Nadar en contra de la corriente con Jesús

¿Qué es bendición? ¿A quién le corresponde la gracia? ¿Quién llega a ser bienventurado? Tres preguntas, una respuesta: Los postreros serán primeros y los primeros serán postreros. ¿Qué quiere decir Jesús con esto? ¿Y qué significa para el aquí y ahora?

"El que quiere seguir a Jesús, debe nadar en contra de la corriente". Con estas palabras, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider se aproximó al texto bíblico. Una y otra vez Cristo empleó formulaciones fuertes, no sólo para sacudir y despertar a sus oyentes, sino también para mostrarles: "Mi doctrina es un cambio de valores".

El Servicio Divino del 5 de abril de 2017 en Mendoza (Argentina) giró en torno de un ejemplo clásico: el enunciado de que los postreros serán primeros y los primeros, postreros. Este pensamiento surge varias veces en los Evangelios, en cada oportunidad en otro contexto.

La fe salva

"Y he aquí hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros" (Lucas 13:30): Jesús, enseñando, se encaminó a Jerusalén y respondió a la pregunta de quiénes serían salvos.

Los primeros eran aquí los judíos, los postreros, los gentiles, explicó el Apóstol Mayor: por un lado, el pueblo escogido que no creía en Jesús, y por el otro, los pueblos no escogidos, que creían y que serían salvos.

"Hoy es igual", recalcó: "Para ser redimidos, no alcanza con pertenecer a la Iglesia Nueva Apostólica. Para eso debemos tener una fe firme y viva. Esta fe produce obras. Pero lo que nos salva no son las obras, sino que es la fe".

La bendición fortalece

"Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros" (Mateo 19:30): Jesús miró tras el joven rico y respondió a la pregunta de qué recompensa podían esperar sus discípulos fieles.

El primero es aquí el joven bendecido con mucho bienestar, explicó el Director de la Iglesia, los postreros son los discípulos, que, por el contrario, eran capaces de renunciar a sus posesiones terrenas. "No podemos confundir el bienestar material con la redención. La verdadera bendición consiste en que obtengamos la fuerzas para permanecer fieles hasta el fin".

La gracia concede

"Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros" (Mateo 10:16): Jesús relata la parábola de los obreros de la viña y responde a la pregunta por la justicia de la gracia.

Los primeros son los obreros de la primera hora, los postreros, los obreros contratados en la hora undécima y que igual recibieron el mismo jornal. "La cantidad de años que somos nuevoapostólicos no cuenta para la redención", dijo el Apóstol Mayor. Al final todos necesitarán la gracia y recibirán el mismo jornal: la eterna comunión con Dios. "Más no se puede recibir. Eso es lo máximo".

El amor comparte

"De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él" (Mateo 11:11): Como herramienta en manos de Dios, Juan fue exitoso. Pero como no siguió desarrollándose, no pudo ser salvo. "Seguro, nosotros queremos servir a nuestro Señor y le pedimos que bendiga nuestro trabajo. Pero, por favor, no olvidéis vuestra propia alma".

La conclusión del Apóstol Mayor Schneider: "Queremos ser primicias en el reino de Dios. Queremos seguir a Jesucristo porque lo amamos. Estamos tan agradecidos de que podremos recibir el mismo jornal que todos aquellos que tuvieron que luchar mucho más que nosotros. Y por eso nuestro deseo es que nuestro prójimo reciba lo mismo".

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Andreas Rother
12.07.2017
Argentina, apóstol mayor, servicio Divino