Retrospectiva (1): Pentecostés hace resonar alabanza y agradecimiento

Reflexivos, sensibles, conmovedores. Los músicos tocaron el corazón de miles de personas con sus interpretaciones en el Servicio Divino central de Pentecostés. Un himno de alabanza nuevoapostólico de Sudáfrica, por ejemplo, fue muy bien recibido.

“To God be the Glory” (A Dios sea la gloria) fue la primera obra que tocó el ensamble de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Iglesia Nueva Apostólica Suiza después de terminar el Servicio Divino. La música fue compuesta por Gavin H. Julius, que se formó musicalmente en el programa correspondiente de la Iglesia Nueva Apostólica de Ciudad del Cabo (hoy África del Sur). Comenzó a componer a los 17 años.

Desde 2003, Gavin Julius es miembro del grupo de trabajo local “Compositores de INA”, por lo que ha contribuido, entre otras cosas, a los himnarios en inglés y afrikáans, así como a la colección de canciones infantiles “Bright and beautiful” (Brillante y hermoso). La composición de “To God be the Glory” es una de las obras internacionales del himnario para la juventud de la Iglesia Nueva Apostólica para los países de habla alemana llamado “Dich loben wir” (A ti te alabamos).

El texto fue escrito por Frances Jane Crosby (1820 - 1915), una compositora ciega del movimiento revivalista estadounidense. Escribió más de 8.000 obras, muchas de las cuales se han convertido en clásicos en el contexto nuevoapostólico. Entre ellas se encuentran cantos para coro como “El Salvador Jesús cuida de ti”, cantos para comunidad como “Salvador escucha el ruego” y cantos para niños como “Con un corazón alegre”.

“Agradeced a Dios” fue el himno de inicio del Servicio Divino central. Y el acontecimiento de Pentecostés finalizó así como había comenzado: con alabanza y agradecimiento.

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