Cómo hacer su voluntad

La oración del “Padre Nuestro” alberga tantos pensamientos que un solo Servicio divino no es suficiente para tratarlos. El Apóstol Mayor dio consejos para la fe en la vida diaria durante un Servicio Divino en Angola, arrojando nueva luz sobre una parte muy conocida.

El lema anual “Orar funciona” también tuvo su impacto en el Servicio Divino del 4 de mayo de 2024 en Cuando Cubango (Angola). Una oración que viene de Jesús siempre funciona: es el “Padre Nuestro”. “Pero también debemos orarlo con el sentir de Jesucristo”, subrayó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Así que no solo hay que decir las palabras que enseñó Jesucristo, sino también orarlo con el sentir de Jesús”. Para ello, el Servicio Divino se centró en una frase especial de esta oración: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10b).

La afirmación es quizá confusa al principio, pues por qué tenemos que pedir que se haga la voluntad de Dios. “Dios es omnipotente, siempre hace exactamente aquello que quiere”. Con “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, más bien estamos diciendo a Dios: “Queremos hacer tu voluntad como se hace en el cielo. Que aceptemos plenamente tu voluntad y la hagamos exactamente”.

Conocer la voluntad de Dios

Es importante conocer primero la voluntad de Dios. Esta se revela en Jesucristo. “Para conocer la voluntad de Dios, basta con ver y oír lo que Jesús enseñó e hizo”. Jesús reveló la voluntad de Dios a través de su paso por la tierra:

  • “Dios quiere la salvación de todos los seres humanos”.
  • “Quiere que tú y yo estemos con Él eternamente en el reino de los cielos”.
  • “Fe significa: Es verdad para mí, aunque no pueda verlo. Creer en Jesucristo significa confiar en Él, aunque la realidad parezca completamente distinta”.
  • “No debes seguir a Dios por interés o por miedo al castigo, sino que debes amar a Dios porque Él te ama y tú lo amas”.
  • “Debes hacer a tu prójimo lo que quieres que él te haga a ti. Jesús dijo a los discípulos: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”.

Aceptar la voluntad de Dios

“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. “Con esta oración declaramos nuestra aceptación de esta voluntad”, dijo el Apóstol Mayor. Esto significa también que aceptamos

  • que la salvación a la que aspiramos es estar en perfecta comunión con Dios en su reino: “La salvación está en el cielo, no en la tierra”.
  • que creemos en Dios: “Fe significa: lo creo, aunque no pueda verlo. Fe significa: confío en Dios, aunque no lo comprenda”.
  • que el prójimo sea salvo: “Jesús dijo: No he venido a castigar a los pecadores, sino a salvarlos. Y ahora oramos: Amado Dios, ¡hágase tu voluntad! Aceptamos que no castigues a los pecadores, sino que quieras salvarlos”.

Hacer la voluntad de Dios

“Pero ahora va aún más lejos”, continuó el Apóstol Mayor. “Hágase tu voluntad significa: Si esta debe hacerse, yo debo hacer tu voluntad. No solo acepto tu voluntad, ¡también quiero hacerla!”. En concreto, esto significa:

  • No solo hablar, sino obrar: “Así que no podemos limitarnos a decir: Amado Dios, acepto tu voluntad. Realmente tenemos que hacer algo, de lo contrario nuestras oraciones no tendrán ningún efecto, solo serán palabras vacías”.
  • Estar decididos: “Esto no significa que ya no tengamos voluntad, que seamos como una marioneta, ¡no! Ahora es nuestra decisión, nuestra voluntad: queremos hacer la voluntad de Dios”.
  • Priorizar: “Lo más importante para mí es mi salvación: ¡quiero estar con Jesús! Sigo a Dios y obedezco sus mandamientos. Esa es mi prioridad en cualquier situación”.
  • Seguir incondicionalmente: “Sí, quiero amar a Dios, aunque no cumpla mis deseos. Continúo siguiéndolo y sirviéndolo porque lo amo. Quien piensa y obra así, está haciendo la voluntad de Dios. Sigue a Jesús y lo sirve por amor, no por interés, ni por miedo, ni por ninguna otra razón, sino por amor”.
  • Ayudar a otros para su salvación: “Aquellos que quieren hacer su voluntad tienen siempre este pensamiento: pase lo que pase, se comporte como se comporte la otra persona, quiero ayudarla a encontrar a Jesucristo y a seguirlo... a través de mí”.

Pedirle a Dios ayuda para hacer su voluntad

Como esto no siempre es tan fácil, pedimos ayuda a Dios. La frase “Hágase tu voluntad” también significa: “Amado Dios, ayúdame a conocer y reconocer tu voluntad. Dame la sabiduría para aceptar tu voluntad y dame la fuerza para hacer tu voluntad”.

El Apóstol Mayor también subrayó que el “Padre Nuestro” es una oración de comunión. “A veces hay desacuerdos e incluso discusiones en la comunidad. Surgen problemas. Pero entonces nos reunimos y oramos juntos: Hágase tu voluntad”. La solución es hacer la voluntad de Dios. El “Padre Nuestro” es “la base de la unidad de los hermanos y de la comunidad. Nuestras personalidades son diferentes, nuestras vidas son diferentes, pero todos estamos de acuerdo: queremos hacer la voluntad de Dios”.

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