Vía libre del oír al hacer

“¡Sin desarrollo no hay redención!”. Así resume el Apóstol Mayor lo concerniente a la fe. Pero ¿por qué a veces es tan difícil poner en práctica la palabra de Dios? ¿Y qué lo hace más fácil?

No es suficiente asistir a los Servicios Divinos, ofrendar y colaborar en la comunidad. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider lo dejó claro –una vez más– en el Servicio Divino del 2 de junio de 2024 en Dili (Timor Oriental): “Para formar parte de la novia de Cristo, debemos llegar a ser como Cristo. Tenemos que cambiar. Esta transformación debe hacerse visible”.

Dios nos ayuda a juzgar lo lejos que hemos llegado y lo que aún queda por hacer. Nos da su palabra como espejo espiritual. Ofrece modelos de conducta en la Iglesia. Y nos pone pruebas con las que podemos medirnos. Pero ni siquiera eso es un éxito seguro.

No poner excusas

“Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era”. Este pasaje bíblico de Santiago 1:23-24 advierte del peligro de oír la prédica y no ponerla en práctica.

Ahora se puede decir: “Sé que no soy perfecto. Soy un pobre pecador”. Pero “eso es una explicación, pero no una excusa para no hacer nada”. Porque “Dios no se fija en nuestros éxitos, sino en nuestros esfuerzos”. Así que: “¡No te rindas! Sigue luchando. Sigue trabajando por el cambio”.

Siete explicaciones

“Ahora tenemos que preguntarnos: ¿Por qué ocurre que oigo la palabra de Dios, pero no la hago?”, subrayó el dirigente de la Iglesia. “Hay varias explicaciones para esto”.

  • Falta de respeto a Dios: “A veces olvidamos quién nos habla. Es la palabra del que es todopoderoso. La palabra del que lo conoce todo y a todos. La palabra del único que conoce el futuro con exactitud”.
  • Ingratitud: “A veces olvidamos todo lo bueno que Dios ha hecho por nosotros. Deberíamos hacer la palabra de Dios simplemente por gratitud por todo lo que Él hace por nosotros”.
  • Prioridades equivocadas: “A veces nos olvidamos de hacer la palabra de Dios porque estamos ocupados en otra cosa. Dios quiere darnos la vida eterna. Esa es sin duda la solución definitiva a todos los problemas”.
  • Aburrimiento: “Tenemos la impresión de que siempre es el mismo mensaje. Pero cuando Dios lo repite por 150ª vez, tiene una buena razón para ello. ¿Estás seguro de que actúas según el Evangelio en cada situación de tu vida?”.
  • Falta de previsión: “A veces oímos la palabra y pensamos: Esto es para mi prójimo”. Pero “te está hablando a ti. Has olvidado cuán grande es la distancia entre quién eres tú y quién es Jesús”.
  • Superficialidad: “En su amor, Dios quiere advertirnos, pero a veces no nos lo tomamos en serio. A nadie se le debe la salvación. Nadie tiene garantizada la gracia”.
  • Duda: “A veces no actuamos según la palabra porque pensamos: Hicimos lo que nos fue dicho. Y no funcionó”. Pero “lo que nos han enseñado nuestros padres o nuestros portadores de ministerio es hermoso. Sin embargo, no está definitivamente al mismo nivel que el Evangelio de Jesucristo”.

“Ser un hacedor de la palabra no es otra cosa que seguir el ejemplo de Jesucristo”, dijo el Apóstol Mayor. “Confía en Dios como Él confió, ama a Dios como Él lo amó y ama a tu prójimo como Él te amó”. Porque “los que reciben los Sacramentos y siguen a Cristo hasta el final entrarán en el reino de Dios. Así que sigue esforzándote por realizar el Evangelio en cada parte de tu vida.

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Andreas Rother
31.07.2024
apóstol mayor, servicio Divino