Tesoreros divinos

Dios ha confiado a los suyos tesoros preciosos. Los creyentes deben preservarlos, incluso para las generaciones futuras. Parece una tarea enorme. Pero no hay que preocuparse: el Espíritu Santo ayudará.

“Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”. Este pasaje bíblico de 2 Timoteo 1:14 fue utilizado por el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider durante el Servicio Divino del jueves 14 de marzo en Singapur.

“¿Qué es este ‘buen depósito’, este tesoro precioso?”, preguntó el Apóstol Mayor y respondió inmediatamente:

  • El Evangelio de Jesucristo: “Es la buena nueva de que el Hijo de Dios vino a la tierra, adoptó la condición de hombre, sufrió y murió por la salvación de la humanidad y que todos los que creen en Jesucristo pueden ser salvados. Este es el mayor tesoro que uno se puede imaginar”.
  • El apostolado: “El apostolado nos enseña de manera correcta, dispensa los Sacramentos y nos prepara para el retorno de Cristo”.
  • Los Sacramentos: “Dios nos ha liberado del pecado original, nos ha dado el Espíritu Santo y así nos permitirá entrar en el reino de Dios como primicias. Otro tesoro es que podemos participar en los Servicios Divinos y celebrar juntos la Santa Cena”.
  • La comunión de los creyentes: “No estamos solos. Formamos parte de la Iglesia de Cristo, formamos parte de la comunión de los creyentes, los hijos de Dios. Y aunque solo seamos dos o tres, es una gran bendición tener hermanos y hermanas que comparten nuestra fe, que luchan la misma batalla que nosotros, que oran unos por otros”.

Preservar el tesoro

El Apóstol Mayor enumeró a continuación cómo se puede preservar este tesoro:

  • “Debemos preservar el Evangelio, porque existe el peligro de que lo olvidemos, entonces pierde importancia en nuestra vida cotidiana. Todo el Evangelio es importante, no solo una parte de él, la parte que nos conviene”.
  • “¿Qué pasa con la vida eterna? ¿Qué pasa con la preparación de la novia de Cristo? Preservad el apostolado. Y no hablo de las personas, hablo del ministerio”.
  • “Proteged los Sacramentos. Para que los Sacramentos puedan desarrollar su eficacia, debes ser creyente, dispuesto a hacer la voluntad de Dios y estar preparado para el retorno de Cristo”.
  • “Todos somos humanos, nadie es perfecto. Y de vez en cuando pasa algo en la comunidad y el diablo quiere utilizarlo para destruir la unidad. Pero tenemos este tesoro, el de la comunión de los hijos de Dios. Debemos preservarlo y protegerlo”.

Estos tesoros nos son confiados, lo que significa que los debemos preservar. “Asegúrate de que otros puedan preservarlos. Asegúrate de que la próxima generación pueda preservarlos. El Evangelio, el apostolado, los Sacramentos, la unidad de la comunidad. Asegúrate de que puedan recibir todo esto. Que todavía haya personas que sirvan a Dios, que puedan consolarse mutuamente, que puedan ser enseñadas, que puedan ser santificadas”.

Uno es el que ayuda

“Dios ha hecho su parte”, recordó el Apóstol Mayor. “Pero ahora somos nosotros los que tenemos que hacer algo. Debemos utilizar el Espíritu Santo que mora en nosotros, que permanece en nosotros, para defender y preservar estos tesoros”. Para ello, el presidente internacional de la Iglesia recomendó tomarse un tiempo después del Servicio Divino, la semana siguiente, para reflexionar sobre cómo actúa el Espíritu Santo en nosotros. Durante el Servicio Divino ya dio algunas ideas:

  • El Espíritu Santo nos recuerda las enseñanzas de Jesús: “Es hermoso recordarlas, pero es infructuoso. La tarea del Espíritu Santo en nosotros es decirnos lo que significa para nosotros en nuestra vida diaria y ayudarnos a utilizar las enseñanzas y las obras de Jesús para tomar nuestras decisiones”.
  • El Espíritu Santo nos recuerda que somos hijos de Dios: “Cuando las cosas se ponen difíciles, cuando no entiendes a Dios, deja que el Espíritu Santo te hable en tu corazón. Y el Espíritu Santo te dirá que has sido bautizado y sellado. El sacrificio de Jesucristo sigue siendo válido. Jesucristo te ha llamado. Él te ama”.
  • El Espíritu Santo llama la atención sobre las necesidades del alma: “El Espíritu Santo dice: Tu alma tiene hambre. Tu alma necesita paz, perdón y bendición”.
  • El Espíritu Santo enseña a orar: “Para proteger y preservar el tesoro, es importante saber orar”.
  • El Espíritu Santo exhorta a seguir el camino del amor: “La mejor manera de expresar el amor a Dios es hacer el bien al prójimo. Haz el bien a tu prójimo por amor a Dios. El Espíritu Santo siempre nos dice que lo más importante es permanecer unidos”.

El mensaje del Servicio Divino: “Dejémonos guiar por el Espíritu Santo que mora en nosotros”.

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Katrin Löwen
08.05.2024
Singapur, apóstol mayor, servicio Divino