En foco 8/2023: Cada uno sirve al otro

Ya a los doce años el Apóstol de Distrito Mark Woll de Canadá hizo la experiencia de que incluso el jefe de una empresa en realidad no es más que un servidor. En su artículo de En foco explora cuánto de servir hay realmente en el reinar.

A una edad temprana aprendí lo que significa realmente servir y reinar. Tenía 12 años y durante el verano trabajaba en el negocio de mi padre. Él tenía una empresa mayorista de tejidos y suministros para tapicería. Mi trabajo consistía en barrer el almacén y limpiar los baños, y me enorgullecía hacerlo. Un día le dije a mi padre: “Cuando sea grande, quiero tener mi propia empresa y ser el jefe como tú”. Él me dijo: “Hijo, tengo cientos de jefes”. Me quedé sorprendido y le contesté: “¿Cómo es posible? Eres el director general y el propietario”. Me contestó: “Cuando un cliente me llama el viernes por la noche y me dice que le falta media yarda de material para terminar un proyecto, entonces tengo que reaccionar e ir al negocio el sábado por la mañana temprano, cortar el material y entregárselo porque su cliente está exigiendo que el trabajo esté terminado para que, a su vez, su cliente, un huésped de un hotel, pueda venir al restaurante del hotel y encontrar un entorno maravillosamente amueblado. Así que ya ves hijo, nadie es el jefe, sino que cada uno sirve al otro, igual que en la creación material donde cada ser vivo tiene su lugar y apoya a la creación. El único y verdadero jefe es Dios. Dios es amor y justicia, Él reina sirviéndonos. Del mismo modo, lo que nos exige no es para su beneficio sino para el nuestro”.

El Hijo de Dios demostró que los que sirven son los más grandes. Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir (Mateo 20:28). De hecho, en Lucas 22:26 Cristo afirmó que el que dirige debe servir. Un verdadero líder no es una persona que busca la autogratificación o la gloria, sino que dirige con el puro motivo de ayudar a los demás.

Gobernar no consiste en ejercer autoridad sobre otros o sobre sistemas políticos. De hecho, Dios creó al hombre a su imagen para que gobernara sobre sí mismo. Incluso Israel no estaba destinado a tener un rey. Dios debía ser su Rey, pero ellos exigieron que Dios les diera un rey para poder ser como las demás naciones (1 Samuel 8). Como resultado de la caída en el pecado, se hizo necesaria la existencia de policías, autoridades gobernantes, doctores, etc. En la nueva creación no habrá otra autoridad que el Dios trino, quien continuará proveyendo para nosotros por amor, mientras lo glorificamos y servimos gozosamente.


Foto: NAC Canada

Información del artículo

Autor:
Fecha:
Palabras claves: