Mejores prácticas en las redes sociales

Trolls, hate mail, cyber-mobbing: en la comunidad global online muchas veces pasan cosas fuertes. ¿Quien no pasó alguna vez por estos problemas? Pero hay posibilidades para protegerse a uno mismo y a otros.

Facebook, Twitter, Instagram y compañía. Los así llamados medios sociales ofrecen posibilidades fabulosas para entrar en contacto e intercambiar unos con otros. Pero la cuestión es qué se hace con ellos y cómo se usan. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider llama la atención al respecto.

Cuatro posibles peligros mencionados por él a mediados de 2017 en una jornada de juventud en Alemania:

  • la construcción de un mundo virtual,
  • la sobrevaloración del ego,
  • la superficialidad de los valores y
  • la vulneración de la dignidad humana.

Todos pueden hacer algo para que esto no suceda. ¿Qué y cómo? Lo muestra la Guía de medios sociales de la Iglesia Nueva Apostólica. No, no son mandamientos ni tampoco códigos de conducta con los cuales la Iglesia interviene en la vida privada de sus miembros. Únicamente son indicaciones para que todos aquellos que son conscientes de que también en las redes sociales son percibidos como cristianos, puedan realizar allí una mejor práctica.

El corazón: el código

1. Respetamos al prójimo. Mantenemos un tono respetuoso y somos conscientes de que estamos comunicándonos con otras personas. Tenemos consideración con sus emociones y sentimientos. Por eso nos abstenemos de toda expresión que podría percibirse como racista, violenta, extremista, fanática, sexista, discriminatoria u ofensiva de cualquier manera. Sólo publicamos aquello que también le diríamos al receptor en una conversación personal.

2. Somos amables. Un lenguaje claro, comprensivo, libre de ironía, sarcasmo y provocación, es la base para un intercambio de pensamientos constructivo. Ira, enojo y frustración no hacen avanzar. La crítica es posible en tanto no hiera o sea personal. Los problemas con otras personas no los hablamos públicamente. Mantenemos la tranquilidad, aunque otros estén intranquilos.

3. Somos honestos y auténticos. Mencionamos nuestro nombre y no engañamos. En tanto no tengamos un encargo para prestar un servicio para la Iglesia en los medios sociales, cada uno decide por sí mismo si en su perfil menciona que está activo voluntariamente/con dedicación completa en la Iglesia Nueva Apostólica.

4. Respetamos la propiedad intelectual de otros. Los contenidos en general, sean textos o imágenes, sólo pueden ser publicados si lo permiten los derechos de autor. Si se cita a terceros, estas citas deben estar marcadas claramente y se debe mencionar la fuente de la cita. Las citas siempre se usan para completar las ideas propias (derecho a la cita). Si se publican imágenes o videos, las personas fotografiadas deben estar de acuerdo (derecho a la propia imagen).

5. Actuamos con responsabilidad. Cada uno es responsable por sí mismo del contenido que publica en los medios sociales. No especulamos y no hacemos suposiciones. La comunicación en Internet muchas veces es sencilla, a veces banal. Siempre que se trate de temas de la Iglesia, tratamos de comunicar en un nivel alto.

6. Difundimos buenas noticias. Somos testigos de nuestra fe y la cara de nuestra Iglesia. Con nuestras actividades en los medios sociales sentamos una señal para los valores cristianos.

7. Protegemos la esfera privada. Somos conscientes de que en Internet básicamente comunicamos en forma pública. Aunque la visibilidad de las actividades en los medios sociales se puede restringir a determinadas personas, los contenidos en todo momento se pueden transmitir sin querer o a propósito y de esa manera, hacer públicos. Lo confidencial debe seguir siendo confidencial; pertenecen a ello entre otros, los datos personales, así como los contenidos sujetos al deber de guardar el secreto.

8. Mantenemos separada la política y los negocios del compromiso en la Iglesia. En el marco de las actividades de los medios sociales para la Iglesia nos abstenemos de toda exteriorización sobre partidos políticos. Asimismo, separamos todo compromiso voluntario o dedicado a la Iglesia, de los intereses comerciales o profesionales.

9. Se cuenta con nosotros. Una utilización responsable de los medios sociales durante el horario de trabajo puede ser posible. Con nuestro superior dejamos claro en qué medida podemos mantener contactos, aumentar nuestros conocimientos y desarrollar las redes.

10. No tenemos que saber todo. Si estamos inseguros, consultamos al interlocutor competente. No avivamos rumores. Si cometemos errores, los reconocemos, pedimos perdón y aprendemos de ellos.

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Fecha:

Andreas Rother, Oliver Rütten
23.08.2018