En foco 11/2024: El silencio también es una respuesta

¡Orar funciona! No todas las peticiones son concedidas, pero Dios responde a todas las oraciones. El Apóstol de Distrito Kububa Soko, de Zambia, está convencido de ello. En su artículo sobre nuestro lema anual explica cómo se pueden interpretar las respuestas de Dios.

La oración es una forma de comunicación que un individuo o un grupo de individuos tiene con Dios. Generalmente, la oración se compone de adoración, agradecimiento y petición, entre otros. Adoramos a Dios porque es un deber del creyente adorarlo. Expresamos nuestro agradecimiento a Dios por su bondad. Nos creó a su imagen y nos dio dominio sobre toda la creación. Le expresamos nuestro agradecimiento por darnos todo lo que necesitamos para vivir. Damos gracias a Dios por su amor, que también le hizo enviar a su Hijo a morir por nosotros para que hubiera reconciliación entre Dios y la humanidad. Y le agradecemos por la bendición que hemos recibido.

En la Biblia encontramos muchos ejemplos de personas que oraron y cuyas oraciones fueron respondidas. En el libro de Josué 10:12-14, podemos leer que Josué habló con Dios y su petición se cumplió. El sol se detuvo durante un día entero. El libro de Santiago 5:17-18 nos dice que Elías oró fervientemente para que no lloviese. Y no llovió por tres años y seis meses. Después oró para que lloviera, y llovió. Jesús habló con su Padre y le dio las gracias y luego pidió que Lázaro saliera del sepulcro (Juan 11: 41-44).

Estos son algunos de los ejemplos que demuestran que orar funciona. Podemos decir que la oración funciona cuando es respondida. Pero para que las oraciones sean respondidas, debemos creer que serán respondidas. Se necesita confianza, seguridad y una fe firme en Dios. También es importante ser sincero y serio, y orar por cosas auténticas. ¡La oración más importante es pedir a Dios que fortalezca nuestra fe!

Es importante tener en cuenta que todas nuestras oraciones son respondidas. Cuando oramos y no ocurre nada o las cosas no salen como queríamos, eso también es una respuesta. El silencio o la inacción de Dios también son respuestas. Significa que Dios está satisfecho con nuestra situación. En 2 Corintios 12:7-9, el Apóstol Pablo suplicó tres veces al Señor que le quitara el “aguijón en la carne”. Pero el Señor estaba satisfecho con el “aguijón en la carne” y no se lo quitó. En cambio, le dijo a Pablo: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

Así que, cuando sentimos que Dios no ha respondido a nuestras peticiones, debemos saber que Dios está satisfecho con nuestra situación y Él nos fortalecerá. Por lo tanto, ¡orar funciona!

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