Comunión, el fundamento para construir una iglesia

Un edificio propio. Eso es lo que desean muchas comunidades nuevoapostólicas. Cumplir este deseo no es fácil. Requiere programas de financiación millonarios, así como una gran iniciativa personal.

La iglesia es para los cristianos el lugar del Servicio Divino, la enseñanza y la comunión. El lugar consagrado ofrece un espacio para la oración, la prédica, los actos sacramentales y la música. Y este espacio necesita ser construido y mantenido. Con 58.500 comunidades nuevoapostólicas en todo el mundo, se trata de un emprendimiento enorme.

Algunos están preocupados por reducir los costos de mantenimiento y funcionamiento, otros por construir por primera vez su propia casa de Dios. Desde hace décadas la construcción de iglesias también es un tema de las asambleas de Apóstoles de Distrito (AAD). Las Iglesias regionales se apoyan mutuamente en el marco de programas de financiamiento conjuntos. Las resoluciones correspondientes para la construcción de iglesias en Europa fueron aprobadas por última vez por la AAD en 2008 y 2015. nak.org informó la semana pasada sobre el éxito de estos programas de apoyo hasta la fecha. El Apóstol de Distrito Rainer Storck (Alemania del Oeste) evalúa el progreso de los programas en nombre de la AAD Europa: “Nos alegramos mucho cuando un proyecto tras otro puede ser completado y nuestros hermanos en la fe locales aceptan y se encariñan con su edificio nuevo o recién renovado. Entonces, el esfuerzo ha valido la pena”. El objetivo de todos los trabajos es proporcionar a los concurrentes a los Servicios Divinos espacios que satisfagan sus necesidades y reduzcan los futuros costos de mantenimiento y funcionamiento.

Iglesias, de pequeñas a grandes

A nivel internacional, las diferencias en las iglesias y en la construcción de las mismas no podrían ser mayores: Algunas comunidades están situadas en medio de grandes ciudades; los creyentes solo tienen unos cientos de metros para llegar a la iglesia. Otros lugares de reunión se encuentran en zonas alejadas en el campo y a veces solo se puede llegar a ellos mediante extenuantes marchas de un día entero o viajes en barco. Algunos se reúnen en grandes iglesias con capacidad de hasta 4.000 personas, mientras que otras comunidades están formadas por un puñado de creyentes que celebran los Servicios Divinos bajo un sencillo techo de chapa ondulada, sin paredes, ventanas ni puertas.

Y también hay grandes diferencias en las actividades de construcción. En algunos países, la construcción de iglesias es competencia de empresas especializadas. Las directrices oficiales establecen las condiciones que sirven de marco. En otras regiones, las iglesias también pueden ser construidas por los propios miembros de la comunidad. A veces esto es difícil, por ejemplo, cuando hay que arrastrar los materiales por las montañas nepalíes, durante meses y con horas de caminata. Sin embargo, a veces va especialmente rápido debido a que son muchos los que contribuyen, ya que, por ejemplo, una iglesia en una aldea en las montañas congoleñas puede estar terminada en solo 4 semanas.

Recursos financieros, de pocos a muchos

En todas partes sigue siendo un desafío. Unos luchan contra la desaparición de su iglesia –y se ayudan a sí mismos desmontando el edificio ladrillo a ladrillo, llevándoselos y reconstruyendo en otro lugar–, otros carecen de material suficiente para la contribución que quieren hacer: primero hay que cocer los ladrillos necesarios.

Y también hay cuestiones y dificultades generales permanentes para las que hay que encontrar soluciones. En una entrevista de hace dos años, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider explicó: “Hemos adaptado nuestra política de construcción de iglesias: en África, por ejemplo, ya no construimos iglesias importantes cuyos costos de mantenimiento difícilmente serían asequibles para las generaciones futuras. En otras regiones, estamos ajustando el número de iglesias y las localizaciones de las comunidades a nuestras necesidades actuales. Después de todo, la construcción y el mantenimiento son cada vez más caros en todas partes del mundo”.

Por último, hay otra circunstancia a tener en cuenta: los recursos financieros. Las Iglesias regionales europeas y norteamericanas son las denominadas Iglesias donantes; apoyan a la mayoría de las comunidades de todo el mundo. Cuando se le pregunta: “¿Cómo se desarrollará esto?”, el máximo dirigente internacional se muestra optimista: “Bien, espero. Sin embargo, a diferencia del pasado, queremos hacer que los subsidios a las Iglesias regionales locales financieramente no autosustentables estén más bien orientados a los proyectos. Las Iglesias regionales donantes, más fuertes financieramente, deberían financiar proyectos claramente definidos en lugar de realizar contribuciones globales. Incluso si en algunos países la independencia financiera no fuese previsible en el mediano plazo, debemos continuar con nuestros esfuerzos para ajustar los gastos locales a los ingresos”.

Juntos, a nivel local o más allá de los continentes

Como se puede ver en los informes anuales publicados por muchas áreas de Apóstol de Distrito, la construcción de iglesias en las zonas atendidas se subvenciona en el extranjero. Esto se debe a que no todas las Iglesias regionales cuentan con los recursos necesarios para financiar por sí mismas la construcción de iglesias, el material didáctico y otros gastos. En estos casos, intervienen las áreas de Apóstol de Distrito responsables; o, como se ha implementado con éxito en Europa desde hace algunos años, varias áreas de Apóstol de Distrito lo hacen conjuntamente.

El programa de apoyo a la construcción de iglesias en Europa ha completado o iniciado un gran número de renovaciones, modernizaciones y edificios nuevos en los últimos doce años con dos programas de financiación. Se dispone de un total de 7,35 millones de euros para medidas de renovación y 17,65 millones de euros para nuevas construcciones. Esto es un ejemplo para otros innumerables proyectos de construcción de iglesias en todo el mundo.

Sea cual fuere el aspecto de la iglesia local, es y sigue siendo el hogar de los cristianos. Y una joven lo resume en un comentario a raíz de un reportaje de nac.today sobre el compromiso privado de los hermanos en la fe con la construcción de iglesias: “¡Esto demuestra que se puede superar cualquier desafío trabajando juntos!”.

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