte

Otra escena de llegada. El niño del pesebre ha crecido y entra en Jerusalén montado en un asno como un Rey. El pueblo lo aclama, deposita palmas y sus mantos en el suelo. El adventus parece perfecto. Cinco días después, Jesús ha muerto.

¿Es éste el fracaso que se podía prever en el nacimiento de Jesús, en su llegada a la tierra? No. El domingo siguiente, Jesús vuelve a estar bien vivo, demostrando de una vez por todas que es el Hijo de Dios. Un motivo de celebración.

La fecha en que debía celebrarse esta fiesta fue objeto de disputa desde el principio. Antes de que el cristianismo se separara definitivamente del judaísmo, la muerte y resurrección de Jesús se celebraban junto con la fiesta judía de la Pascua. En el año 325 d. C., el Concilio de Nicea estipuló que la Pascua debía celebrarse siempre el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera. A diferencia de la Navidad, cuya fecha es la misma todos los años, la Pascua varía cada año.

Ascensión: despedida y perspectivas

Fijar la fecha de la celebración de la Ascensión, en cambio, no fue tan difícil. Hechos 1:3 afirma que Jesús estuvo con los discípulos durante 40 días antes de ascender al cielo.

En cierto sentido, la Ascensión celebra una despedida. Pero con nuevas perspectivas. Los 40 días que Jesús pasó con los discípulos también están llenos de significado: Jesús estuvo 40 días en el desierto y fue tentado por el diablo, el pueblo de Israel marchó por el desierto durante 40 años y Moisés recibió los Diez Mandamientos de Dios al cabo de 40 días. Por tanto, los 40 días representan las pruebas, un tiempo de experimentar a Dios y el pacto con Dios.

Pentecostés: el cumpleaños de la Iglesia

Diez días más tarde se celebra una fiesta que en la Iglesia Nueva Apostólica se festeja con Servicios Divinos internacionales: Pentecostés. Cuando se pregunta en la vida cotidiana, muchas personas a menudo ya no saben qué es lo que se celebra en realidad. En su ascensión, Jesús prometió que vendría un Consolador. Poco después, el Espíritu Santo vino sobre los Apóstoles y de repente pudieron hablar muchas lenguas. Esto les permitió anunciar el Evangelio a muchas personas, que luego creyeron. Así fue fundada la Iglesia.

En Pentecostés, por lo tanto, se festeja el cumpleaños de la Iglesia. Y Pentecostés es la respuesta a la pregunta sobre dónde obtuvieron los discípulos, que hasta entonces habían estado tan inseguros, el valor y la fuerza para su misión mundial como Apóstoles.


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