La Iglesia entre culturas

¿Cuánta religión necesita el mundo? ¿Cuántas comunidades necesitan de la fe? Y, ¿cuánta unidad necesita la Iglesia? Las respuestas se brindaron en un panel de conversación con el Apóstol Mayor en el DJI—y hasta están conectadas.

El evento bajo el título: “Heme aquí” atrajo a alrededor de 6.500 espectadores en Düsseldorf y a través de streaming en directo. En el podio junto al Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider había dos jóvenes, Nicole Hagel y Chris Harmsen, los Apóstoles de Distrito Rainer Storck (Alemania del Oeste) y Jürg Zbinden (Suiza), y la profesora Stephanie Tritt, una doctora. La conversación fue moderada por Friederike Gottschalk.

A juzgar por las reacciones de la audiencia, la conversación tuvo dos temas centrales: el rol de la mujer en la Iglesia Nueva Apostólica y, por sobre todo, la diversidad cultural en la Iglesia en todo el mundo.

La Iglesia y la cultura

Los Apóstoles de Distrito dejaron en claro que las mujeres aportan sus capacidades profesionales a muchas funciones. Y ¿cuándo recibirán un ministerio?, preguntó el moderador. “No lo sé,” dijo el Apóstol Mayor, sonriendo. La próxima semana los Apóstoles de Distrito trataremos el tema sobre qué dice el Nuevo Testamento al respecto. “La Biblia menciona ambas cosas—tanto en esta dirección como en la otra”.

En términos de las reglas para sostener la unidad de la Iglesia, el Apóstol Mayor sigue el mantra: tan pocas como sea posible y tantas como sea necesario. Aunque las culturas difieran, la enseñanza debe ser la misma en todas partes. Esto no solo se aplica a la música en la Iglesia, sino también al desarrollo del material didáctico, la forma de asistencia espiritual e incluso la ordenación de siervos. Después de todo: “El ministerio no funcionará sin una comunidad. El siervo también debe ser aceptado por la comunidad”. Y existen diferencias culturales en las comunidades.

Dios y el mundo

Cada vez más personas viven sin Dios: este fue el diagnóstico compartido al comienzo de la conversación. ¿Cómo puede ser? Paz, prosperidad, salud —nunca ha habido tanto de esto en el primer mundo como en la actualidad, concordaron los panelistas. Y aun así, sigue existiendo el materialismo, el egoísmo, y la negación de las personas a comprometerse.

La renuncia general al cristianismo, de hecho nuestras creencias, también afecta a la Iglesia Nueva Apostólica. Sin embargo, el Apóstol Mayor dejó en claro que: “Esto concierne solo al cinco por ciento de nuestros miembros”, y expresó la importancia de centrarse en el otro 95 por ciento. “Visto desde una perspectiva global, la Iglesia continua creciendo”.

El mundo y la fe

El mundo está en un permanente estado de cambio, hay presión para actuar, estrés, agotamiento y depresión: así es como la Profesora Tritt describió el lado negativo del progreso. ¿Por qué la Iglesia no logra establecerse como un refugio de paz y seguridad?, preguntó el moderador. ¿Mal marketing?

Primero, dijo el Apóstol Mayor, la Iglesia (“solo es una institución”) no podría hacer nada para aliviar esto, solo puede hacerlo la fe en Jesucristo. Segundo, el Evangelio no es un producto que pueda modificarse para venderse mejor. Y, por lo tanto, en tercer lugar, el éxito no puede medirse por la cantidad de personas que aceptan el Evangelio.

La fe y los valores

¿Existe un riesgo de que el mundo pierda sus valores cristianos? “No,” dijo el Apóstol Mayor Schneider. “No, mientras que haya cristianos que vivan lo que crean”.

Los dos jóvenes en el panel tenían sus propios consejos prácticos sobre cómo lograr esto. Nicole Hagel se aferra a un cántico del himnario: “Lleva a Jesús en el barco de tu vida”. Y Chris Harmsen de los Países Bajos se pregunta regularmente: “¿Qué haría Jesús?”.

Los valores y cómo impartirlos

Pero ellos también saben que la religión y la fe entre las personas en sus entornos inmediatos no están lo suficientemente extendidas. Si no es el Evangelio en sí mismo, ¿no debería tal vez la Iglesia por lo menos modificar la forma en la que transmite el Evangelio?, preguntó el moderador.

“El marco juega una parte,” dijo en respuesta el Apóstol de Distrito Zbinden. Pero, “el aspecto más importante sigue siendo el contenido”. Se han tratado muchas cosas, dijo, en referencia también a otras Iglesias. Pero se ha visto que lo que cuenta al final es la esencia.

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