Amor que no depende del estado de vacunación

¿Vacunar o no vacunar? La Iglesia Nueva Apostólica no emitirá ninguna declaración oficial al respecto. Tampoco lo hará sobre: ¿Comer carne o no? ¿Conducir un motor de combustión o no? El Apóstol Mayor explica por qué en su circular semanal.

“En cuanto a mí, estoy vacunado”, escribe el director de la Iglesia Jean-Luc Schneider a los Apóstoles de todo el mundo: “Por los requisitos –para poder viajar– y por convicción”. Reconoce que no entiende el punto de vista de los opositores a la vacunación y que a menudo es completamente ajeno a su forma de pensar. Pero “¡eso no es motivo para excluir a mis hermanos y hermanas que no comparten mi opinión!”.

Últimamente han aumentado los llamamientos para que la Iglesia Nueva Apostólica siga el ejemplo de otras Iglesias y adopte una posición oficial a favor de la vacunación contra el coronavirus. “La intención de estos hermanos y hermanas es ciertamente encomiable”, pero “no accederemos a su petición”, ya que para el dirigente de la Iglesia hay consideraciones fundamentales que hablan en contra.

No con autoridad espiritual

Por un lado, “como Apóstoles hemos recibido la autoridad de proclamar la palabra de Dios. Nuestra misión es predicar el Evangelio”. Ni una ni la otra se podrían invocar para asegurar a los hermanos en la fe que la vacuna es segura o para decirles que es voluntad divina vacunarse.

En segundo lugar, una apelación de la Iglesia sin invocar la autoridad espiritual tiene poco sentido. ¿Por qué deberíamos tener éxito “donde los gobiernos, los profesionales médicos y los medios de comunicación no han tenido éxito?”, dice la circular. “Dudo mucho que haga cambiar de opinión a una persona que esté en contra de la vacuna”.

Por último, “algunos acusan a los opositores a la vacunación de falta de amor al prójimo porque ponen en peligro su entorno”. También acusan de lo mismo a los fumadores (peligro para la salud), a los conductores de automóviles de gran cilindrada (cambio climático) e incluso a los consumidores de carne. Siguiendo la misma lógica, la Iglesia tendría que pronunciarse contra estos comportamientos. “¿Quién debe decidir sobre los distintos temas y según qué criterios?”.

No estar en guerra con el mundo exterior

El Apóstol Mayor extrae dos lecciones muy diferentes de la crisis del coronavirus:

“En primer lugar, muchos antivacunas están convencidos de poseer una verdad que el público en general desconoce”. Si algunos cristianos nuevoapostólicos se adhieren a estas teorías, puede ser también porque reconocen en ellas estructuras familiares. “Para ellos, el mundo, en el sentido de todo lo que está fuera de la Iglesia, es fundamentalmente malo”.

Así es como a veces se predicaba. “Desde este punto de vista, es importante que prestemos atención a cómo predicamos el Evangelio”, subrayó el Apóstol Mayor: “No estamos en guerra con el mundo exterior, sino contra el mal. Hemos sido elegidos para hacer que los seres humanos experimenten el amor de Cristo”.

La única verdad que no cambia

Y en segundo lugar, en un momento de crisis sin precedentes, los gobiernos y los especialistas han mostrado incertidumbre y han emitido normas cambiantes, a veces contradictorias. Esto “reforzó a los opositores a la vacunación en su desconfianza hacia las autoridades y los medios de comunicación”.

De esto, el Apóstol Mayor Schneider saca la conclusión de que “la única verdad que no cambia es la del Evangelio”. Todo lo demás surge del entendimiento humano y, por lo tanto, conserva su validez por un tiempo limitado. “Utilicemos nuestra autoridad ministerial solo para proclamar lo que es indispensable para la salvación”.

Amor y desvelo para todos

En cualquier caso, el encargo de los portadores de ministerio es animar a los creyentes a basar sus decisiones en el Evangelio. “¡En ningún caso podemos decidir en su lugar! Lo que el Señor nos pide es que mostremos el mismo amor y desvelo a todos, independientemente de sus opiniones y comportamientos”.

Pero el máximo dirigente de la Iglesia también deja clara una cosa: “Como institución, de acuerdo con nuestro décimo artículo de la fe, velamos por el cumplimiento en nuestras dependencias de las normas dictadas por las autoridades”. Porque, “a mi entender, las distintas normativas vigentes no contradicen el mandamiento divino”.

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Andreas Rother
16.12.2021
apóstol mayor