Los Sacramentos (6): Lo que cuenta es cuestión de fe

Siete, tres o dos. ¿Cuántos Sacramentos hay en realidad? En algunos casos, las denominaciones cristianas ni siquiera están de acuerdo con ellas mismas, pero hay un punto de encuentro que todos reconocen, casi todos.

“La Sagrada Escritura conoce un solo Sacramento, que es Cristo, el Señor mismo”. Con esta enfatización, el protestante Lutero terminó casi exactamente donde el archicatólico Agustín ya había estado un milenio antes: con Jesús como primer Sacramento. Sin embargo, iba en dirección opuesta a la doctrina prevaleciente del Sacramento.

Entre “minorem” y “maiorem”

A la propia Iglesia Católica le había llevado bastante tiempo establecer su posición, aunque en la práctica ya se había comenzado a administrar siete Sacramentos en el siglo XII. Recién fue la fusión con algunas Iglesias orientales pequeñas lo que hizo que esta teoría, es decir, doctrina fuese oficial en 1439 con el Concilio de Florencia.

Desde entonces la tradición católica conoce definitivamente los siguientes Sacramentos: Bautismo (con agua), Eucaristía (Santa Cena), Confirmación (afirmación por el Espíritu Santo), Penitencia (confesión), (pacto del) Matrimonio, Orden (Diaconado, Presbiterado, Episcopado) y Unción de los enfermos.

Estos Sacramentos pueden ser agrupados de acuerdo a varios aspectos:

  • Por ejemplo, los pequeños Sacramentos (“minorem”), que solo sirven para restaurar o perfeccionar los grandes Sacramentos (“maiorem”) del Bautismo y la Eucaristía.
  • O por Sacramentos de iniciación, es decir, introducción en la comunidad (Bautismo, Eucaristía, Confirmación), de curación (Penitencia, Unción de los enfermos) y servicio a la comunidad (Matrimonio, Consagración).
  • Y finalmente por Sacramentos, por un lado, para el desarrollo personal y, por el otro, para la guía y la difusión de la Iglesia (Consagración, Matrimonio).

El número siete también se encuentra en los “misterios” de la Iglesia Ortodoxa, pero con dos grandes diferencias: La Unción de Myron se realiza inmediatamente después del Bautismo de los niños y no, como en la Confirmación católica, recién en la adolescencia. Además, en la Iglesia Ortodoxa es el sacerdote quien administra el Sacramento del Matrimonio, mientras que, según el entendimiento católico, los cónyuges se lo administran mutuamente.

Dos más cinco es la fórmula en la Iglesia Anglicana. El Bautismo y la Santa Cena son definitivamente reconocidos como Sacramentos, mientras que los otros ritos de las tradiciones católicas a menudo solo se clasifican como actos sacramentales. Sin embargo, esto puede variar dependiendo de las diferentes orientaciones de esta familia confesional.

Al final solo es válida la Biblia

En la tradición protestante había un doble desacuerdo. Entre los luteranos, los primeros escritos confesionales contienen a veces dos y a veces tres Sacramentos, pero la Penitencia se quedó en el camino a lo largo de la historia. Solamente prevalecieron el Bautismo y la Santa Cena. Bíblicamente se encuentran más fundados que cualquier otro Sacramento.

Estos dos actos también son conocidos por las Iglesias Reformadas. Sin embargo, sus fundadores no los vieron como ritos con efecto propio. Para Zwinglio son meramente signos de confesión del hombre y para Calvino, signos visibles de la promesa divina de salvación. Muchas Iglesias Evangélicas Libres tienen un punto de vista similar.

Dos se convierten en tres: el doble Bautismo

La interpretación de la Iglesia Nueva Apostólica de los Sacramentos tiene mucho en común con las tradiciones católica y evangélica. Al igual que ambas, entiende los Sacramentos como “manifestaciones fundamentales de la gracia de Dios”, como dice el Catecismo (Catecismo INA 8). “Son actos santos realizados en el hombre para que este pueda alcanzar la salvación”.

Los tres Sacramentos: el Santo Bautismo con Agua, la Santa Cena y el Santo Sellamiento recuerdan, por un lado, los tres Sacramentos católicos de iniciación: el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. Por otro lado, también siguen el principio evangélico de la fundación bíblica con el Sellamiento como la segunda parte del “renacimiento de agua y Espíritu”. Pero más sobre esto en un artículo posterior de esta serie.

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Andreas Rother
30.03.2020
sacramentos, declaraciones doctrinales