Dios pregunta, el ser humano responde
Los Servicios Divinos dominicales nuevoapostólicos de julio giran en torno a las grandes preguntas de Dios a la humanidad. Las respuestas a estas preguntas ayudan de manera muy concreta, preparando intensamente a la comunidad para el retorno de Jesucristo.
Nuevos habitantes
El mes de julio comienza con el Servicio Divino en ayuda para los difuntos. El pasaje bíblico se refiere a una ciudad fuerte. Esto hace alusión a la Iglesia de Cristo. Los habitantes de esta “ciudad” son los bautizados con agua que creen en Jesús y lo siguen. Como se trata de un Servicio Divino en ayuda para los difuntos, esta “ciudad” celebra una fiesta: vienen nuevos habitantes. Los difuntos que han llegado a creer reciben los Sacramentos y –en sentido figurado– pueden entrar a la ciudad.
¿Dónde estás tú?
Esta pregunta del segundo Servicio Divino dominical nos invita a examinar nuestra actitud interior. Cuando Dios hizo esta pregunta, Adán y Eva se ocultaron por sentirse avergonzados. Sin embargo, la pregunta muestra que Dios sigue ocupándose de las personas a pesar de todas sus faltas.
El Servicio Divino menciona otras pruebas en forma de pregunta:
- “¿Dónde está vuestra fe?” (Lucas 8:25): A veces somos confrontados con situaciones que nos superan. La preocupación es grande. Pero el Espíritu Santo nos instruye para que confiemos en Dios.
- “¿Por qué me persigues?” (Hechos 9:4): Lo que se le hace al prójimo, se le hace a Jesús. Por eso es tan importante tratar al prójimo con el amor de Jesús.
- “¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?” (Marcos 9:33): Qué se habla y cómo se habla: ambos determinan la atmósfera en el entorno. Es aún más importante que las palabras reflejen el bien que hace Jesús.
¿Dónde está tu hermano?
“Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”. Esta palabra de Génesis 4:9 es el tema central de la prédica del tercer domingo. Caín rechazó toda responsabilidad por su hermano. Jesucristo, en cambio, declaró que el amor al prójimo, además del amor a Dios, era el más mandamiento más grande y siempre se dirigió a los necesitados de ayuda. Un modelo para los cristianos de hoy.
Los que siguen este ejemplo, dan forma, por ejemplo, a la vida en la comunidad. Cuando allí reina el amor, la calidez se extiende por la comunidad. De este modo, todos pueden ayudarse unos a otros a prepararse para el retorno de Cristo.
¿Por qué lloras?
Jesús se lo preguntó a la angustiada María Magdalena en la mañana de Pascua. Cuando vio el sepulcro vacío, ella se echó a llorar. No entendía lo que estaba pasando. Pero Jesús se acercó a ella. Su pregunta no era un reproche, sino una expresión de desvelo.
El amor y el consuelo de Jesús es lo que trata el Servicio Divino del cuarto domingo de julio. Él comprende el dolor de las personas, sea cual fuere, pues Él mismo lo experimentó, Él mismo fue hombre. El Servicio Divino quiere mostrar que Jesús está al lado de los que se encomiendan a Él. Y que el amor de Jesús nos permite incluso compartir las alegrías y los sufrimientos de otros.
¿Qué quieres que haga por ti?
El Servicio Divino del quinto domingo gira en torno a esta pregunta de Lucas 18:41: Un ciego reconoce que Jesús es el Mesías y le pide ayuda. Jesucristo muestra su autoridad para sanar con el fin de dejar claro, pero en realidad solo para dejar claro, que Él tiene la autoridad para perdonar los pecados y para demostrar el amor de Dios a los que han sido excluidos del pueblo por otras personas.
La prédica se refiere a creer que el amor de Dios nunca es indiferente a la necesidad humana, por pequeña que parezca. Y trata sobre la intercesión y la fe en que Dios ama a todos los seres humanos.
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