Muchas preguntas, muchas respuestas

El hombre tiene mil preguntas. No todas se pueden responder. El que pregunta a Dios y busca su respuesta, no es defraudado ni le será mentido, dice el Apóstol Mayor. Aquí el extracto de un Servicio Divino con preguntas y respuestas.

Jóvenes de España y Portugal participaron del primer Día de la Juventud Ibérica del 15 al 17 de septiembre en Alicante. Incluso llegaron varios grupos de jóvenes provenientes de Angola, Argentina y Uruguay. Un antiguo texto bíblico fue el mentor del Servicio Divino del domingo: "Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma" (Deuteronomio 4:29).

Moisés lo expresó con un espíritu profético, dejó claro el máximo dirigente de la Iglesia. Hizo referencia a un tiempo en el que el pueblo de Israel estaría esparcido entre otros pueblos y sólo quedaría una cantidad muy pequeña. El Apóstol Mayor lo asoció con la realidad de vida de la juventud reunida: "Aunque estéis esparcidos y seáis un grupo muy pequeño, si buscáis al Señor de toda el alma, lo hallaréis. Estáis esparcidos y en la comunidad sólo sois muy pocos, pero de eso no depende. Lo importante es: para vivir al Señor hay que buscarlo, dondequiera uno esté, de todo corazón y de toda el alma. Si lo hacéis, hallaréis y viviréis a Dios".

Naturalmente, el Director de la Iglesia tenía en mente algunos ejemplos:

  • ¡El hombre busca respuestas! No puede entender todo, pero le encanta tener una explicación.

Existen muchas formas para obtener una respuesta a las preguntas, destacó el Apóstol Mayor. La ciencia y la investigación, por ejemplo. Sin embargo, tampoco ellas conocen una respuesta para todo. O la sabiduría y la experiencia de otros. Pero también aquí es válido: no para todo se halla una respuesta. "Busquemos respuestas con Dios. Creemos que Dios es omnisciente. Creemos que Dios siempre dice la verdad. Él nunca nos mentirá". Su respuesta es entonces nuestra mayor prioridad.

  • ¡El hombre busca ayuda! Siempre hay momentos en los que cae en necesidad.

Entonces busca ayuda, por ejemplo en otras personas. "Nadie puede darse hoy el lujo de vivir totalmente para sí mismo. Dependemos de los demás y estamos agradecidos por toda la ayuda que se nos brinda". De todos modos, los seres humanos son sólo seres humanos y su poder es limitado, determinó el Apóstol Mayor. No pueden resolver todos los problemas. "Busquemos ayuda en Dios, ya que creemos que Dios es todopoderoso. Dios puede ayudar en toda situación". El que deja hablar a su alma, escuchará precisamente este consejo.

  • ¡El hombre busca éxito y felicidad! Para eso aprende y trabaja. Sin esfuerzo no lo logra.

Pero el esfuerzo no es una garantía de éxito. No todos los que trabajan mucho tienen éxito. Tampoco el éxito significa necesariamente felicidad. Las personas exitosas también pueden ser infelices. "Nosotros buscamos la bendición de Dios. La bendición es más que el éxito. Bendición es todo lo que pone feliz y satisfecha a nuestra alma". El que ora, el que es obediente y sirve en la comunidad, recibirá la bendición de Dios, confirmó el Apóstol Mayor.

  • ¡El hombre busca gracia! Es imperfecto y comete errores.

A menudo el hombre busca excusas poco convincentes y les echa la culpa a los demás. "Nuestro corazón debe estar lleno de arrepentimiento sincero y le debemos mostrar a Dios que buscamos la gracia de todo corazón. La gracia es importante para nosotros y estamos dispuestos a pagar un precio por ella: perdonar a nuestro prójimo". El que busca así la gracia de Dios, encontrará perdón y paz para sí mismo.

Aun una palabra para la juventud

El Día de la Juventud Ibérica estaba dirigido ante todo a los jóvenes. Precisamente a ellos el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider les expresó las concisas palabras: Lo que se dice de que la juventud es el futuro de la Iglesia es más que un conjunto de palabras. Detrás de ellas hay una profunda verdad. Así como las personas hoy se tratan unas a otras, también lo harían en el futuro en esta Iglesia. "La forma en la que hoy servís al Señor y os comprometéis en la Iglesia, es decisiva para el servicio que será prestado en la Iglesia del futuro. Naturalmente, también cumple un rol el propio desarrollo personal, el obrar del Espíritu Santo y vuestra madurez espiritual. Por eso pregunto: ¿Cómo queréis que sea la Iglesia en el futuro? Esto lo determináis hoy. Trataos mutuamente con amor, perdonaos unos a otros, servíos unos a otros por amor al Señor, entonces será cada vez más hermoso en la Iglesia".