100 años de hostia combinada: dada para todos

No todos pueden gustar al Santa Cena sin problemas: existen personas con ciertas enfermedades para las que algunos ingredientes de las hostias pueden tornarse peligrosos. Pero la principal fábrica de hostias también puede ayudar en estos casos.

Lo que pasó hasta ahora: por necesidades de higiene y apremios comerciales, a partir de 1917 el vino de la Santa Cena ya no se bebió del cáliz, sino que se lo puso en forma de gotas directamente sobre las hostias. En los años de los comienzos significó un esforzado trabajo manual, hoy en día es un proceso de producción optimizado en fábricas que son propiedad de la Iglesia.

Cuando la harina hace enfermar

Gluten se llama la sustancia que hace que la masa sea una masa y que el pan se una. Lo contienen cereales como el maíz, el trigo, el centeno, la cebada y la avena. Pero esta proteína no es tolerada por todos. Algunas personas tienen reacciones alérgicas, algunos se enferman realmente si la consumen.

Pérdida de peso, depresiones, trastornos en el desarrollo, son algunos de los síntomas de la enfermedad denominada celiaquía. Es una inflamación crónica del intestino delgado, con la que el cuerpo reacciona a determinados componentes del gluten. El que la padece, debe mantener una dieta estricta. Hasta una pequeña dosis de harina puede desencadenar reacciones.

Esto significaría una gran preocupación para los hermanos y hermanas cuando van a recibir la hostia en la Santa Cena, si la fábrica de hostias en Bielefeld (Alemania) no se hubiese ocupado de ello anticipadamente: hace más de 15 años la Iglesia Nueva Apostólica ofrece hostias sin gluten.

Hostias especiales en trabajo artesanal

Las hostias libres de gluten contienen actualmente, además de la harina de una proteína especial proveniente de Tailandia, sólo agua y ningún otro aglutinante. En los primeros años todavía era diferente, cuando la harina de maíz constituía la base y la harina de grano de algarrobo con lactato de calcio se ocupaba de que se mantenga unida la masa.

Las hostias especiales son horneadas a mano, con equipos como los que se usaban en décadas anteriores: un barquillero enorme y los toques de vino se hacen manualmente. La producción artesanal hace que sea 30 veces más cara que el proceso automático. Pero el porcentaje comparado con la cantidad total es bajo: sólo 40.000 de las 100 millones de hostias que se producen en Bielefeld son libres de gluten.

Las hostias especiales se envían ante todo a Alemania, Austria y Suiza, también a Norteamérica. Para un primer pedido, los hermanos y hermanas afectados deben dirigirse a la Iglesia regional haciendo el pedido a su dirigente de comunidad.

Cómo desaparece el alcohol

Para las personas alcohólicas, el problema no es la harina, sino el vino. Para evitar una recaída en su abuso, los médicos aconsejan una estricta abstinencia. ¿Y qué pasa entonces con el alcohol de las gotitas de vino que tienen las hostias?

Incluso si fuese vino puro, la cantidad de alcohol sería como máximo el que contiene una cucharada de jugo de tomate por el proceso natural de fermentación. Pues las tres gotitas contienen, según datos de la fábrica de hostias, en total 0,001 mililitros del tipo "Blauer Zweigelt" con un 12,5 por ciento de volumen original.

En efecto, el alcohol se vuelve volátil durante la producción: antes de hacer los toques de vino este es hervido durante doce horas a fin de que las gotas adquieran un color fuerte. Y la proporción que pudiera quedar se evapora más adelante durante el almacenamiento. "En total creemos suponer con razón que al gustar la hostia ya no queda ningún resto de alcohol", dijo Michael Block, el director de la fábrica de hostias.

En caso necesario, sin gotas de vino

Sin embargo, "en personas alcohólicas se agrega, y no hay que menospreciarlo, el aspecto psicológico de la adicción. Ya sólo las imágenes o la idea de una bebida alcohólica pueden desencadenar un deseo", sabe el Evangelista de Distrito, "por eso aquí se pide en gran medida la responsabilidad personal del alcohólico, quien debe decidir si puede ingerir la hostia de la Santa Cena habitual. Si esta decisión fuese negativa, podemos ofrecer en casos aislados las hostias sin las gotas de vino, a las que uno mismo puede agregarle las gotas, por ejemplo, con jugo de uva".

Actualmente Michael Block no conoce ningún caso de personas alcohólicas a las que se les envíen las hostias sin las gotas. Al mismo tiempo, la fábrica de hostias ya está enviando a veces un lote grande, pero es a otras confesiones cristianas. "Cuando hay estrecheces uno ayuda al otro", informa el Evangelista de Distrito. Son en su mayoría hostias especiales en doble sentido: sino gotas de vino y sin gluten.


Foto: Frank Schuldt

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Andreas Rother
27.05.2017
Santa Cena, obra benéfica