Una hora de enseñanza sobre la Iglesia

El Maestro Jesucristo enseñó el Evangelio con autoridad. Transmitió este encargo a los Apóstoles. Los discípulos son los creyentes. Fue para ellos el Servicio Divino con el Apóstol Mayor, que trató sobre la enseñanza de Jesús y cómo ponerla en práctica.

No lejos de las orillas del lago Kivu, el viernes 19 de enero de 2024 tuvo lugar un Servicio Divino al aire libre en Gisenyi (Ruanda). El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider había traído consigo un pasaje bíblico de Mateo 5:1-2: “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba”.

“El Hijo de Dios vino a la tierra, adoptó la condición de hombre en Jesucristo, y cuando Jesucristo comenzó su misión, empezó a predicar y a enseñar”, explicó el presidente internacional de la Iglesia.

Jesús enseña

Dios siempre se ha dirigido al pueblo con su palabra para enseñarle, dijo el Apóstol Mayor, recordando al gran profeta Moisés, a través del cual enseñó su ley. Al final de su vida, Moisés anunció un nuevo profeta. “Y este profeta anunciado por Moisés fue Jesucristo”.

Jesús proclamó que el reino de Dios está en medio de la humanidad. Los que creen en Jesucristo pueden alcanzar la comunión con Dios.

Y Jesús predicó con autoridad. No interpretaba las leyes según le convenía, sino independientemente de las circunstancias. “Su enseñanza procede directamente de Dios. Siempre es válida y siempre lo será hasta el fin de los tiempos”.

La enseñanza de Jesús no es demasiado complicada: “No había que estudiar y leer durante años para entenderla. Un simple niño podía entenderla”.

Y, además, Él mismo era ejemplo en lo que enseñaba: “No solo hablaba, también hacía lo que enseñaba”.

La enseñanza de Jesús

En el Sermón del Monte, el Hijo de Dios expuso elementos esenciales de su enseñanza, muchos de los cuales eran completamente nuevos para sus oyentes. Por ejemplo:

  • La desgracia, “contrariamente a la opinión de los judíos, no es un castigo de Dios”. “Dios ama a los desdichados. No los castiga, quiere salvarlos y lo puede hacer”.
  • Trajo la vida eterna y no quiso resolver los problemas de este mundo: “La salvación no es ser feliz en esta tierra. La salvación es entrar en el reino de Dios”.
  • Señaló lo que es importante para ser redimido: “Para alcanzar la salvación, no basta con cumplir las normas de la ley de Moisés, porque nadie puede cumplir esta ley a la perfección”. Para dejarlo claro, Jesús interpretó la ley de manera rigurosa. “La salvación no se obtiene cumpliendo la ley, sino por gracia”.
  • La fe en Jesús es indispensable: “Para salvarse, solo hay un camino: hay que creer que Jesús fue enviado por Dios y que es Él quien nos da la salvación”.
  • Depende de los motivos: “No debemos obedecer a Dios por interés propio para conseguir algo, sino porque amamos a Dios”. “Quienes aman a Dios le permanecen fieles en las buenas y en las malas”.
  • También debemos amar a nuestro prójimo: “Debes aceptar que Dios ama a tu prójimo como te ama a ti. Haz a tu prójimo lo que quieres que él te haga a ti. Acepta que Dios es tan misericordioso con tu prójimo como contigo”.
  • Debemos orar sin cesar. Jesús enseñó a orar en su nombre. “Si le pides a Dios algo que Él quiere darte, lo obtendrás”.

Discípulo de Jesús

  • Con la pregunta “¿Qué significa esto para nosotros hoy?”, el Apóstol Mayor dio paso a la parte práctica del Servicio Divino. Jesús envió al Espíritu Santo para recordarnos la enseñanza de Jesús y a los Apóstoles para enseñarnos a poner en práctica la enseñanza de Jesús. “Es la misma enseñanza”. Los Apóstoles exhortan a los creyentes a
  • asistir al Servicio Divino: “Debemos oír la palabra de Dios predicada por el Espíritu Santo, por los Apóstoles. Cada persona tiene su propia interpretación de la Biblia, del Evangelio, pero solo el Espíritu Santo puede revelarnos verdaderamente la voluntad de Dios”.
  • aferrarse a la enseñanza de Jesús: “No siempre es fácil decirle a Dios: ‘Hágase tu voluntad’. Así que hay que escuchar la enseñanza y también hay que estar de acuerdo con todo lo que Jesús enseña. No solo con lo que nos conviene en cada momento”.
  • poner en práctica la enseñanza de Jesús: “En el fondo, la ley de Moisés era sencilla”. Decía cómo había que vestirse o cómo había que orar. Pero Jesús dijo: “La ley significa amar a Dios y amar al prójimo”.
  • perseverar: “Recuerda que Dios quiere darte la vida eterna, esa es la recompensa”.
  • proclamar el Evangelio de Jesús a través de las obras: “Cada uno de nosotros debe proclamar las enseñanzas de Jesús, darlas a conocer. Pero no hablando mucho, sino con nuestra forma de vivir y de comportarnos”.

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Katrin Löwen
06.03.2024
Ruanda, apóstol mayor, servicio Divino