Compromiso social al margen de la asamblea de Apóstoles de Distrito

Mientras los Apóstoles de Distrito y los Ayudantes Apóstol de Distrito se reunían en el centro de conferencias de la Administración, sus esposas aprovecharon el tiempo para el compromiso social. Para ello pintaron emoticones amarillos en remeras azules.

22 mujeres de todo el mundo se reunieron el viernes 17 de mayo de 2024 en la iglesia Zúrich-Hottingen (Suiza). Querían hacer algo significativo para llevar alegría a los niños. El resultado es este proyecto con NAK-Humanitas, la fundación benéfica de la Iglesia Nueva Apostólica Suiza.

Organización de ayuda en acción

Al principio, las mujeres recibieron una introducción al trabajo de la fundación. Con el fin de mejorar de forma sostenible la calidad de vida de los beneficiarios de la fundación y crear perspectivas para las personas en condiciones de vida difíciles, NAK-Humanitas apoya proyectos sociales, humanitarios y caritativos en Suiza y en los países que son atendidos por la Iglesia Nueva Apostólica Suiza. Además, presta ayuda humanitaria en todo el mundo en zonas de guerra y catástrofes.

A continuación, se presentaron con imágenes las guarderías de Răzeni (Moldavia) y Zăbrani (Rumania), así como el hogar infantil Casa Pinocho de Zăbrani.

Un lugar para los niños

Kiru - Ayuda para Niños Rumania es una antigua organización colaboradora de NAK-Humanitas. Esta organización, con sede en Basilea (Suiza) y con la que NAK-Humanitas colabora estrechamente en los proyectos propios de la fundación en Rumania y Moldavia, lleva muchos años apoyando a niños y jóvenes de entornos difíciles en Zăbrani, por ejemplo, implicándose en los hogares infantiles. En los comienzos, no había allí una guardería.

Desde 2013, la Fundación NAK-Humanitas administra una guardería en Zăbrani, que creó junto con Kiru - Ayuda para Niños Rumania. Al principio, 25 o 30 niños de familias socialmente desfavorecidas eran atendidos allí después de la escuela; hoy son unos 40. Después de una comida caliente, no se trata solo de hacer la tarea del hogar o de jugar. Los cuidadores también quieren inculcar valores a los niños y prepararlos para una buena vida en la sociedad. Por ejemplo, quitaron a los niños la inhibición de conocer a personas con discapacidad invitando a la guardería a usuarios de sillas de ruedas. Les contaron su vida y les enseñaron a conducir una silla de ruedas.

El hogar infantil Casa Pinocho pasó a manos de NAK-Humanitas a fines de 2018. Anteriormente era de propiedad estatal, pero el Estado rumano ya no quería seguir administrándolo. Como NAK-Humanitas llevaba años apoyando el hogar infantil, tomó la decisión de administrarlo ella misma. En aquel momento, los once niños eran huérfanos o no podían vivir con sus padres. El periodo inicial tras hacerse cargo del hogar trajo consigo dificultades, en parte porque coincidió con la pandemia del coronavirus. Este período se caracterizó por cuarentenas de varias semanas y niños y cuidadores enfermos de coronavirus. Sin embargo, gracias al incansable empeño de los cuidadores, la vida cotidiana volvió por fin a la normalidad y la residencia pudo convertirse en un hogar para los niños, donde experimentan seguridad, cariño y aprecio. Aquí tienen la oportunidad de jugar y participar en actividades deportivas y se los apoya en su educación y en sus planes de vida futuros.

Experimentar el amor al prójimo

En los últimos años, los hermanos y hermanas comprometidos han organizado varias actividades para los niños de Zăbrani. Por ejemplo, en octubre de 2020, jóvenes de varios distritos de la Iglesia en Suiza ayudaron a recoger muebles procedentes de diversas donaciones y a cargarlos en una furgoneta para llevarlos a Rumania. Los muebles, usados pero aún en buen estado, se donaron al hogar infantil y a la guardería de la propia fundación. O pensemos en los conciertos benéficos organizados por jóvenes suizos para recaudar fondos para la guardería y el hogar infantil.

Ahora, en el marco de la asamblea de Apóstoles de Distrito, se organizó una campaña para hacer felices a los niños. Para ello, las salas polivalentes de la iglesia se transformaron en un estudio de pintura. Se proporcionaron camisetas celestes y pinturas amarillas a las esposas de los presidentes de las iglesias y se pusieron a pintar caras felices en las camisetas, que llevarán caras felices a Rumanía.

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