Juntos: ya hoy para el futuro
“Juntos en Cristo” es el lema de la Iglesia Nueva Apostólica para el año 2022. El Apóstol Mayor explora cuatro tipos de comunión. La alocución de Año Nuevo está disponible en forma de vídeo y para releer.
Amados hermanos y hermanas en la fe:
Una vez más ha comenzado un nuevo año. Y una vez más nos tomamos tiempo para reflexionar sobre lo que nos mantiene unidos como cristianos nuevoapostólicos en lo más profundo de nuestro ser: el retorno de Jesucristo. Sea lo que sea que nos deparen los próximos meses, ¡en la fe nos enfocamos en el día del Señor!
Creemos firmemente que el Señor vendrá a llevarnos con Él. Cristo no vendrá para llevar consigo a un grupo de solitarios, sino a una comunidad unida, es decir, a su comunidad nupcial. En el año 2022 prestemos especial atención a este parámetro.
Nuestro lema para este año es: “Juntos en Cristo”. ¡Que este lema nos acompañe cada día!
Observemos este “juntos” más en detalle. Lo veo en cuatro niveles:
- Primero: la comunión con el trino Dios.
- Segundo: la comunión en el Servicio Divino.
- Tercero: la comunión unos con otros.
- Y finalmente: la comunión de vivos y muertos.
¿Qué significa tener comunión con el trino Dios? Es muy sencillo: la vida divina es una vida en comunión. El trino Dios es el Dios de la comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y este Dios llama a los seres humanos a tener comunión con Él. Quienes tienen vida divina en su interior anhelan estar en comunión con Dios y los suyos.
Experimentamos esta comunión entre nosotros ante todo en la comunión en el Servicio Divino. En el Servicio Divino, Jesucristo nos da su palabra, su gracia, su cuerpo y su sangre. Pero también nos da la comunión con aquellos para quienes estos dones son tan importantes como para nosotros, que tienen la misma meta y siguen el mismo camino.
¿Por qué es tan importante esta comunión en particular? Porque la comunión de unos con otros nos prepara para el retorno del Señor. Porque aquí crecemos uniéndonos como comunidad nupcial. En ella aprendemos a superar lo que nos divide.
Esto no significa que tengamos que renunciar a nuestra propia identidad. Significa simplemente que debemos aceptar que los otros son diferentes, que debemos mirar más allá de nuestras propias preocupaciones, más allá de nuestra comunidad, de nuestro país, de nuestra generación. Quienes viven en Cristo, están atentos a las necesidades del prójimo y responden a ellas. Comparten la alegría y el sufrimiento de los demás. Vivir juntos en Cristo significa estar preparados para darle al prójimo y también recibir de él. Solo podemos aprenderlo realmente si nos unimos de verdad.
Queda aún la comunión de vivos y muertos. La comunión en Cristo es más fuerte que la muerte. Los que viven y los difuntos se preparan juntos para el retorno de Cristo. Participan de los mismos Servicios Divinos, reciben los mismos Sacramentos y oran unos por otros. En su retorno, el Señor llevará juntos a los vivos y a los muertos. Y entonces estaremos junto a Él para siempre.
Esta es nuestra meta. Y para eso trabajamos conjuntamente, ¡juntos en Cristo!
Así, amados hermanos y hermanas, ahora hemos tendido un gran arco:
- desde nuestra comunión con el trino Dios,
- a nuestra comunión en el Servicio Divino
- y nuestra comunión unos con otros,
- hasta la comunión de vivos y muertos.
Sea lo que sea que traiga el nuevo año, tened la seguridad: Dios está con los suyos. Y los Apóstoles están orando por vosotros.
Deseo a todos un bendecido año 2022, que nos siga llevando cada vez más cerca de nuestra meta, ¡juntos en Cristo!
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Kevin Sargant,
Andreas Rother
31.12.2021
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