Más que una parábola: el doble sembrador

¿La parábola del sembrador? Es la que trata del suelo del corazón. ¡Sí y no! En realidad, lo que está en el centro es otra cosa. Pero solo se puede ver cuando se mira todo el cuadro o se oye con atención: una sinopsis.

Anuncio 2.0: Jesús va en serio. Ya no se queda con prédicas ocasionales en su región, sino que va sistemáticamente por todo el territorio: “por todas las ciudades y aldeas”. Así comienza Lucas 8. Lo que sigue es un bloque temático sobre el oído, la vista y, además, la comprensión.

Marcos 4 y Mateo 13 le ponen a esta unidad de contenido un paréntesis formal. Este se abre cuando Jesús explica al pueblo “muchas cosas por parábolas” en distintas situaciones específicas. Y se cierra unos buenos 30 versículos más adelante con la afirmación de que a partir de entonces en general ya no hablaría “sin parábolas”.

Llamado para oír

En el corazón de esta unidad de enseñanza está la parábola del sembrador. Lo que siembra se encuentra con diferentes suelos y se desarrolla en diferentes grados. La interpretación es dada por el mismo Jesús y lo hace exclusivamente a los Apóstoles: la palabra de Dios no puede ir a parar en absoluto a algunas personas, porque el mal roba inmediatamente la semilla. En otros germina, pero no echa raíces y se seca. O crece y se ahoga bajo la engañosa riqueza y las espinosas preocupaciones del mundo.

La semilla lleva frutos donde encuentra en el hombre la receptividad, la perseverancia y la actividad adecuadas. A “los que oyen la palabra de Dios y la hacen” Jesús los considera su verdadera familia. Así que esta parábola se entiende tradicionalmente como el llamado a cada creyente para preparar el suelo en su propio corazón para la palabra de Dios. Después de todo, Jesús exclama: “El que tiene oídos para oír, oiga” y “mirad, pues, cómo oís”.

Pero eso no explica por qué Jesús de repente empieza en Lucas a explicar el propósito y el significado de las parábolas, o de repente aparece con la imagen de la luz debajo del almud. Sin mencionar a Marcos y Mateo, que incluyen otras parábolas en el complejo temático: del cultivo de la semilla, de la cizaña en el trigo y del grano de mostaza. Estas imágenes no encajan con el llamado sobre el suelo del corazón. Hay mucho más que eso en esta parábola.

Capacitación adicional para los que anuncian

Anuncio 3.0: Pronto el sembrador ya no se llamará Jesús, sino Pedro, Juan, Santiago y así sucesivamente. Ya en Lucas 9 los Apóstoles se mueven independientemente, pues “pasaban por todas las aldeas”. Ahora les ayuda inmensamente el haber oído no solo cómo la semilla puede fallar, sino también lo extremadamente rica que será la cosecha al final: a treinta, a sesenta, ciento por uno.

Desde esta perspectiva, también encaja con la imagen de que la semilla brota por sí sola, incluso sin que el sembrador sepa cómo. Que el dueño de la casa no quiera separar la hierba del trigo hasta la cosecha. Y que el grano de mostaza, por pequeño y poco impresionante que sea, producirá algo bien grande.

Difundir la luz

Aunque Jesús les da a los Apóstoles una ventaja en la comprensión con repetidas interpretaciones exclusivas, sus parábolas se dirigen a todos los oyentes. Y la luz del anuncio 4.0 –que debe estar brillando visiblemente en el candelabro– la ve surgir precisamente de aquellos corazones en los que la palabra de Dios da su fruto.

Así, las enseñanzas de la lección “Sembrador” se dirigen todavía hoy a todos aquellos que están encargados del anuncio de la palabra de Dios. Y a aquellos que se preocupan por la vida de fe de sus seres queridos. Y también a todos aquellos que simplemente quieren dar testimonio del amor de Jesucristo a través de su obrar:

  • En primer lugar, prepara el suelo de tu propio corazón para la palabra de Dios.
  • No te apenes si tu semilla no parece brotar. Al final, habrá una rica cosecha.
  • Tampoco la fe crecerá más rápido si la tironeas. Deja que Dios trabaje.
  • Cuáles son las hierbas, el Señor mismo lo decide a su debido tiempo.
  • Ninguna palabra, ningún gesto, ningún hecho es demasiado pequeño para que se produzcan grandes cosas.


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Andreas Rother
21.01.2021
Estudio de la Biblia , Biblia, servicio Divino