Un día de conmemoración con un acento especial

El 14 de julio es un poco como el día de fiesta apostólico. Pero su historia esconde sorpresas. Y este año la Iglesia Nueva Apostólica le da un acento muy especial a su conmemoración.

En el movimiento católico apostólico se había desarrollado una especie de “plan en tres etapas” para que nuevamente hubiese portadores del ministerio de Apóstol: primero el llamamiento de los Apóstoles, luego la consagración y finalmente el envío. Pero las cosas resultaron de otro modo.

Fecha con antecedentes

Los llamamientos habían comenzado el 31 de octubre de 1832. También se había profetizado desde hacía tiempo una fecha para la consagración: el 14 de julio de 1835, con el trasfondo de un plazo del Apocalipsis. Además, el 15 de julio era tradicionalmente la fecha del Día de los Doce Apóstoles, una fiesta medio olvidada de la Edad Media que conmemoraba el envío de los doce Apóstoles por Jesucristo.

Pero el envío 2.0. causó problemas: No se había cumplido el número doce de los Apóstoles actuales, ni estaba completo el círculo de las siete comunidades de Londres, que según las profecías debían desempeñar un papel especial en este acontecimiento.

En el último minuto

Julio de 1835 fue un mes ajetreado, con el órgano de dirección, el Consejo de Sion, reuniéndose a diario. Y prédicas ad hoc en Paddington y en el lujoso barrio de Westminster llevaron a la fundación de las comunidades que faltaban, o al menos a la institución de sus futuros dirigentes.

Pero por la tarde de la fecha prevista, solo había once Apóstoles. El duodécimo no quiso aceptar su llamamiento. Siguiendo el ejemplo bíblico de la elección de un Apóstol sustituto, el Apóstol Matías, la suerte finalmente se decidió entre dos candidatos.

En acción para todos

Entonces se habían cumplido las señales. En la noche del 14 de julio de 1835, cada uno de los siete ángeles de Londres (dirigentes de comunidad con rango de Obispos) impuso sus manos sobre cada uno de los doce Apóstoles. Con esta consagración, fueron liberados de sus anteriores funciones en el trabajo en la comunidad para concentrarse en la dirección de la Iglesia en su conjunto.

Con este fin, los Apóstoles escribieron el “Gran Testimonio” y pidieron a los ministros religiosos de todo el mundo que se subordinaran al apostolado. Y luego esperaron la señal para el envío colectivo, que nunca iba a llegar.

Iglesia en crisis

El llamamiento a la Iglesia de Cristo mundial no fue escuchado. Es más, un Apóstol se marchó, la unidad apostólica se rompió, y con ella el requisito previo para el envío. En torno a 1840, el movimiento católico apostólico entró en crisis.

Las cosas no volvieron a mejorar hasta que el apostolado se involucró activamente a partir de 1847, con la imposición de manos apostólica, más conocida hoy como “Sellamiento”. No obstante, la consagración que había tenido lugar 13 años antes siguió siendo motivo de conmemoración, celebrándose a partir de 1852.

Contra la idolatría

La Iglesia Nueva Apostólica también conmemora el 14 de julio de 1835 como un hito en la restauración del ministerio de Apóstol. Sin embargo, el Servicio Divino de mañana domingo se centrará para ello en un punto especial.

El ministerio de Apóstol tiene una importancia decisiva. Pero sus portadores rechazan cualquier veneración o idolatría de su persona, subrayan los “Pensamientos Guía” para la prédica. Los Apóstoles de Cristo confiesan su humanidad y pecaminosidad, y se esfuerzan por realizar su servicio con humildad. Y los propios creyentes se deciden contra la idolatría y dan gloria solo a Dios.


Foto: Los Apóstoles de la Iglesia Católica Apostólica (sin Duncan MacKenzie; fotomontaje histórico, posteriormente coloreado)

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Andreas Rother
13.07.2024
apóstol