Hornear hostias para después del coronavirus

En Lusaka y Ciudad del Cabo las máquinas de hornear hostias están paradas y en Bielefeld el almacén está lleno. En las tres grandes fábricas de hostias de la Iglesia Nueva Apostólica las cosas no son nada normales en tiempos de pandemia.

“De hecho, la interrupción mundial de los Servicios Divinos también nos está afectando”, explica Michael Block, el director de la fábrica de hostias de Bielefeld (Alemania). Debido a la pandemia del coronavirus, las iglesias están cerradas desde hace varias semanas y en la mayoría de los países los Servicios Divinos solo pueden celebrarse virtualmente. Por lo tanto, el festejo de la Santa Cena no se está realizando en la actualidad. Los creyentes ya no participan del cuerpo y la sangre de Jesús en la hostia consagrada. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider explicó por qué es así en una entrevista reciente.

Como resultado, por el momento no se está realizando la producción semanal de 2,2 millones de hostias en Bielefeld. “Desde mediados de marzo no se están enviando los pedidos a Europa, y desde principios de abril tampoco hemos podido entregar los pedidos contratados por África y otros países, ya que nuestros clientes de esos países tampoco tienen Servicios Divinos casi en ningún lugar”, informa Block. Esta es una situación extraordinaria para la fábrica de hostias, que abastece a las comunidades de todo el mundo desde 1931.

Detener la producción

Jan Tischendorf y su equipo de la fábrica de hostias de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) pasan por una situación similar. El proceso de producción se detuvo con el inicio de la pandemia de coronavirus y la prohibición general de efectuar reuniones. Siete empleados de la fábrica y uno del departamento de despachos trabajan allí normalmente. Desde 2003, se han horneado más de 220.000 hostias en Ciudad del Cabo todos los días laborables, abasteciendo a comunidades de Sudáfrica, África del Sudeste, África del Este y, parcialmente, la República Democrática del Congo (Oeste).

Y Nimon Muleya, el corresponsal de nac.today en Zambia, informa que la producción también se ha suspendido en la más nueva de las tres fábricas de hostias, la de Lusaka: “La fábrica está cerrada por el momento. Los diez empleados normalmente hornean 200.000 hostias cada día en la fábrica que recién fue abierta en 2012. Son responsables del abastecimiento de las comunidades nuevoapostólicas en Zambia, Kenia, Mocuba, Mozambique, Malawi y Zimbabwe”.

Llenando el almacén y testeando las máquinas

En Alemania, la producción sigue en curso: “Utilizaremos el tiempo después de Pascua para reponer nuestras existencias de manera que estemos bien posicionados para el tiempo posterior al coronavirus”. Los cinco empleados ahora hornearán y almacenarán adecuadamente hasta 20 millones de hostias. Y después el tiempo se utilizará “para llevar a cabo trabajos de mantenimiento sin la presión de una producción en marcha”, explica Michael Block.

Ya hay 10 millones de hostias en la fábrica de Lusaka. Sin embargo, estas existencias son bastante pocas, “especialmente para cuando reanudemos los Servicios Divinos”, dice Muleya. No hay necesidad de precauciones extraordinarias mientras estén en el depósito, ya que las hostias no contienen nada que se pueda “poner feo”, según el director de la fábrica alemana. “No hay necesidad de guardar las obleas en frío. Tampoco las galletitas tienen que conservarse en frío”, dice sonriendo, y su colega de Zambia agrega, “siempre y cuando las obleas se almacenen en un lugar fresco y seco a temperatura ambiente, todo está bien”.

Lo mismo se aplica a las existencias que se almacenan en las iglesias. Jan Tischendorf, de Sudáfrica, dice: “Las hostias deben mantenerse a menos de 27 grados centígrados, a salvo de roedores y en contenedores adecuados para alimentos”.

Los fabricantes de hostias nuevoapostólicos tampoco saben cómo continuarán las cosas en términos concretos, pero todos están de acuerdo en algo: “En principio podemos volver a producir a plena capacidad de la noche a la mañana. No necesitamos tiempo para volvernos a poner a marcha”, dice Michael Block, y Jan Tischendorf, de Ciudad del Cabo, añade: “Inmediatamente después de que la fábrica esté en funcionamiento, puede volver a ser producida la cantidad normal”.

Cuando se pueda volver a celebrar la Santa Cena en los Servicios Divinos, las tres grandes fábricas de hostias volverán a hornear más de 4 millones de hostias a la semana proveyendo a las 60.000 comunidades de todo el mundo junto con fábricas adicionales existentes en América del Sur y la India. Y entonces se dirá de nuevo en el punto culminante del Servicio Divino: “El cuerpo y la sangre de Jesús dados para ti”. Millones de creyentes esperan ese momento ¡ya ahora!

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Oliver Rütten
18.04.2020
obra benéfica