Color del sitio web:

faith.today world.today

Homilética (9): Comprender tanto el mensaje como a la comunidad 

25 11 2025

Autor: Dr. Markus Cromhout

Imprimir
Escúchalo

La prédica necesita un hilo conductor. Pero antes de decir algo, hay que comprender muchas cosas. A partir de ahora, la serie muestra cómo los portadores de ministerio descubren el mensaje central, lo profundizan y lo formulan de manera que llegue al corazón. 

En el primer artículo, destacamos el importante papel del Espíritu Santo en la preparación y la realización de la prédica. En los siguientes artículos, nos centramos en la actitud espiritual y la autopercepción del portador de ministerio como alguien enviado por el ministerio de Apóstol para predicar. A continuación, analizamos la importancia de comprender el contenido de la prédica. A partir de esta parte de la serie, nos ocuparemos de la estructura de la prédica. 

De lo anterior debería haber quedado claro que se requiere mucho trabajo espiritual previo para preparar y, en última instancia, pronunciar una prédica (véanse más abajo los artículos 1 a 4). Y eso no es algo que esté desconectado de nuestra vida de fe. También debemos reflexionar sobre una cuestión importante: ¿quién nos escucha? En los artículos anteriores (artículos 5 a 8) se mencionaron aspectos que ahora queremos poner en práctica. 

Comprender el mensaje 

Uno de los mayores problemas al predicar es que se transmiten demasiadas ideas que no forman un todo coherente. Al final del Servicio Divino, los hermanos y hermanas suelen preguntar: “¿De qué se trató hoy?”. Una prédica exitosa y significativa se caracteriza por el hecho de que el mensaje central se repite a lo largo de toda la prédica. Es el “hilo conductor” que recorre toda la prédica. Una prédica no debe ser complicada. Debe ser sencilla y transmitir verdades profundas. 

Los portadores de ministerio reciben los Pensamientos Guía para preparar los Servicios Divinos, de modo que no es necesario inventar ninguna prédica o tema desde cero. Es responsabilidad de los portadores de ministerio transmitir el contenido de los Pensamientos Guía, en particular el mensaje central, a la comunidad. No se debe desviar de ello. Como enviado del ministerio de Apóstol, el portador de ministerio debe predicar los contenidos que la Iglesia pone en el centro, y hacerlo de una manera adecuada a la respectiva situación.  

El mensaje central de un Servicio Divino se puede reconocer por el título y el “mensaje” del artículo de los Pensamientos Guía. Leer varias veces la “introducción” y el “resumen” también contribuye a una mejor comprensión del mensaje central. Una pregunta muy importante es: ¿cuál es el objetivo (el “mensaje”) del artículo de los Pensamientos Guía? 

Al leer el artículo varias veces, se comprende mejor su significado más profundo y su contenido. Cuando el lector traspasa la superficie, a menudo se producen momentos de revelación. 

Cuando se agrega profundidad teológica 

Funciona bien si se desglosan las palabras o frases importantes del mensaje central y se examinan más detenidamente. ¿Qué dice el Catecismo o la Biblia al respecto? ¿Se ha pronunciado recientemente el Apóstol Mayor sobre este tema? A menudo predicamos en comunidades que no son ni quieren ser un público especializado en teología, por lo que un estudio más profundo de temas importantes acerca la doctrina a los hermanos y hermanas y les ayuda a comprenderla mejor. 

Comprender a la comunidad 

En artículos anteriores de esta serie se describió cómo los “influencers” o “creadores de significado” moldean el pensamiento y la realidad de la vida de nuestros hermanos y hermanas. En este sentido, es importante conocer el perfil de la comunidad y tener una buena idea de las condiciones sociales, económicas y culturales (véanse los artículos 5, 6, 7 y 8). 

Una vez que el portador de ministerio ha comprendido el mensaje central de un artículo, es importante reflexionar sobre el perfil y la composición de la comunidad. Lo mejor es ponerse en el lugar de los hermanos. ¿En qué medida es relevante el mensaje para la comunidad? ¿Cómo encaja en la realidad de la vida de los hermanos? ¿Qué lenguaje y ejemplos puedo utilizar? Seamos conscientes de que no solo importa lo que decimos, sino cómo lo decimos. No podemos dar por sentado que una prédica sea igualmente relevante y eficaz para todos. 

Hay diferentes factores que influyen en nuestros hermanos y hermanas y en su realidad vital. Para ello, son útiles las siguientes preguntas: 

  1. ¿Qué ha provocado esto en la mente de las personas?  
  1. ¿Cómo se relacionan estos efectos con el Evangelio? 
  1. ¿Qué podemos afirmar? 
  1. ¿Qué hay que cuestionar, corregir o completar? 

Además, debemos tener en cuenta estos principios importantes: 

  • Debemos pasar a buscar a nuestros hermanos y hermanas allí donde se encuentran.  
  • El Evangelio debe influir y marcar la realidad de la vida de nuestros hermanos y hermanas. 

El mensaje central no debe ser una idea abstracta que flota en el aire, sino que debe llegar al corazón y la mente de nuestros hermanos y hermanas para que forme parte de la realidad que viven. 


Foto: SUKHUM – stock.adobe.com

Sobre el autor

El Dr. Markus Cromhout (nacido en 1972) es teólogo de la Iglesia Nueva Apostólica África del Sur y está activo como Evangelista en su comunidad. Estudió en la Facultad de Teología de la Universidad de Pretoria y es doctor en Nuevo Testamento. Además de obras académicas, también escribe libros de divulgación científica. Organiza seminarios sobre el tema de la “homilética” y aporta semanalmente contribuciones de fondo.

25 11 2025

Autor: Dr. Markus Cromhout

Imprimir