¿Quiénes son al final los escogidos?

"Escogidos por gracia...", un canto, un sentimiento básico. Sin embargo, "no existe un automatismo que nos permita alcanzar la salvación", dice el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. ¿Qué debe hacerse para hacer firme la elección?

"Porque muchos son llamados, y pocos escogidos". Bajo esta palabra bíblica de Mateo 22:14 estuvo el Servicio Divino del 13 de marzo de 2016 en Zúrich-Albisrieden (Suiza). Entre sus participantes estaban todos los Apóstoles de Distrito y Ayudantes Apóstol de Distrito del mundo que en los días previos se habían encontrado para su primera sesión del año.

La decisión soberana de Dios

"Vocación y elección son nociones centrales" en la historia de la salvación, dejó claro el Apóstol Mayor. "No lo puedes entender ni explicar. Es una decisión soberana de Dios. Él lo decidió y tú lo debes aceptar".

Sin embargo, el hombre fue convocado a responder a la elección, aclara con el ejemplo del pueblo de Israel: "Debía creer en la elección, confesarse a ella a través de la circuncisión y la santificación del día de reposo y por agradecimiento vivir conforme a la ley y servir a Dios".

La doble señal

"Dios nos ha escogido para tener una relación especial con Él. Fuimos escogidos para ser hijos de Dios y coherederos con Cristo". Sin embargo, "los escogidos no son mejores que otros, no se ganaron la elección, no son más justos". Para la elección hay –como en el pueblo de Israel– dos señales: una personal y una pública, el Santo Sellamiento y la concurrencia a los Servicios Divinos.

"Por el renacimiento de agua y Espíritu, Dios nos ha dado su sello, que significa: Tú me perteneces", dijo el Apóstol Mayor Schneider. "Confesémonos a nuestra elección como hijos de Dios, la primera forma de confesarnos a ella es la concurrencia a los Servicios Divinos". Pero esto debe ejercer efectos en la vida cotidiana: "Por puro agradecimiento nos conducimos en la vida próximos al Evangelio".

Ninguna garantía, sólo gracia

No obstante, "no existe un automatismo que nos permita alcanzar la salvación". Una seguridad según la divisa: "Tú estás sellado y llegarás al cielo" no existe en absoluto. "Así no va", reafirmó la máxima autoridad de la Iglesia. "Aquellos que en el día del Señor serán aceptados, se lo deben agradecer a una decisión de Dios".

Esta gracia Dios se la concederá sólo a aquellos que han hecho firme su vocación y elección: "Sentimos nostalgia por la estrecha comunión con Dios y para ello estamos dispuestos, si tiene que ser, a dejar todo. Ponemos nuestra vida al servicio de Jesucristo y somos conscientes de que, pase lo que pase, somos servidores de Dios, enviados de Dios para confesarlo con palabras y hechos".

"Los escogidos son los que entendieron esto", aclaró el Apóstol Mayor: "Por agradecimiento a Dios sentirse comprometidos para hacer de su vida un servicio a Dios".

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Andreas Rother
19.04.2016
Suiza, apóstol mayor, servicio Divino