Primero sí, después no: todos los comienzos son difíciles

Ya su nombre suena extraño. Y sus acciones lo son aún más: Rudolf Rosochacky fue llamado como Apóstol hace hoy exactamente 160 años, comenzando a ejercer públicamente su ministerio tres meses después, para volver a renunciar a él al cabo de una semana. Información de los inicios del movimiento apostólico.

Quien quiera entender los orígenes de la Iglesia Nueva Apostólica necesita un largo trecho. Muchos actos son difíciles de entender para las personas de nuestra época, produciéndose en muchos casos una gran confusión. La liturgia y la jerarquía de la Iglesia, tan familiares y rutinarias hoy en día, no se conocían. Los movimientos de la época del revivalismo se desarrollaron enteramente basados en el Espíritu Santo. Lo mismo ocurrió con la Comunidad Católica Apostólica, que ya estaba bastante consolidada en aquella época. En la década de 1830 habían sido llamados doce Apóstoles, que gobernaban la Iglesia según el modelo cristiano original. A su lado había una multitud de otros servidores de la Iglesia, algunos con nombres de ministerios que hoy suenan difíciles.

Sin embargo, poco a poco fue surgiendo una imagen clara, o como dice el conocido erudito confesional Prof. Dr. Helmut Obst en su libro Apostel und Propheten der Neuzeit (Apóstoles y profetas de la era moderna), los Apóstoles asumieron cada vez más la dirección de la Iglesia. Los llamamientos proféticos y las profecías seguían existiendo. Eran elementales para el joven movimiento y un signo de la vinculación con el cristianismo primitivo, pero cada vez más tenían que ser autorizados por los Apóstoles, es decir, estos los reconocían o bien los rechazaban.

¿Doce o más?

1862 es una fecha importante en el calendario de Comunidad Católica Apostólica. Los Apóstoles ingleses habían asumido que no podía haber más Apóstoles fuera de los doce ya designados. La actividad de los Apóstoles sin ellos no se planteaba en su pensamiento. Las discusiones anteriores sobre este tema siempre habían sido rechazadas. Con su muerte, el ministerio de Apóstol terminaría y la Iglesia sería continuada por arzobispos (también llamados arcángeles).

El profeta Heinrich Geyer, muy influyente en la época, no estaba de acuerdo con esto. Se veía a sí mismo como portavoz de Dios y fiel servidor de su Iglesia. Su opinión era que los Apóstoles ingleses se habían equivocado al rechazar una adición al círculo de Apóstoles y considerar inválidas las profecías correspondientes. Estaba dispuesto a llamar a más Apóstoles en Alemania.

Apostólica sin Apóstoles

El primero de esos nuevos Apóstoles fue Rudolf Rosochacky (1818-1884), un maestro albañil con su propio negocio de construcción. Geyer lo llamó a Königsberg el 10 de octubre de 1862 en el curso de un viaje con el Apóstol Francis Valentine Woodhouse. Sin embargo, Woodhouse no se enteró de nada. Más tarde, Geyer justificó su procedimiento secreto diciendo que quería esperar el momento adecuado para una aparición pública del primer Apóstol y evitar hasta entonces la discordia en las comunidades. No fue hasta enero de 1863 cuando Rosochacky apareció públicamente como Apóstol en Hamburgo. El 4 de enero se presentó en el Servicio Divino con una vestimenta litúrgica reservada a los Apóstoles. Casi toda la comunidad se subordinó a él.

Evidentemente, él mismo contaba con que Dios reconocería claramente su misión apostólica y que los Apóstoles ingleses lo reconocieran. Pero esto no ocurrió en absoluto. Así, Rosochacky renunció a su actividad como Apóstol y, en una carta fechada el 17 de enero, pidió a sus seguidores de Hamburgo que volviesen bajo la dirección de los Apóstoles ingleses. Rosochacky regresó a su comunidad de origen en Königsberg y asumió la conducción de la gran comunidad local.

La mayoría de los miembros de la comunidad de Hamburgo permanecieron unidos entre ellos, formándose una comunidad apostólica sin Apóstol. El Apóstol Woodhouse no tuvo otra opción y pronunció la excomunión de toda la comunidad. Así surgió en Hamburgo la primera comunidad de la posterior Iglesia Nueva Apostólica.

Tres semanas después, el 8 de febrero de 1863, el Pastor Carl Wilhelm Louis Preuss fue llamado como Apóstol por varias profecías de la comunidad y, tras otro llamamiento profético, fue instituido solemnemente el 18 de marzo sin la intervención de Geyer.


Para más información: “El camino hacia la Iglesia Nueva Apostólica”

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