Cómo los niños se acercan sin obstáculos a Jesús

“Deberíamos ser conscientes de que Jesús también presta atención a cómo nos comportamos con los niños”. Este no fue ni siquiera el mensaje más importante que el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider tenía para dar en el Servicio Divino en Kabwe, Zambia.

“Consideramos que abusar de un niño es un crimen y un pecado terrible. Alguien que utiliza a un niño para satisfacer sus deseos es un pecador y un criminal”, dejó bien claro el director de la Iglesia. “Como Iglesia, luchamos contra el abuso de menores y apoyamos todos los esfuerzos realizados para prevenirlo y evitarlo”.

Por lo demás, el Servicio Divino del 26 de septiembre de 2021 estuvo lleno de declaraciones claras sobre este tema. Todas ellas giraron en torno a los versículos bíblicos de Marcos 10:13-14: “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”.

En primer lugar, el Apóstol Mayor pidió que se tomara a los niños tan en serio como los tomó Jesús. En aquella época, los niños no tenían importancia en la vida religiosa. Apenas eran capaces de entender los mandamientos y mucho menos de cumplirlos, y sin posesiones no podían ofrecer sacrificios ellos mismos.

Por eso, los discípulos querían que los niños se alejaran, lo que Jesús, como es sabido, impidió. El Apóstol Mayor vio varias lecciones en esto:

  • “Jesús amaba a los niños. Amaba a los débiles, amaba a los que eran rechazados por otros. Consideraba a cada ser humano como un alma que necesita ser salvada. No le importaba si eran pobres o ricos, viejos o jóvenes”.
  • “La salvación no tiene nada que ver con los méritos, con las obras, con los hechos. La salvación es una gracia que Dios ofrece a todos: a los pobres y a los ricos, a los fuertes y a los débiles”.
  • “No se puede medir el amor de Dios por las circunstancias que uno debe pasar en la tierra. No se puede decir que Dios ama a una persona porque es rica y a otra no porque es pobre. La señal del amor de Jesús consiste en que murió por todos nosotros y nos ofrece a todos la redención completa”.

El Apóstol Mayor Schneider pidió entonces tomar a los niños como ejemplo, así como Jesús los muestra:

  • “Para entrar en el reino de Dios, primero debemos llegar a ser como niños. Debemos ser humildes, conscientes de que dependemos totalmente de la gracia de Dios”.
  • “Un niño, por naturaleza, confía en sus padres. No puede imaginar que los padres hagan algo malo. Seamos verdaderos hijos de Dios. Confiamos en nuestro Padre incluso cuando no lo entendemos”.
  • “Como los niños, debemos estar dispuestos a aprender y ser enseñados. Debemos ser conscientes de que aún no hemos terminado de crecer en la fe, sino que todavía debemos crecer”.

Por último, el Apóstol Mayor Schneider exhortó a no impedir que los niños se acerquen a Jesús. Esto no solo se aplica a los casos extremos, como el abuso de menores. Ya empieza cuando los adultos descargan su frustración en los niños, por ejemplo, regañándolos sin que sus hijos hayan hecho nada malo. “Eso es un pecado, y eso es un comportamiento pecaminoso”. Y “una mentira es una mentira, no importa si se la digo a un adulto o a un niño. Sigue siendo una mentira y un pecado”.

Las indicaciones del dirigente de la Iglesia:

  • “Podemos preparar el camino para que los niños vengan a Jesús presentándoles a Dios. No les describáis a Dios como un juez que los va a castigar. Decidles que Dios es amor”.
  • “Decidles cómo oráis a Dios y que Él responde a las oraciones. Habladles de la protección angelical que habéis experimentado. Contadles también cómo os consuela Dios. Así podemos animar a los niños a acercarse a Jesús”.
  • “Mostradles cómo Dios está obrando en la Iglesia en lugar de hablar siempre de todo lo que va mal en la Iglesia”.
  • “Y un recordatorio especial para los portadores de ministerio: cada vez que un portador de ministerio abusa de su ministerio, abusando de su poder y autoridad, su comportamiento se convierte en un obstáculo para los niños”.

“Deseamos que Jesús sea también el futuro de nuestros niños”, dijo el Apóstol Mayor dirigiéndose no solo a los padres, sino también a todos los hermanos en la fe en las comunidades: “Nos corresponde prepararles el camino, enseñarles la ley de Dios de forma correcta. Enseñarles a confiar en Dios y ayudarlos a descubrir las maravillosas obras de Dios. Dios bendecirá todos los esfuerzos que hagamos para que nuestros hijos se acerquen a Jesús y se queden con Él”.

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