En foco 20: Alegría anticipada, alegría eterna
La alegría anticipada la conocemos especialmente de Navidad. En el último aporte de "Los Apóstoles de Distrito escriben sobre el lema del año 2015", Michael Deppner (Congo) explica a qué alegrías anticipadas hizo referencia Jesús.
"Pronto es Navidad". – "Dentro de unos días es tu cumpleaños". – "En las fiestas estamos de la abuela". – "Mañana comemos tu plato preferido" (que por otra parte es el fufu). – Con estas pocas frases pronunciadas en pocos minutos en casa durante el desayuno, la sonrisa de nuestro hijo se volvía cada vez más ancha. La alegría anticipada hizo brillar todo su rostro.
En el tiempo de Adviento meditamos con gran alegría sobre la promesa del retorno de Cristo. El pensamiento en el inminente día de su casamiento hace latir con más fuerza el corazón de la novia o del novio. Una mujer que espera un niño y siente cómo se mueve debajo de su corazón, se alegra por el nacimiento que tiene por delante.
Sin embargo, cuando Jesús les dijo a sus Apóstoles que no lo verían por "un poco" de tiempo, toda su alegría desapareció. Estoy seguro de que esa noticia los entristeció. Pero no lo dejó ahí, sino que agregó: "...y de nuevo un poco, y me veréis" (Juan 16:16).
Este "un poco" que dura la espera, con sus dificultades y problemas propios, a veces nos parece interminable. Cristo comparó estos problemas limitados en el tiempo, con una mujer cuando da a luz: "después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo" (Juan 16:21). Después de este tiempo tendremos alegría eterna y ya no pensaremos en lo que pasó antes –en todas las dificultades y problemas–.
También sentimos alegría al pensar en la consumación. Joseph Haydn compuso la grandiosa parte coral de "La Creación" titulada "Consumada es la gran obra" ("Vollendet ist das große Werk"), en la cual se alaba la consumación de la creación.
Ya ahora nuestro Padre celestial a veces nos permite alegrarnos por la consumación: la alegría porque el coro cantó bien, porque pudo ser construida una nueva iglesia o porque se han agregado almas a la comunidad.
Los primeros discípulos regresaron llenos de alegría y le informaron al Señor cuánto éxito habían tenido. Su respuesta fue: "No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos" (Lucas 10:17-20). Él les hizo referencia a otro tipo de alegría, a una alegría duradera.
Cuando estoy de viaje por mi área de actividad, muchas veces me siento impresionado por la alegría de nuestros hermanos. Sus condiciones de vida no son las ideales. Por cierto, no tienen todo lo que desean. ¡Todo lo contrario! Pero todas las comunidades irradian gran alegría cuando estamos juntos. Es la alegría porque nuestro Padre celestial nos ha reunido y la alegría por lo que nos espera.
Él nos dejará permanecer juntos en su amor, y de esto continuamente podemos obtener alegría. Esperamos el retorno de Cristo y la alegría eterna que nunca terminará.
Foto: ENA DR Congo